} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS (1)

lunes, 15 de noviembre de 2021

LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS (1)

 

   

Mar 15:21  Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz.

Mar 15:22  Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.

Mar 15:23  Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.

Mar 15:24  Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos(B) para ver qué se llevaría cada uno.

Mar 15:25  Era la hora tercera cuando le crucificaron.

Mar 15:26  Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS.

Mar 15:27  Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda.

Mar 15:28  Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos.

 

           Ahora hemos llegado a la médula de la coronación del rey, ya que estamos en el “camino de la cruz”, el trayecto desde la casa del gobernador hasta el lugar de la ejecución. Este último viaje de Jesús todavía es conmemorado por los cristianos semanalmente en Jerusalén hasta hoy. La rutina de la crucifixión no variaba gran cosa. Cuando se tenía lista la cruz, el reo tenía que llevarla al lugar de la ejecución. Se le colocaba en medio de cuatro soldados. Por delante marchaba un soldado llevando un cartel en el que se podía leer el crimen del que era culpable el reo. Posteriormente se fijaba ese cartel a la cruz. No iban al lugar de la ejecución por el camino más corto, sino por el más largo. Pasaban por el mayor número posible de calles y callejas para que los más posibles vieran y tomaran nota. Cuando llegaban al lugar de la crucifixión se colocaba la cruz horizontalmente en el suelo, se estiraba sobre ella al reo y se le clavaban las manos. Los pies no se le solían clavar sino se les ataban. Entre las piernas del prisionero sobresalía un trozo de madera llamado burlescamente "la silla» para aguantar su peso cuando se levantara la cruz -le otra manera los clavos rasgarían las manos. Entonces se ponía en pie la cruz, y se afirmaba en un hoyo; y se dejaba allí al condenado hasta que le sobreviniera la muerte. La cruz no era muy alta; tenía la forma de la letra T, generalmente sin saliente por arriba. Algunas veces los condenados se mantenían vivos tanto como una semana, muriendo lentamente de hambre y de sed, sufriendo a veces hasta el punto de dar señales de locura.

 

Cirene era una provincia de África del Norte, y su capital llevaba el mismo nombre. Sin embargo, el nombre de Simón es judío. En el libro de los Hechos encontramos que muchos judíos vivían en esta área. Su identidad social es incierta. Hubo judíos negros descendientes de Salomón y la reina de Saba (Etiopía). ¿Simón estaba de paso o vivía allí? ¿Esto señalaba a una persona que vivía en Palestina o a un visitante durante el período de la Pascua? Sin duda había venido desde tan lejos para la Pascua. Habría economizado y ahorrado muchos años para poder venir. Sin duda estaba cumpliendo la ilusión de toda una vida de comer una Pascua en Jerusalén. Sin embargo, había muchos de Cirene (África del norte) que vivían en Jerusalén. Incluso, pudo haber una sinagoga especial para ellos (Hechos 6:9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban)

Este debe de haber sido un día aciago para Simón de Cirene. Palestina era un país ocupado, y se podía requisar a cualquier hombre para prestar un servicio a los Romanos en cualquier tarea. La señal de la requisa era un golpe en el hombro con lo plano de la lanza romana.  Y entonces le sucedió esto.

En aquel momento, Simón tiene que haber sentido un resentimiento terrible. Tiene que haber sentido odio hacia los romanos, y también hacia ese criminal cuya cruz le obligaban a llevar. Pero podemos legítimamente especular acerca de lo que le sucedió a Simón. Puede que fuera su intención, cuando llegaran al Gólgota, tirar la cruz al suelo con rabia y alejarse lo más deprisa posible de la escena. Pero tal vez no fue eso lo que hizo. Tal vez se quedó allí, porque se sentía fascinado por algo que había visto en aquel Reo.

Marcos nos dice que aquel Simón era el padre de Alejandro y de Rufo. Se da a entender que los creyentes para los que escribió su evangelio serían capaces de reconocerle por esta referencia. Lo más probable es que el evangelio de Marcos fuera escrito originalmente para la iglesia de Roma. Ahora veamos la carta de Pablo a los romanos, y leamos en 16:13: «Saludad a Rufo, eminente en el Señor, y también a su madre y mía.» Rufo era un cristiano tan apreciado que era eminente en el Señor. La madre de Rufo le era tan querida a Pablo que la consideraba como su propia madre. Algo debió de sucederle a Simón en el Gólgota.

