Y
escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: "El Hijo de Dios, que tiene
ojos como llama de fuego, y cuyos pies son semejantes al bronce bruñido, dice
esto:
'Yo conozco tus obras,
tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y que tus obras recientes son
mayores que las primeras.
'Pero
tengo esto contra ti: que
toleras a esa mujer Jezabel, que se dice ser profetisa, y enseña y seduce a mis
siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas sacrificadas a los ídolos.
'Le he
dado tiempo para arrepentirse, y no quiere arrepentirse de su inmoralidad.
'Mira,
la postraré en cama, y a los que cometen adulterio con ella los arrojaré en gran tribulación, si
no se arrepienten de las obras de ella.
'Y a
sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que
escudriña las mentes y los corazones, y os daré a cada uno según vuestras
obras.
'Pero
a vosotros, a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esta
doctrina, que no han conocido las cosas profundas de Satanás, como ellos las llaman, os digo: No os impongo
otra carga.
'No
obstante, lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.
'Y al
vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, LE DARE AUTORIDAD SOBRE LAS
NACIONES;
Y LAS
REGIRA CON VARA DE HIERRO, COMO LOS VASOS DEL ALFARERO SON HECHOS PEDAZOS, como
yo también he recibido autoridad
de mi Padre;
y le
daré el lucero de la mañana.
'El
que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.'"
La más larga de las siete cartas va
dirigida a la menos importante de las siete ciudades. Sin embargo, el problema
que arrostraba Tiatira y el peligro que la amenazaba eran los que se
involucraban universalmente en la posición de los cristianos de Asia.
Tiatira está ubicada en el largo valle
que conecta los valles de los ríos Hermo y Caico por los que ahora pasa el
ferrocarril; y era su posición geográfica lo que le daba su importancia.
(i) Tiatira está en la carretera que
conecta Pérgamo con Sardis, y que seguía hasta Filadelfia y Laodicea,
conectándolas con Esmirna y Bizancio. Era la carretera por la que se desplazaba
el correo imperial; y estaba abarrotada con el comercio de Asia y de Oriente.
Por tanto, lo primero y principal era que Tiatira era una gran ciudad
comercial.
(ii) Estratégicamente, la importancia de
Tiatira le venía de ser la puerta de acceso a Pérgamo, la capital de la provincia.
Lo primero que oímos de Tiatira es que es una guarnición armada, a cargo de una
compañía de tropas macedonias apostadas allí como avanzada para proteger a
Pérgamo. La dificultad estaba en que Tiatira no podía encargarse de una defensa
prolongada. Estaba en un valle abierto. No tenía alturas que se pudieran
fortificar; y todo lo que Tiatira podía esperar hacer era detener al enemigo
hasta que Pérgamo estuviera lista para enfrentarse con los invasores.
(iii) Tiatira no tenía ninguna
importancia por motivos religiosos. Su héroe-dios local se llamaba Tyrimnus, al
que se representa en las monedas a caballo y blandiendo un hacha de guerra y un
garrote. Lo único notable acerca de Tiatira desde el punto de vista religioso
era que tenía un altar de adivinación que presidía una pitonisa llamada
Sambathé. La iglesia de Tiatira no corría peligro de sufrir persecución.
(iv) Entonces, ¿cuál era el problema de
Tiatira? Sabemos menos acerca de Tiatira que acerca de ninguna otra de las
siete ciudades, y por tanto tenemos serias dificultades para reconstruir la
situación. Lo único que sabemos es que era un gran centro comercial,
especialmente de la industria del tinte, y del comercio de artículos de lana.
Era de Tiatira de donde procedía Lidia, la vendedora de púrpura (Hec_16:14). Por
las inscripciones que se han descubierto sabemos que tenía un montón de gremios
comerciales. Estos eran asociaciones de ayuda mutua y de diversiones para los
que se dedicaban a ciertos negocios. Había gremios de trabajadores de la lana,
la piel, el lino y el bronce, fabricantes de ropa exterior, tintoreros,
alfareros, panaderos y traficantes de esclavos.
Aquí nos parece que estaba el problema
de la iglesia de Tiatira. El negarse a formar parte de uno de esos gremios
sería comparable a mantenerse fuera de los sindicatos de nuestros días. Querría
decir renunciar a todas las perspectivas de existencia comercial. ¿Por qué se
había de negar un cristiano a formar parte de uno de esos gremios? En todos
ellos se celebraban comidas de socios. Estas se celebrarían muchas veces en un
templo; y aunque no fuera así, de todas maneras empezarían y terminarían con un
sacrificio a los dioses, y la carne que se comiera se habría ofrecido antes a
los ídolos. Además, sucedía a menudo que estas comidas gremiales se convertían
en borracheras y orgías. ¿Le estaba permitido a un cristiano participar de
tales reuniones?
