} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: DESDE LA TERCERA A LA HORA NOVENA (1)

viernes, 10 de abril de 2020

DESDE LA TERCERA A LA HORA NOVENA (1)




Mar 15:24  Cuando le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando suertes sobre ellos para decidir lo que cada uno tomaría.
Mar 15:25  Era la hora tercera cuando le crucificaron.

 Mar 15:33  Cuando llegó la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Mar 15:34  Y a la hora novena Jesús exclamó con fuerte voz: ELOI, ELOI, ¿LEMA SABACTANI?, que traducido significa, DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?

 Mar 15:38  Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo

       Marcos aquí emplea la hora judía, las 9:00 a.m. A esa hora crucificaron (tiempo pretérito) a Jesús; es decir, a esa hora le clavaron a la cruz.
En el ver. 24 Marcos se refiere al hecho de la crucifixión, pero aquí al acto mismo de clavarle a la cruz. Los cuatro soldados, encargados de la crucifixión de Jesús, no saben que están cumpliendo Salmo_22:18.
La “hora tercera” en este pasaje es según la manera judía de anunciar el tiempo, comenzando desde el principio del día de luz (las 6 a.m., tiempo nuestro). Los judíos dividían del día en cuatro partes de tres horas cada una. Pero Juan, en 19:14, hablando de otro asunto, diciendo, “como la hora sexta”, emplea la manera romana de marcar el tiempo, comenzando, como nosotros hoy en día, desde la medianoche. La hora sexta, pues, en Jua_19:14 son las 6 a.m.  

Cuando llegó la hora sexta: Las horas indicadas por la manera judía de expresarlo son las doce del mediodía hasta las tres de la tarde. Hubo tinieblas porque “el sol se oscureció”, Luc_23:45, “fallando el sol”; “faltando la luz del sol”. No fue asunto de eclipse, porque la luna llena estaría en posición contraria al sol.
Estas tinieblas de tres horas duración afectaron “toda la tierra”. La mitad del mundo expuesto al sol aquel día normalmente sería afectada, pero éste es un acto especial de Dios y el efecto pudo haber sido solamente con respecto a toda Judea y los lugares cercanos.
Este acto, de fallar el sol en dar su luz, procedió de Dios como señal de juicio contra el mundo pecador. Tal es la lección de este lenguaje en otros pasajes.    

La hora novena: Son las tres de la tarde del viernes. Marcos no registra otra declaración de Jesús desde la cruz. Otras se registran en Luc_23:34; Luc_23:43; Luc_23:46; Jua_19:26; Jua_19:28; Jua_19:30.
         En una fuerte voz de agonía Jesús expresa el peso del pecado que siente sobre sí mismo y el abandono del Padre para que él muera con esa carga puesta en él (Isa_53:4-6; Isa_53:10; Isa_53:12;1Pe_2:24; 2Co_5:2; Gál_3:13). La pregunta de Jesús no pide información, sino es un reconocimiento de que Dios, para ser justo, tiene que demandar la muerte por el pecado (Rom_6:23), y siendo Dios justo, no deja que el inocente muera por pecados no cometidos. Para que muera el inocente por el pecado, Dios tiene que abandonar al tal, y así aceptar la muerte del inocente por la muerte del culpable. Jesús dio su vida en rescate por muchos (Mat_20:28). Al “abandonar” a Jesús, Dios manifestó su amor hacia el mundo pecador (y al mismo tiempo su justicia, Rom_3:26; Rom_5:8-11; Rom_8:32).
         Marcos primero da las palabras de Jesús en arameo, y luego las traduce en griego. Son el cumplimiento de la profecía de Sal_22:1.
Hubo una densa oscuridad sobre la tierra, desde el mediodía hasta las tres de la tarde. Los judíos estaban haciendo lo más que podían para apagar al Sol de Justicia. Las tinieblas significaban la nube bajo la cual estaba el alma humana de Cristo cuando la estaba presentando como ofrenda por el pecado. Él no se quejó de que sus discípulos lo abandonaran, sino de que su Padre lo desamparara. Especialmente en esto fue Él hecho pecado por nosotros. Cuando Pablo iba a ser ofrecido como sacrificio en el servicio de los santos, se gozaba y se regocijaba, Filipenses ii, 17; pero es otra cosa ser ofrecido como sacrificio por el pecado de los pecadores.
En el mismo instante en que Jesús murió, fue rasgado de arriba abajo el velo del templo. Esto expresó terror a los judíos incrédulos, y fue señal de la destrucción de su iglesia y nación. Expresa consuelo para todos los cristianos creyentes, porque significaba abrir un camino nuevo y vivo al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús.

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