} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 28 Junio LA BUENA SEMILLA

miércoles, 28 de junio de 2017

28 Junio LA BUENA SEMILLA

Hebreos 4; 12

“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos; y que alcanza hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas, y los tuétanos; y que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”

La Palabra de Dios juzga nuestros pensamientos y propósitos de corazón. El verbo discierne, en el texto griego, es más bien un adjetivo que describe a la Palabra.
Dice el texto griego que la Palabra es kritikos.
En español tenemos la palabra crítico.

¡La Palabra de Dios critica!

¡Tomen nota de esto, los que "critican" a la iglesia de Cristo de no hacer nada sino criticar!

En realidad, la palabra criticar quiere decir, no hablar mal de otro, sino juzgar o discernir.

Muchos, para escapar el juicio de este Juez (la Palabra de Dios), tratan de destronarle. Niegan la autenticidad de la Biblia (la revelada Palabra de Dios) y la desacreditan todo lo posible.

Pero esa Palabra vive y permanece (1Pedro_1:23), y será la base del Juicio Final (Juan_12:48; Apocalipsis_20:12).

Sólo la fe sabe qué fuerza, qué vida reside en la Palabra de Dios, y sabe que esta palabra es el poder decisivo de este mundo. Aunque mil veces sea desoída, ignorada, no se le haga el menor caso y se cometan acciones que la dejen en mal lugar, alguna vez llega para cada cual la hora de la verdad, cuando la palabra humillada y despreciada viene a pedirle cuentas.

La Palabra de Dios está henchida de vida. La Palabra de Dios es efectiva. La Palabra de Dios es penetrante.
El autor de Hebreos aporta diversas frases que muestran lo penetrante que es. Penetra hasta la frontera entre el alma y el espíritu.

En griego, el alma, psyjé, es el principio vital. Todos los seres vivos tienen psyjé, vida física.
En griego, el espíritu, pneuma, es lo que es característico de los seres humanos, lo que nos permite pensar y razonar y mirar más allá de la Tierra, a Dios.

Es como si el autor de Hebreos estuviera diciendo que la Palabra de Dios pone a prueba la vida terrena y la existencia espiritual del hombre.
Dice que la Palabra de Dios escudriña los deseos e intenciones del corazón.

EL deseo (enthymésis) es la parte emocional de la persona, y la intención (énnoia) la parte intelectual. Es como si dijera: «Tu vida emocional e intelectual deben someterse por igual al escrutinio de Dios.»
La Palabra de Dios no es simplemente la colección de palabras Suyas, un medio de comunicar ideas; es viviente, cambia la vida y es dinámica al obrar en nosotros.
Con la agudeza del bisturí de un cirujano, revela lo que somos y lo que no somos. Penetra la médula de nuestra moral y vida espiritual. Discierne lo que está dentro de nosotros, tanto lo bueno como lo malo. No solo debemos oír la Palabra sino que también debemos permitir que moldee nuestra vida.

En algún momento, uno tiene que dejar de correr de sí mismo y de Dios  probablemente porque ya no tiene adónde huir.
A todas las personas nos llega el  momento en que tenemos que encontrarnos con ese Dios ante Cuyos ojos nada se puede ocultar.

¡Maranatha! ¡Si, ven Señor Jesús!

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