} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LAS BURLAS DE LOS SOLDADOS

jueves, 11 de noviembre de 2021

LAS BURLAS DE LOS SOLDADOS

 

Mar 15:16  Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía.

Mar 15:17  Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas,

Mar 15:18  comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos!

Mar 15:19  Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias.

Mar 15:20  Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.

 

                  El ritual romano de la ejecución estaba establecido. El juez decía: Illum duci ad crucem placet, «La sentencia es que este hombre sea conducido a la cruz.» Entonces se volvía a la guardia y decía: miles, expedi crucem, "Ve, soldado, y prepara la cruz.» Fue mientras estaban preparando la cruz cuando Jesús estuvo en las manos de los soldados. El pretorio era la residencia del gobernador, su cuartel general, y los soldados implicados serían la cohorte de la guardia del cuartel general. Haremos bien en recordar que Jesús ya había padecido el tormento de los azotes antes de estas burlas soeces.

Bien puede ser que, de todo lo que Le sucedió, esto fuera lo que menos daño Le hacía a Jesús. Las intervenciones de los judíos habían estado envenenadas de odio. El resentimiento de Pilato había sido una evasión cobarde de su responsabilidad. Había crueldad en la acción de los soldados, pero no malicia. Para ellos Jesús no era más que un reo más que iba a la cruz, y llevaron a cabo la pantomima de homenaje y adoración en el cuartel, tal vez no para hacer sufrir más al reo, sino para pasar el rato con una parodia burda.

Era el principio de muchas burlas por venir. Siempre los cristianos estuvieron expuestos a que los tomaran a broma. Escrito en los muros de Pompeya que nos han conservado los grafitos de entonces hasta nuestros días está la caricatura de un cristiano arrodillado delante de un burro, y debajo se pueden leer las palabras: "Anaxímenes adora a su Dios.» Si tenemos que sufrir a veces burlas por ser cristianos, nos ayudará recordar que eso fue lo que hicieron con Jesús de una manera mucho peor que lo que nos corresponda sufrir a nosotros.

Encontraremos útil examinar separadamente los diferentes períodos de la pasión de nuestro Señor. Sigámoslo paso a paso desde el momento de su  condenación por Pilato hasta su última hora en la cruz. Hay una profunda significación en las circunstancias más pequeñas y al parecer más indiferentes de sus  amarguras. Todas fueron emblemas animados de verdades espirituales; y no olvidemos al meditar en esta historia maravillosa, que nosotros y nuestros  pecados fuimos la causa de todos esos sufrimientos. "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;." 1Pe_3:18. Estamos  leyendo la historia de la muerte de nuestro Fiador y Sustituto.

Primeramente vemos a Jesús entregado en manos de los soldados romanos, como un criminal condenado al último suplicio. Aquel ante quien el mundo se  presentará un día para ser juzgado, permitió ser sentenciado injustamente, y ser entregado en manos de los perversos.

¿Y por qué fue así? Para que nosotros, hijos de los hombres, pobres y pecadores, pudiéramos librarnos del abismo de la perdición, y del tormento de las  cadenas del infierno. Para que pudiéramos quedar absueltos de todos los cargos el día del juicio, y presentarnos inmaculados y rebosando de alegría ante Dios  Padre.

Vemos después a Jesús insultado y blanco de la befa de los soldados romanos. Por burla "lo vistieron de púrpura," y lo coronaron con "una corona de espinas "  para hacer irrisión de su reino.

¿Y por qué fue así? Para que nosotros, aunque viles, pudiéramos recibir gloria, honor y vida eterna por nuestra fe en la expiación de Cristo; para que  pudiéramos ser recibidos triunfantes en el reino de Dios el día final, y recibir una corona inmarcesible de gloria.

Vemos en seguida a Jesús despojado de sus vestidos y crucificado desnudo ante sus enemigos. Los soldados que lo condujeron al patíbulo "se dividieron sus  vestidos, echando suertes...

¿Y por qué fue así? Para que nosotros, que no tenemos justicia propia, nos revistamos de la perfecta que Cristo nos ha conseguido, y no nos encontremos  desnudos ante Dios el día del juicio final. Para que nosotros que estamos todos manchados por el pecado, podamos tener un traje de boda, con el que nos  sentemos al lado de los ángeles, y no nos avergoncemos.

Vemos después a Jesús sufriendo la muerte más ignominiosa y humillante de todas, la muerte de cruz; pues era el castigo reservado a los peores malhechores,  y el hombre a quien se le imponía, era considerado maldito. Está escrito, Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero Gal_3:13.

¿Y por qué fue así? Para que nosotros, nacidos en pecado, e hijos de ira, fuésemos considerados benditos por causa de Cristo. Para remover la maldición que  todos merecemos por el pecado, haciéndola recaer sobre Cristo.  

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