} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 30 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 30 de marzo de 2018

30 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.




 Lucas 23; 46
Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y habiendo dicho esto, expiró.

   De esta manera Jesús puso “su vida en expiación por el pecado” (Isa_53:10). En esos momentos El dio “su vida en rescate por muchos” (Mat_20:28). En esos momentos “llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1Pe_2:24; Isa_53:5).
Las palabras de Jesús están tomadas del Psa_31:5, una plegaria de confianza en Dios que se enseñaba a los niños judíos. Jesús hizo aún más tierna la oración confiada añadiéndole la palabra Padre. Aun en la cruz, la muerte era para Jesús como el quedarse dormido en los brazos de su Padre.
         Algunos dicen que Jesús tuvo dos espíritus (Espíritu divino y también espíritu humano), pero este concepto es erróneo. ¿Por qué necesitaría un espíritu humano? Debido a la estrecha identidad y afinidad entre Dios y el espíritu del hombre, no era nada difícil que Cristo desempeñara el papel humano. Cristo es el Creador (Jn_1:3) del espíritu humano; ¿le sería difícil, pues, hacer el papel de ese espíritu que El mismo creó? Claro que no. Es cierto que este es un tema muy profundo que la mente finita no tiene que comprender a fondo, pero lo importante es que todos crean en la encarnación de Cristo y que no salgan con teorías y especulaciones humanas. "Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí" (Mat_11:6).
Jn_10:17-18, “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar”. Se acabó el sufrimiento. Ya no habría más azotes. No volverían a escupirle. En lugar de llevar una corona de espinas ahora llevaría la corona de Rey de reyes. Ya se acabó la humillación y pronto vendría la exaltación (Flp_2:8-11).

Juan 19; 30
Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

La expresión consumado es traduce la palabra tetelestai que significa "llevado a su fin completo y perfecto". El propósito divino de su venida al mundo fue perfecta y completamente llevado a cabo. Esto es de mucho consuelo para todo el mundo, porque la muerte de Cristo pagó el precio de nuestra redención (Hch_20:28; Efe_5:25-27; 1Pe_1:18-19).
         Al morir en la cruz Cristo destruyó "al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo" para "librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre" (Heb_2:14-15). "Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera".
         Dios dijo a la serpiente (Gén_3:15), que la simiente de la mujer "te herirá en la cabeza". Esta promesa fue cumplida cuando Jesús dijo, Consumado es.
 Se acabó el sufrimiento. Ya no habría más azotes. No volverían a escupirle. En lugar de llevar una corona de espinas ahora llevaría la corona de Rey de reyes. Ya se acabó la humillación y pronto vendría la exaltación (Flp_2:8-11).
         Algunos hermanos niegan la Deidad de Cristo afirmando que El murió pero que Dios no puede morir, pero ¿Cristo no es el "Señor de la gloria"? Pablo dice que los príncipes de este siglo crucificaron "al Señor de la gloria" (1Co_2:8). Los hermanos que dicen que Dios no muere pero que Cristo murió, lo dicen para recalcar la humanidad de Cristo, pero la única conclusión lógica de tal afirmación es que Cristo no era Dios. Desde luego, Dios no puede morir porque Él es Espíritu. pero tampoco puede morir el espíritu del hombre (Mat_10:28), pues la muerte es solamente la separación del espíritu del cuerpo (Stg_2:26).
         Dios es Espíritu, pero también el hombre es espíritu, porque "creó Dios al hombre a su imagen" (Gén_1:27). Somos "linaje de Dios" (Hch_17:29). Dios es el "Padre de los espíritus" (Heb_12:9). Dios "forma el espíritu del hombre dentro de él" (Zac_12:1). Al morir el cuerpo del hombre, su espíritu vuelve a Dios quien lo dio (Ecl_12:7). Los que mueren en el Señor son "los espíritus de los justos hechos perfectos" en el cielo (Heb_12:23).
         Desde luego, creemos en la encarnación de Cristo (que "aquel Verbo fue hecho carne") porque la Escritura así lo afirma (Jn 1:14; Mat_1:23, etc.), pero al recordar que el hombre es espíritu, es más fácil entender la encarnación de Cristo. Cristo (Espíritu) vino a ser hombre (que también es espíritu).  
          Muchos hermanos han tropezado en la doctrina de la encarnación de Cristo enseñada por Pablo en Flp_2:7, como el acto supremo de humildad de Cristo. Pablo dice que Cristo "se despojó a sí mismo" e inmediatamente explica -- en la misma frase -- que esta expresión se refiere a la encarnación de Cristo ("tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres"). Pero algunos hermanos están resueltos a forzar este texto a decir que Cristo se despojó a sí mismo de sus atributos divinos o del uso de ellos (que hubiera sido la misma cosa e igualmente imposible). Cristo vino al mundo para revelar al Padre y para hacerlo demostró los atributos divinos a través de su ministerio.
         Mateo registra otro detalle muy importante que cabe mencionar aquí. Cuando Cristo murió, "el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo" (Mat_27:51). El velo separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo que simbolizaba el cielo mismo. La muerte de Cristo hizo posible nuestra entrada en el cielo. "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne... “(Heb_9:19-20).
Hasta ese momento, un sistema complicado de sacrificios se ofrecía por los pecados. El pecado separa al hombre de Dios y solo mediante el sacrificio de un animal, un sustituto, la gente podía recibir perdón de su pecado y llegar a obtener limpieza delante de Dios. Pero la gente peca continuamente, de modo que eran necesarios sacrificios frecuentes. Jesús, sin embargo, fue el sacrificio final por el pecado. La palabra consumado es la misma que se traduce "cancelado". Jesús vino a consumar la salvación de Dios a pagar la deuda total de nuestros pecados. Con su muerte, el complejo sistema sacrificial terminaba porque Jesús cargó con todos nuestros pecados. Ahora podemos acercarnos con libertad a Dios por lo que hizo a nuestro favor. Los que creemos en la muerte y resurrección de Jesús podemos vivir por la eternidad con Dios y escapar de la muerte que lleva consigo el pecado.

¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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