Hechos 10; 38
Jesús de Nazaret, cómo Dios lo ungió con Espíritu Santo y poder,
y pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque
Dios estaba con él.
Al decir que
"Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret"
Pedro se refiere a Mat_3:16-17. Cuando Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo
vino sobre El cómo paloma; de esta manera -- pública y visiblemente-- Jesús de
Nazaret fue ungido y proclamado como el poderoso Mesías. Dios (Padre, Hijo,
Espíritu Santo) es uno, con un solo propósito y con perfecta unidad de acción.
Era necesario identificar al hombre Jesús, quien se conocía simplemente como el
hijo de José y el carpintero de Nazaret, como el Hijo de Dios (igual a Dios,
Jua_5:18), y para hacerlo, "los cielos le fueron abiertos, y vio al
Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de
los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia".
¡Aquí están unidos los tres: Dios el Padre (hablando desde el cielo); Dios el
Espíritu Santo (descendiendo sobre El cómo paloma); y Dios el Hijo.
Jesús dijo, "Mas el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre... " (Jua_14:26) y
también, "Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del
Padre... " ¿Significan estas frases que de alguna manera el Espíritu Santo
es inferior al Padre y al Hijo porque ellos lo envían ? Claro que no. Los tres
son Uno.
Ya se comprende que aquí no se nos da
más que un resumen da lo que Pedro predicó en casa de Cornelio, lo cual lo hace
aún más importante porque nos da la esencia de la predicación original del
Evangelio.
(i) Jesús fue
enviado y equipado por Dios con el Espíritu Santo y con poder. Jesús es, por
tanto, el Don de Dios a los hombres. A veces se ha pensado que Dios estaba
airado, y el humilde Jesús consiguió pacificarle con su sacrificio. Eso no es
lo que decían los primeros predicadores; sino que Dios mismo fue el que envió a
Jesús para que nos manifestara el amor de Dios.
(ii) Jesús
practicó un ministerio de sanidad. Era su gran deseo el desterrar del mundo el
dolor y la tristeza.
(iii) Le
crucificaron. Una vez más se hace hincapié, para el que sabe leer entre líneas,
en el terrible horror de la Crucifixión. Hasta ese punto llega el pecado
humano.
(iv) ¡Pero
resucitó! El poder que había en Él no podía ser derrotado. Podía conquistar lo
peor que los hombres pudieran hacer, y al final conquistó la muerte.
(v) Los
predicadores, los maestros cristianos y los nacidos de nuevo son testigos de la
Resurrección. Para ellos Jesús no es el personaje de un libro o del que han
oído hablar. Es Uno que está vivo y presente, con Quien ellos se han encontrado
y al Que conocen personalmente.
(vi) El
resultado de todo esto es el perdón de los pecados y una nueva relación con
Dios. Por medio de Jesús ha vuelto a amanecer sobre la humanidad la amistad que
siempre debía haber existido entre Dios y los hombres, pero que el pecado había
interrumpido.
¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!
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