Aquí estaba el problema de Tiatira. La
amenaza venía de dentro de la iglesia. Había un movimiento fuerte, dirigido por
una mujer a la que Juan llama Jezabel, que proponía llegar a un acuerdo con los
principios del mundo en interés del comercio y el negocio, manteniendo, sin
duda, que el Espíritu Santo podía guardarlos de todo mal. La respuesta del
Cristo Resucitado fue inequívoca: el cristiano no debe tener que ver nada con
esas cosas.
De todas las siete cartas esta es la más
enigmática. Nuestro problema es que tenemos muy poca información directa de
Tiatira y que se nos presenta una serie. de cuatro cuestiones: ¿Cuál era la
situación de la iglesia de Tiatira? ¿Quién era Jezabel? ¿Qué enseñaba? ¿Qué
quieren decir las promesas que se le hacen a la iglesia de Tiatira?
(1) La carta empieza con una descripción
del Cristo Resucitado que contiene una amenaza: Sus ojos son como fuego llameante y Sus pies como bronce bruñido. La
descripción está tomada de la del mensajero angélico de Dan_10:6: «Su rostro parecía un relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies como el
fulgurar del bronce bruñido.» Los ojos llameantes tienen que representar dos
cosas: la ira ardiente contra el pecado, y la terrible penetración de esa
mirada que despoja de los disfraces y penetra hasta lo más íntimo de la
persona. Los pies de bronce tienen que representar el poder inconmovible del
Cristo Resucitado. Un mensaje que empieza así no es precisamente un
tranquilizante.
La carta continúa en términos de la más
alta alabanza. El amor y la lealtad y el servicio y la constancia de la iglesia
de Tiatira invitan a una felicitación. Debemos fijarnos en que estas grandes
cualidades van en pareSantiago El servicio es la manifestación del amor, y la
firme constancia el producto de la lealtad.
A continuación viene la condenación de
la mujer Jezabel, con todos sus métodos y enseñanza: y apenas se puede evitar
la conclusión de que ella tenía una influencia muy considerable en la iglesia
de Tiatira.
La conclusión inevitable parece ser la
siguiente. Exteriormente, la iglesia de Tiatira era fuerte y floreciente. Si un
forastero llegaba, se quedaría impresionado con su abundante energía y su
generosa liberalidad y su aparente firmeza. Pero, a pesar de todo eso, faltaba
algo esencial.
Aquí está la advertencia. Una iglesia
abarrotada de miembros y que es una colmena de energía no es de necesidad una
iglesia real. Es posible que esté abarrotada porque sus miembros vienen a pasar
el rato en lugar de a instruirse, y a estar tranquilos en lugar de a
enfrentarse con el hecho del pecado y el ofrecimiento de salvación; puede que
sea un club cristiano de mucho éxito en vez de una verdadera congregación.
(2) El origen del problema de Tiatira se
centraba en torno a la mujer que se llama Jezabel en la carta. Se ha propuesto
una gran variedad de respuestas a la pregunta de su identidad.
Más
atrás ya vimos que el ángel de
la iglesia podría ser el obispo de
la iglesia. Entonces, si la carta va dirigida al obispo de la iglesia de
Tiatira, y se hace referencia a tu
mujer Jezabel, ¡eso quiere decir que la causa del problema es la mujer
del obispo! Eso iluminaría de refilón el problema de una de las congregaciones
cristianas primitivas, y no sería la última vez que las mujeres de los
ministros de la iglesia causaron problemas en la congregación.
Una de las atracciones que podía ofrecer
Tiatira era una pitonisa llamada la
Sambathé, una mujer que echaba la buenaventura. Los griegos usaban los
oráculos con mucha frecuencia. El oráculo de Delfos era famoso
internacionalmente, y la expresión un
oráculo de Delfos se había hecho proverbial, algo así como cuando
decimos en español: " Eso es el Evangelio.» Puede que esta pitonisa fuera
judía, porque los judíos eran los que se dedicaban en el mundo antiguo al
negocio de echar la buenaventura. Hay algunos que ven en esta Sambathé la mala
influencia que amenazaba a la iglesia de Tiatira; pero hay que rechazar también
esto, porque está bien claro que la tal Jezabel era miembro de la iglesia, y su
influencia la ejercía desde dentro.
