Salmo 1;1 1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en
consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de
escarnecedores se ha sentado; 2 Sino que
en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes
de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace,
prosperará. 4 No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento. 5 Por tanto, no se levantarán los malos en el
juicio, Ni los pecadores en la
congregación de los justos. 6 Porque
Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.
El
Salmo 1 tiene el claro propósito de
enseñar, guiar, señalar el camino y pedir una decisión. Destaca que hay una
diferencia entre el que sigue a Dios y el que rechaza ese camino. Hay una
diferencia grande en cuanto a su decisión, en cuanto a sus valores y en cuanto
a su estilo de vida.
La Palabra de Dios se escribió para ser estudiada, comprendida y
aplicada, y el libro de Salmos se presta más directamente a la aplicación.
Meditar en la palabra de Dios es discurrir con nosotros mismos acerca de las
grandes cosas en ella contenidas, con una íntima aplicación de la mente y
concentración en el pensar. Debemos referirnos constantemente a la palabra de
Dios como regla de nuestras acciones, y fuente de nuestro consuelo; y hemos de
tenerla en nuestros pensamientos noche y día. Con este propósito no hay momento
que no sea oportuno.
Comprendemos mejor los salmos cuando dejamos
que nos caigan encima y nos empapen como la lluvia. Podemos ir a los salmos en
busca de algo, pero tarde o temprano encontraremos a Alguien. Cuando leemos y
nos aprendemos los salmos, gradualmente descubrimos que en gran medida ya son
parte de nosotros. Expresan en palabras nuestros más profundas heridas,
anhelos, pensamientos y oraciones. Poco a poco nos llevan a ser lo que Dios
tenía pensado que fuéramos: gente que lo ama y vive para El.
El escritor comienza su salmo ensalzando el
gozo de obedecer a Dios y no escuchar a los que lo desacreditan o ridiculizan.
Nuestros amigos o socios pueden tener una influencia profunda en nosotros, a
menudo en forma muy sutil. Si insistimos en tener amistad con los que se burlan
de lo que Dios considera importante, nos veremos llevados hacia el pecado y nos
volveremos indiferentes a la voluntad de Dios. Esta actitud es igual a la
burla. ¿Lo edifican en su fe sus amigos o se la destruyen? Los amigos
verdaderos deben acercarnos a Dios.
Dios
no juzga a la gente sobre la base de la raza, sexo o nacionalidad. La juzga
sobre la base de su fe en El y la respuesta que dan a su voluntad revelada. Los
que con diligencia tratan de obedecer la voluntad de Dios son como árboles
sanos que dan fruto y que tienen grandes raíces (Jeremias_17:5-8
Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por
su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. 6
Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino
que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y
deshabitada. 7 Bendito el varón que
confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 8
Porque será como el árbol plantado junto a las aguas,(A) que junto a la
corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja
estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.)
y Dios promete cuidarnos. La sabiduría de Dios guía nuestras vidas. En
contraste, los que no confían en El ni le obedecen tienen vidas sin significado
que el viento se lleva como si fuera polvo.
Sólo existen dos caminos en la vida: el camino
de la obediencia a Dios o el camino de la rebelión y destrucción. Asegúrese de
elegir la senda de Dios porque su elección determinará dónde pasará la
eternidad
Usted puede aprender a seguir a Dios al
meditar en su Palabra.
Medita, hagah : Reflexionar; gemir, murmurar;
cavilar; el hacer un sonido quedo como el de un suspiro; meditar o contemplar
algo mientras se repiten las palabras. Hagah representa algo distinto a la
palabra «meditación», lo cual sólo puede ser un ejercicio mental. En el
pensamiento hebreo el meditar acerca de las Escrituras implica repetirlas
silenciosamente con un sonido suave y sordo, a la vez que se abandona por
completo cualquier distracción externa. De esta tradición nos llega un tipo
especializado de oración judía en la cual se recitan textos, se ora
intensamente o se pierde la conciencia en comunión con Dios mientras se hace
una reverencia o se balancea hacia delante y hacia atrás. Evidentemente esta dinámica
forma de oración / meditación se remonta a los tiempos de David.