Ahora veamos en Hchs 13:1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Hay allí una lista de hombre de Antioquía que enviaron a Pablo y Bemabé en aquella histórica primera misión a los gentiles. Entre ellos figura un cierto Simeón, al que llamaban Níger (La Reina-Valera pone Simón). Simeón es otra forma de Simón. Níger era el nombre corriente que se daba a una persona de piel oscura como los de África, y Cirene está en África. Bien puede ser que aquí nos encontremos otra vez con Simón. Puede que la experiencia de Simón en el camino del Gólgota vinculara su corazón para siempre a Jesús. Puede que le hiciera cristiano. Puede que más tarde fuera uno de los responsables de la iglesia de Antioquía, e instrumental en la primera misión a los gentiles. Puede que fuera porque le requisaron para llevar la cruz de Jesús por lo que aquella primera misión a los gentiles tuvo lugar. Eso querría decir que nosotros somos cristianos gracias a que un día un peregrino de la Pascua venido de Cirene fue requisado, a su pesar entonces, por un soldado romano anónimo para llevarle la Cruz a Jesús.

  Por lo general, el condenado llevaba el travesaño de su propia cruz al lugar de la ejecución, pero Jesús tiene que haber quedado demasiado débil después de los latigazos. Algunos morían como resultado de los azotes (y no había límite de la cantidad de latigazos) que siempre precedían a la crucifixión. Aquellos en cuyos países se han vuelto a usar azotes como castigo legal, han de comprender lo dañino que pueden ser.

 

“Gólgota” Es un término arameo, pero la palabra latina “calvario” significa “calavera”. Los vocablos no se relacionan con la totalidad de la calavera, sino propiamente a la frente. El lugar exacto no es preciso, pero se encontraba en las afueras de los muros de Jerusalén, posiblemente con mucha vegetación y en una vía hacia la ciudad santa. Gólgota (“Calvario” o “monte de la Calavera”) recibió su apodo de la forma que tenía. El lugar está cubierto en la actualidad por edificios eclesiásticos, pero a un monte cercano se le llama “El Calvario de Gordon” y da una pequeña idea del aspecto que tendría.  

 

Marcos no juega con nuestras emociones al describir la crucifixión, como lo harían algunos relatos modernos. El sencillamente da los datos, ya que con eso es suficiente para emocionarnos. Posiblemente, por su fondo romano, Marcos parece expresar el tiempo algo diferente de la manera griega (Juan 19:14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! ). En Asia y en África también tienen, o han tenido, maneras diferentes de manejar el tiempo. Todo lo que importa es que Jesús murió allí por nosotros.

Los romanos no clavaban el cuerpo atravesando la palma de las manos, sino la muñeca, y el cuerpo colgaba, por lo general amarrado con mecates, sostenido de los brazos. Las piernas se doblaban ligeramente con los pies clavados a una pequeña caja de forma triangular. De hecho, esto exigía que la persona intentase levantarse para respirar.

También había un pequeño trozo de madera llamado la albarda, en la que la persona podía sentarse y descansar un poco de su propio peso. La mayoría de los crucificados morían de asfixia, ya que estaban suspendidos del suelo a una altura suficiente para que los pies quedasen sin apoyo.

Le ofrecieron a Jesús vino drogado, pero Él no quiso beberlo. Una compañía de mujeres piadosas y compasivas de Jerusalén acudía a las crucifixiones para darles a los reos una bebida compuesta de vino y drogas que aliviaba los terribles dolores de la crucifixión. Se lo ofrecieron a Jesús, pero Él no lo aceptó. Jesús estaba decidido a saborear la muerte en toda su amargura, e ir a Dios con los ojos abiertos.

Los soldados se jugaron a los dados Su ropa. Ya hemos visto que el reo era conducido al lugar de la crucifixión entre cuatro soldados, que tenían como sus gajes las ropas del condenado a muerte. Un judío llevaba cinco artículos: la camisa interior, la exterior, las sandalias, el cinto y el turbante. Cuando se habían repartido las cuatro piezas menores, les quedaba todavía la gran túnica exterior. Habría sido una pena cortarla en trozos, así es que los soldados se la jugaron a la sombra de la Cruz.

Jesús fue crucificado entre dos ladrones. Fue aquello un símbolo de toda Su vida, el que hasta el final estuvo asociado con pecadores.

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