Que pretendiera ser profetisa no es muy
sorprendente. Es verdad que Pablo no permitía a las mujeres hablar en la
iglesia (1Co_14:34
); aunque es posible que ese versículo se refiera a hacer
preguntas o comentarios durante el culto, ya que en la misma carta establece
que pueden orar o profetizar siempre que tengan cubierta la cabeza. Pero
también es cierto que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo había
profetisas. En el Antiguo Testamento están Míriam (Exo_15:20),
Débora (Jue_4:4)
y Hulda (2Re_22:14); y en
el Nuevo Testamento están Ana (Luc_2:36 ),
y las cuatro hijas vírgenes de Felipe (Hec_21:9 ).
A esta mujer se la llama Jezabel, nombre
poco probable que se le pusiera a una mujer, porque la Jezabel del Antiguo
Testamento fue el compendio de la maldad. Era hija de Et-baal, rey de los
sidonios (1Re_16:31). Cuando llegó de Sidón se
trajo sus propios dioses, y consiguió que Acab y el pueblo de Israel dieran
culto a Baal. Jezabel mató a los profetas del Señor, y mantuvo a sus expensas a
cuatrocientos cincuenta profetas de Baal (1Re_18:13;
1Re_18:19). Fue una pésima influencia en el reinado de Acab, y la
responsable del asesinato de Nabot (1 Reyes 21). Pasó a la historia como responsable de fornicaciones y de
muchas hechicerías (2Re_9:22).
Todo esto nos hace pensar que la Jezabel
de Tiatira fue una mala influencia en la vida y el culto de la iglesia cristiana.
Puede suponerse que no trataba de destruir la iglesia, sino que lo que quería
era incorporar formas que eran corrientes en la sociedad pagana, que se podían
considerar exigencias de la vida social y comercial -pero que eran, de hecho,
destructivas para la fe.
(3) Esta Jezabel de mujer es acusada de
enseñar dos cosas: comer carne ofrecida a los ídolos, y cometer fornicación.
(a) Uno
de los grandes problemas de la Iglesia Cristiana, con el que se enfrentaban los
cristianos a diario, era el de la carne ofrecida a los ídolos. Cuando una
persona hacía un sacrificio en un templo griego, lo que se quemaba en el altar
no era más que una pequeña parte de la víctima; a veces tan poco como unos
pocos pelos que se cortaban de la frente del animal. Los sacerdotes recibían
una parte de la carne del animal .como sus gajes; y el adorador recibía el
resto, con el que hacía una de dos cosas. Podía celebrar una fiesta con sus
amigos en el recinto del templo; una invitación corriente entonces era: «Te
invito a comer conmigo a la mesa de nuestro Señor Serapis.» O podía llevarse la
carne a casa y celebrar la fiesta allí. Aquí estaba el problema para los
cristianos. ¿Podía uno, en un templo pagano o en cualquier otro sitio, comer
carne que se había ofrecido a un ídolo? Pablo discute este problema en 1 Corintios 8-10.
El problema se complicaba por el hecho
de que hasta la carne que se vendía en las carnicerías podía ser que antes se
le hubiera consagrado a un ídolo. Los sacerdotes del templo no podían consumir
toda la carne que les correspondía, y por tanto vendían mucho de su parte a las
carnicerías. Tal carne era de la mejor calidad, porque a los dioses no se les podía
ofrecer una víctima con defecto. ¿Qué debía hacer un cristiano en ese caso?
La Iglesia no tenía la menor duda en
cuanto a lo que los cristianos tenían que hacer. El abstenerse de cosas que se
hubieran ofrecido a los ídolos fue una de las condiciones que se les impusieron
a los gentiles para tener derecho a ingresar en la Iglesia Cristiana Hec_15:29).
La
prohibición de comer carne sacrificada a los ídolos tenía una consecuencia de
largo alcance. Contribuía a aislar a un cristiano de todas las ocasiones
sociales con los no cristianos; había pocas ocasiones sociales, y casi ningún
banquete, en los que pudiera participar con los paganos.
Esto tenía
otra consecuencia que, como ya hemos dicho, creemos que estaba en el trasfondo
de la situación de Tiatira. Quería decir que el cristiano no podía vincularse a
ningún gremio profesional, porque todos los gremios tenían una comida en común
como el centro de sus prácticas, que bien podía ser que se celebrara en un
templo pagano y que consistiera mayormente de carne ofrecida a un ídolo. El
mantenerse al margen de la membresía del gremio casi equivalía a un suicidio
comercial.
