} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 19 Junio LA BUENA SEMILLA

lunes, 19 de junio de 2017

19 Junio LA BUENA SEMILLA


Mateo 15; 26-27

“Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
   Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.”

En tales casos de importunidad vemos la diferencia entre la verdadera oración que agrada a Dios y la oración como mera formalidad. Sea en privado o sea en la reunión de la iglesia, si vamos a “tener oración”, nos conviene orar - la expresión sincera y ferviente del corazón --  y no simplemente “decir una oración”. Esta mujer bien sabía que Cristo era su única esperanza y nosotros ¿qué? ¿Tenemos otra?
Ella aceptó que Jesús fue enviado a los judíos, pero aunque estaba sumisa a lo que El decía, buscaba otra verdad, otro aspecto de su voluntad para seguir apelando a El por su hija. Por eso, su argumento fue que aun durante su ministerio a los judíos, podría dar “migajas” a un pobre gentil.  Esta mujer era humilde pero también muy lista. Al decir “perrillo” Jesús “le dio a la mujer un asidero argumentativo lo cual ella no demoró en agarrar”.
Ella no manifestó resentimiento ni preguntó, “¿por qué”. No negó lo que Jesús dijo, pero simplemente aprovechó esta buena oportunidad para expresar su humildad y fe. ¿Por qué no se ofendió ella? ¿Por qué no dijo como muchos dicen en semejante caso, “Muy bien, si no quiere ayudarme y sólo quiere insultarme, es cosa suya, ya me voy”? Porque esta mujer no era egoísta, sino que amaba a su hija fervientemente y por esa razón tuvo un propósito firme y singular: quería de todo corazón que Jesús sanara a mi hija; por esa razón persistió. La mujer no discutió. Usando las mismas palabras de Jesús, estuvo de acuerdo en ser considerada como perra siempre que pudiera recibir la bendición de Dios para su hija. Irónicamente, muchos judíos perdieron la bendición de Dios y la salvación porque rechazaron a Jesús y muchos gentiles hallaron salvación porque reconocieron a Jesús.

Romanos 10; 13

“porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.

Esto no significa meramente implorar al Señor en oración, suplicando que nos salve, como muchos lo aplican. Cristo niega tal interpretación, Mateo_7:21-23; Lucas_6:46. ¡No hay que pedirle a Dios que nos salve! Él es quien nos pide a nosotros que seamos reconciliados con Él, 2Corintios_5:20.
En el versículo 9 vemos que el que cree, será salvo. En este versículo, el que invoca será salvo. Pero creer es obedecer, porque en el 16 dice Pablo que no todos obedecen y como prueba cita a Isaías quien dice que no todos habían creído. No creían porque eran “rebeldes”, que es la misma palabra apeitheo traducida “rehúsa creer,” y “no obedecen,” en Juan_3:36 y Romanos 2:8.
De este contexto deducimos que creer, invocar, y obedecer indican el mismo proceso porque traen el mismo fin, la salvación. Invocamos el nombre del Señor, cuando reconociendo nuestro estado perdido, y creyendo que Él puede salvarnos, le obedecemos en sus mandamientos que nos prometen el perdón (salvación)

¡Maranatha! ¡ Si, ven Señor Jesús!
    

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