} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 10 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

sábado, 10 de marzo de 2018

10 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Mateo 7; 25
y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.

Descendió lluvia, vinieron ríos (los torrentes, una inundación) y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra (azotaron) las dos casas. Este lenguaje indica fuertes pruebas. Todos son azotados y sacudidos por contratiempos, problemas, dificultades, aflicciones, tribulaciones de toda clase. La vida es una prueba. Es una disciplina, una escuela de preparación.
Los que ponen en práctica las enseñanzas de Jesús aguantan y soportan todas las pruebas de la vida, los demás no. El obedecer o no obedecer es el fundamento, la base, de la vida. Determina todo el curso de la vida.
El carácter de todos se sujeta a duras pruebas todos los días, en el hogar, en el trabajo, en la escuela, y en todas las relaciones y actividades de la vida. Las tentaciones y pruebas, como tormentas violentas, nos azotan y atacan los cimientos de la vida. Los vientos y las inundaciones que nos sacuden y azotan prueban y manifiestan la clase de fundamento que escogimos para nuestra casa. Pero el carácter desarrollado y afinado por las bienaventuranzas y las demás enseñanzas del Sermón del Monte soporta todo ataque contra el alma. Esta "casa" resiste porque está cimentada sobre la Roca que es Cristo.
Nuestra influencia es probada todos los días. ¿Somos en verdad la sal de la tierra, la luz del mundo? El fundamento determina esto. La obediencia es el fundamento sólido que produce la buena influencia. La falta de obediencia destruye la influencia.
Los que no practican las enseñanzas de Jesús hacen las obras de la carne (Gál_5:19-21). Los problemas y conflictos de la vida solamente producen odio, amargura y pleitos entre hombres. La casa de estos es azotada por los vientos y ríos de pasiones humanas y cae. Pero los que ponen en práctica las enseñanzas de Jesús llevan el fruto del Espíritu (Gál_5:22-23)
¿Confiamos en Dios o en las cosas materiales? ¿A cuál de los dos servimos? ¿Nos preocupamos (nos afanamos) por las cosas materiales o por los asuntos del reino? Todos son probados en este sentido todos los días. Job_14:1-2, "El hombre, nacido de mujer, corto de días y lleno de turbaciones, como una flor brota y se marchita, y como una sombra huye y no permanece". La vida está llena de problemas serios. Hay enfermedades, aflicciones, pérdidas, quiebras, desempleo, revoluciones y toda clase de "turbaciones". ¿En quién o en qué confiaremos? ¿Adónde iremos para buscar ayuda y apoyo? Así somos probados. ¿Resistirá la casa o caerá?

Santiago 1; 22
Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.

La Palabra, recibida con mansedumbre, y que está implantada en uno, debe estar obrando efectivamente en él. Le toca al cristiano ser hacedor de la ley. Santiago usa el imperativo presente al decir, "sed", dando a entender que sus lectores deben estar llegando a ser hacedores de la Palabra, y quedarse activos en ello continuamente. El tiempo presente en el griego enfatiza lo que es habitual o de duración. Algunos de los hermanos habían llegado a un estado de haber oído la Palabra y se contentaban con ello; no la ponían por obra continuamente. Los versículos siguientes desarrollan el tema introducido en esta frase del versículo 22.
"Y no tan solamente oidores". El propósito bíblico de oír es que se produzca fe (Rom_10:17), y la fe obra (Stg_2:22). Al ser algunos culpables de ser solamente oidores, es obvio que les faltaba fe salvífica. ¡No estaban oyendo con el fin de obrar, sino para tener conocimiento! Estos hermanos contenían conocimiento (pues estaban oyendo), pero no tenían fruto (Jn_15:8).
Uno se engaña a sí mismo porque cree que está bien con Dios, ya que asiste fielmente a presentaciones de la Palabra predicada y que oye. Pero la verdad es que con solamente oír no está sirviendo al Señor. Es víctima de la falacia de su razonamiento. El oír es un medio, ¡no un fin! Se priva a sí mismo el que cree que basta ser oyente fiel. Al contrario, el oír tiene el diseño de producir la fe que obra, y el fiel es el que oye con ese fin.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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