Aquí era
donde entraba Jezabel. Les decía a los cristianos que no tenían por qué
aislarse de la sociedad o excluirse de los gremios. Cuando ella lo decía, no lo
hacía movida por ningún principio, sino simplemente tratando de proteger sus
intereses comerciales. Jezabel pertenecía al grupo de los que consideran que
los derechos del éxito comercial deben tener más peso que los principios
cristianos.
(b) La otra parte de la enseñanza de Jezabel no está tan clara. Se dice
que enseñaba a las personas a cometer fornicación; se la exhorta a arrepentirse
de su fornicación; y sus amantes y sus hijos son amenazados juntamente con ella.
¿Hay que tomar esta referencia literalmente, o el sentido metafórico que es tan
corriente en las Escrituras? Es decir, ¿cómo una referencia a la inmoralidad
sexual, o a la infidelidad espiritual? ¿Por qué es un pecado
serio la inmoralidad sexual?
Las relaciones
sexuales fuera del matrimonio siempre hieren a alguien. Hieren a Dios porque
muestran que preferimos satisfacer nuestros deseos a nuestro antojo en lugar de
seguir las instrucciones de la Palabra de Dios, o satisfacer nuestro deseo
ahora en lugar de esperar su tiempo oportuno. Hieren a otros porque violan el
compromiso tan necesario para una relación. Nos hieren a nosotros porque con
frecuencia traen consigo enfermedades a nuestro cuerpo y afectan en forma
adversa nuestra personalidad. La inmoralidad sexual tiene un tremendo poder
para destruir familias, iglesias y comunidades porque destruye la integridad
sobre la cual se basan esas instituciones. Dios quiere protegernos y proteger a
los demás; por lo tanto, no debemos participar en la inmoralidad sexual, aunque
nuestra cultura lo acepte.
(i) No cabe
duda que en la Escritura la infidelidad a Dios se expresa en términos de
fornicación y adulterio. Israel es la esposa del Señor (Isa_54:5 ; Jer_3:20); y en el Nuevo
Testamento la Iglesia es la esposa de Cristo (2Co_11:1;
Efe_5:24-28). Una y otra vez en el Antiguo Testamento se dice que los
israelitas «se prostituyen siguiendo a dioses extraños» (Exo_34:15
s; Deu_31:16; Ose_9:1). En el Nuevo Testamento la edad que
es infiel a Jesucristo es «una generación malvada y adúltera» (Mat_12:39; Mat_16:4;
Mar_8:38). ¿Es la fornicación que la enseñanza de Jezabel inculca
una infidelidad espiritual a Jesucristo? Si ese es el sentido, sus amantes serán los que coquetean con
esta clase de enseñanza, y sus hijos de
ella los que la han aceptado.
Bien
puede ser que la enseñanza de Jezabel fuera que los cristianos no tienen
necesidad de ser exclusivos en su culto a Jesucristo y, sobre todo, que no
tienen por qué negarse a decir: «César es Señor,» y quemar la pizquita de
incienso. Si la Iglesia Cristiana en su conjunto hubiera aceptado esa forma de
enseñanza, la consecuencia inevitable habría sido que el Cristianismo se habría
convertido en una religión más de las que ya poblaban el Imperio Romano. La
pretensión del Cristianismo no es que Jesucristo es uno de los salvadores, ni
siquiera que es el principal de todos ellos, sino que es el único Salvador.
(ii) Hay una cosa en esta carta que
milita contra ese punto de vista. Leemos que los seguidores de Jezabel
pretendían conocer las profundidades
de Satanás. Algunos investigadores creen que esto es la descripción
despectiva que da el Cristo Resucitado de la falsa enseñanza. El cristiano
verdadero sabe lo que Pablo llamaba "lo profundo de Dios» (1Co_2:10); lo
que saben Jezabel y su compañía son las profundidades de Satanás. Pero esa
explicación no satisface, porque la carta habla inconfundiblemente de «lo que
ellos llaman "las profundidades de Satanás."» Esta es sin lugar a
dudas una referencia a una clase de creencia que no era infrecuente entre los
herejes. Algunos de ellos mantenían que era un deber experimentar toda clase de
pecados. Lo que decían que se debían proponer era dejar que el cuerpo se
regodeara en el pecado, y mantener el alma impoluta. Los que conocían las
profundidades de Satanás eran los que habían sondeado las profundidades del
mal. Jezabel puede que enseñara que era un deber pecar.
