1
Corintios 2; 14-15
Pero
el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
En
cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Es preciso definir la frase “hombre
natural”. ¿Quién es? Es el hombre inconverso que sigue solamente la sabiduría
humana y rechaza la inspiración del Espíritu Santo. Basándose solamente en el
razonamiento humano, no percibe las cosas del Espíritu. Es el hombre de esta
vida animal que es de los sentidos físicos, nada más. El hombre animal se
presenta como parte de la vida que se tiene en común con el animal. Se
identifica con “los príncipes de este siglo”. Es el hombre no inspirado, o que
no acepta la inspiración del Espíritu Santo.
En la expresión, “hombre natural”, no
entra la idea de moralidad. Entra nada más la idea de alguna persona guiada
solamente por sus sentidos y sabiduría humana.
El hombre
natural rechaza la revelación divina del Espíritu Santo, y quedándose solamente
con sus experiencias humanas como su base de sabiduría, considera “las cosas
que son del Espíritu de Dios” como cosas absurdas. ¿Qué puede tener que ver la
crucifixión de un judío de hace dos milenios con la necesidad de una llamada
“salvación”? Así piensa.
No las puede
entender porque la sabiduría humana es incapaz de descubrir las cosas de Dios.
Tienen que ser entendidas mediante la revelación de Dios. Ya que el hombre
natural se deja guiar solamente por su propia sabiduría, no puede entender las
cosas de Dios.
Dado que las
cosas del Espíritu de Dios son discernidas (juzgadas, examinadas) solamente en
conformidad a la revelación dada por el Espíritu Santo, y que el hombre natural
no acepta nada excepto su propia sabiduría, tal hombre no puede entenderlas.
Pablo dice en
Efe_3:4 que leyendo la persona lo que él ha escrito, ella sí puede entenderlo.
En Efe_5:7 manda que el lector entienda. Las cosas escritas producen fe
(Jua_20:31). ¿Dónde dice la Biblia que la fe viene directamente por operación
del Espíritu Santo? Viene por el oír (Rom_10:17).
El ateo presupone que Dios no existe.
Comenzando con esta premisa tiene que afirmar, con insensatez, que de la nada
vino la vida; que la materia es eterna; que el universo tan ordenado llegó a su
estado presente por pura casualidad. Con su presuposición “establecida”,
rechaza cualquier revelación divina, y siendo así el caso, claro es que no
puede entender lo que el cristiano entiende por fe.
Como el hombre
natural es el hombre solocarnal, no inspirado o sin la ayuda de la revelación
de Dios, el espiritual es el inspirado (y en aplicación secundaria, el que se
deja guiar por dicha revelación). Siendo este último hombre guiado por lo que
el Espíritu Santo ha revelado, él puede evaluar, examinar o juzgar de manera
debida todas las cosas (del contexto). Él puede ver la razón de la vida, las
diferentes relaciones que se deben sostener en la vida con su prójimo y con
Dios, y el camino en qué andar para alcanzar la vida eterna.
Nadie puede
comprender a Dios (Rom_11:34), solo mediante la guía del Espíritu Santo, los
creyentes pueden vislumbrar algunos de los planes, pensamientos y acciones de
Dios; en realidad, tienen la "mente de Cristo". Mediante su Espíritu
Santo podemos empezar a conocer sus pensamientos, hablar con Él, y esperar su
respuesta a nuestras oraciones. ¿Está pasando el tiempo suficiente con Cristo
para tener su misma mente? Una relación íntima con Cristo viene sólo como
resultado de pasar un tiempo constante en su presencia y con su Palabra.
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
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