Meditar significa pasar tiempo
leyendo y pensando en lo que ha leído. Además significa pensar acerca en cómo
cambiar para vivir como a Dios le agrada. Conocer y meditar la Palabra de Dios
son los primeros pasos para aplicarla a su diario vivir. Si usted quiere seguir
a Dios más de cerca, debe conocer lo que Él dice.
Esta
"ley de Jehová" se refiere a toda las Escrituras: los primeros cinco
libros de Moisés, los profetas, y los otros escritos. Mientras más conozcamos
el punto de vista de la Palabra de Dios, más recursos tendremos para tomar
nuestras decisiones diarias.
Hay
una pizca muy simple de sabiduría en estos versículos. Mientras más nos
deleitamos en la presencia de Dios, más fructífero seremos. Por otro lado,
mientras más permitamos que los que ridiculizan a Dios afecten nuestros
pensamientos y actitudes, más nos separamos de la fuente real de alimento
espiritual. Debemos tener contacto con los incrédulos si es que queremos
hablarles de Dios. Pero no debemos imitar su conducta pecaminosa. Si usted
desea desesperarse, pase tiempo con los escarnecedores. Pero si desea
felicidad, cultive la amistad de los que aman a Dios y su Palabra.
Cuando
las Escrituras prometen "y todo lo que hacen, prosperará", no significa que sean inmunes al fracaso o a las dificultades.
Tampoco es una garantía de salud, riqueza y felicidad. Lo que la prosperidad
significa en las Escrituras es esto: cuando la sabiduría de Dios se
aplica en nuestras vidas, el fruto (resultados o productos derivados) que
produce en nosotros será bueno y recibirá la aprobación de Dios. Así
como un árbol absorbe el agua y produce muchos frutos, nosotros debemos
absorber la Palabra de Dios, para producir hechos y actitudes que lo honren.
Para alcanzar logros que valgan la pena, debemos tener la Palabra de Dios en nuestro corazón.
El árbol es una figura común de vida y firmeza. Y todos sabemos que
una palmera o un sauce al lado de un río o un canal siempre están verdes,
llenos de vida, aun en la sequía cuando otro árbol se seca. Si el cristiano
ahonda sus raíces en la Palabra de Dios, en la fuente de vida, también será un
ejemplo de frescura y firmeza, vivirá la realidad de este versículo. Da su
fruto. No hemos de forzar el fruto, es un resultado natural de estar unido a la
fuente de vida. Jesús dijo: El que permanece en mí y yo
en él, éste lleva mucho fruto (Jn_15:5). A su tiempo. Uno puede hacer
muchos paralelos con la vida del creyente. No podemos esperar todo el fruto de
un nuevo creyente inmediatamente; llevar fruto implica dar tiempo para madurar;
Dios produce el fruto que necesita, cuando es tiempo.
El tamo es la cubierta exterior (o cáscara)
que se debe retirar para obtener las semillas de grano que están dentro. El
tamo se retiraba por medio de un proceso llamado trilla y aventamiento. Después
que se cortaban las plantas, eran aplastadas, y luego las piezas eran aventadas
al aire. El tamo es muy liviano y el más mínimo viento se lo lleva, mientras
que el grano bueno cae en la tierra. El tamo es símbolo de una vida infiel que
vaga sin dirección. El grano bueno es símbolo de una vida fiel que Dios puede
utilizar.
Se exige responsabilidad en el plan de
prosperidad de Dios. «Y todo lo que hace, prosperará». Esto incluye todo:
familia, progenie, matrimonio, negocio, empleo y salud. Significa que Dios
desea cumplir lo que dice: todo prosperará.
Pero, ninguna promesa de Dios está exenta de
alguna acción responsable de parte nuestra. Nadie prosperará mientras no
comience a hacer lo que Dios dice. Mucha gente desea los resultados prometidos
sin el compromiso responsable que le acompaña. Pero ninguno de nosotros ganará
algo que valga la pena instantáneamente. No esperes que las respuestas divinas
se ajusten a tu itinerario. Recuerda que sus respuestas llegan cuando pones su
palabra en acción. Así como un período de intenso estudio precede a un título universitario,
a través de la paciente búsqueda de su promesa podemos esperar que la palabra
de Dios madure en nuestras vidas. (Juan10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. / Lucas_12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del
hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. ).
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