} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 29 Junio LA BUENA SEMILLA

jueves, 29 de junio de 2017

29 Junio LA BUENA SEMILLA

Lucas 5; 24-25

“Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice al paralítico): A ti digo, levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
   Y luego, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba echado, se fue a su casa, glorificando a Dios.”

Jesús tenía autoridad divina para hacer las dos cosas: perdonar pecados y sanar milagrosamente.
Esa autoridad que reside en los cielos ya estaba en la tierra también, porque Dios había llegado a ser hombre (Mateo_1:23, Emmanuel, Dios con nosotros).

¿Qué quiere decir este pasaje acerca del perdón de los pecados?
Debemos tener presente que se consideraba que el pecado y el sufrimiento estaban íntimamente relacionados como causa y efecto. Se daba por sentado que, si una persona estaba sufriendo, sería porque había pecado; y por eso, el que sufría tenía a menudo un sentido de culpabilidad.
Por eso Jesús empezó por decirle al paralítico que se le habían perdonado los pecados. De otra manera el hombre no habría creído que podía ponerse bueno.

Esto nos muestra cómo fueron derrotados en la discusión los escribas y fariseos: ellos objetaban a que Jesús pretendiera poder perdonarle los pecados al hombre. Según ellos pensaban y creían, el hombre estaba enfermo porque había pecado; y si recobraba la salud, era señal de que se le habían perdonado los pecados.
La objeción de los escribas y fariseos se volvió contra ellos y los dejó sin argumentos.

Lo maravilloso aquí es que lo que salvó a ese hombre fue la fe de sus amigos. Cuando Jesús se dio cuenta de la fe que tenían -la fe emprendedora de los amigos, que no se detenía ante nada que les impidiera traer a su amigo a Jesús para que le pusiera bueno-, aquella fe obtuvo la salud del paralítico.

Esto sigue sucediendo en nuestros días según ls Voluntad de Dios.

¡Cuántos hay en nuestras asambleas, donde se predica el evangelio, que no se someten a la palabra, sino que la soslayan! ¿Recibiran acaso sanidad por su desobediencia y actitud farisea? 
Para ellos es como cuento que se les narra, no un mensaje enviado a ellos.

Meditemos en los deberes que nos son enseñados y recomendados por la historia del paralítico.
Al apelar a Cristo debemos ser muy insistentes; eso es prueba de fe, y muy agradable a Cristo y prevalece ante Él.

Danos, Señor, la misma clase de fe respecto de tu habilidad y voluntad para sanar nuestras almas. Danos el deseo del perdón de pecado más que de bendiciones terrenales o la vida misma.

Capacítanos para creer en tu poder de perdonar pecados; entonces nuestras almas se levantarán alegremente e irán donde te agrade.

Jesús tiene poder para perdonar los pecados. Dios le ha dado participación en su poder. Dios tiene el poder de conocer los corazones. Conoce las reflexiones de sus adversarios. Esto es poder divino. Tiene el poder de curar a los enfermos, que en este caso es lo más difícil, puesto que la curación puede comprobarse. El que puede lo más difícil, mejor podrá lo más fácil. Él tiene el poder de perdonar los pecados, porque es Hijo del hombre, al que Dios ha comunicado todo poder (Daniel_7:13; Lucas_10:22.).
Jesús  tiene conocimiento de los corazones y poder para curar a los enfermos; pero es más que profeta, porque posee el poder de perdonar los pecados, porque es Hijo del hombre, al que se ha dado todo poder.

Tú que lees esta meditación, ¿crees en y a Jesús?

¡ Maranatha! ¡ Sí, ven Señor Jesús!

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