Nos parece que en este caso todos los
hilos se atan y no hay necesidad de escoger entre puntos de vista. Lo más
probable es que Jezabel enseñara que un cristiano debe acomodarse al mundo; en
otras palabras, impulsaba a la iglesia a la infidelidad espiritual que
conduciría irremisiblemente a la fornicación física. Por la misericordia de
Dios la enseñanza de Jezabel y sus semejantes no llegó a ser el punto de vista
de la Iglesia. Si hubiera llegado a serlo, la Iglesia se habría convertido en
una clase agradable de paganismo. Sobre esto dijo Pablo: " No os
conforméis a este mundo, sino transformaos por la renovación de vuestra mente» (Rom_12:2). Y
Jesús dijo la última palabra sobre este asunto: " Nadie puede
servir a dos amos... No podéis servir a Dios y a mamoná» (Mat_6:24). La
vieja disyuntiva sigue siendo la alternativa actual: " Escogeos hoy a
quién vais a servir» (Deu_30:19 ; Jos_24:1).
(4) La carta a Tiatira se cierra con una
serie de grandes amenazas y grandes promesas. A Jezabel se le han dado todas
las oportunidades que podía conceder la misericordia divina. Si no se
arrepiente, acabará en el lecho del dolor, y sus amantes y seguidores
compartirán su suerte. Esto les demostrará a todos, como decía la antigua
Reina-Valera, que el Cristo Resucitado «escudriña los riñones y los corazones.»
La frase es una traducción de Jer_11:20 , donde
es a Diosa Quien corresponde la prerrogativa de escudriñar el corazón y los
riñones, es decir, las emociones y las intenciones más íntimas; pero en Apocalipsis, como se hace tan a
menudo, las prerrogativas exclusivas de Dios son también las prerrogativas del
Cristo Resucitado.
Aunque
nos parezca extraño, la psicología hebrea creía que la sede de las emociones
estaba en las vísceras inferiores, los riñones y el vientre, y la del
pensamiento en el corazón. Cuando el Cristo Resucitado dice que Él escudriñará
los riñones y el corazón quiere decir que toda emoción y todo pensamiento están
abiertos a Su mirada.
El órgano físico
del cuerpo, el centro de la vida física, el asiento de la vida personal (física
y espiritual), el centro de la personalidad, el asiento de toda la actividad
mental y moral, que contiene elementos racionales y emocionales. Constituye el
asiento de sentimientos, deseos, gozo, dolor y amor. También del pensamiento, del
entendimiento y de la voluntad. El corazón humano es la morada del Señor y del
Espíritu Santo. En el v. 23, el Señor omnisciente ve hasta lo más íntimo del
ser, donde se toman todas las decisiones concernientes a Él.
Hay aquí un punto importante. Cuando
empezamos a estudiar la carta a Tiatira vimos que todos los que entraban a la
iglesia por primera vez creerían que estaba desbordante de vida y fructífera de
toda buena obra. Sin duda los que prosperaban en los negocios gracias a haber
hecho un pacto con el mundo serían pródigos en su generosidad. Sin duda los que
asistían a los gremios comerciales daban generosamente al fondo de
beneficencia. Parecían cristianos
de veras. Sin duda Jezabel les caía muy bien a muchos. Debe de haber tenido un
gran dominio del lenguaje y una presencia agradable para que la consideraran
profetisa. El detalle está en que el Cristo Resucitado puede ver más allá del
disfraz exterior; Él sabrá si el arrepentimiento es auténtico o no.
A los que son fieles se les hace una promesa doble.
(i) La primera parte procede del Sal_2:8 " Pídeme, y te daré por heredad las
naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con
vara de hierro; como ` vasija de alfarero los desmenuzarás.» Los judíos creían
que este era un Salmo mesiánico, referente a un Mesías conquistador que
destruiría a los gentiles y extendería el dominio de Israel hasta lo último de
la tierra. Pero también ha sido una de las mayores inspiraciones misioneras de
la Iglesia Cristiana. Muchos misioneros han reclamado para sí esa promesa:
" Pídeme, y te daré por heredad las naciones.»
(ii) La segunda parte es la promesa de
la estrella de la mañana. A esto se le han dado cuatro explicaciones
principales.
(a) Se
ha tomado como una promesa de la primera resurrección. Como la estrella
matutina sale después de la noche, así el cristiano se levantará después de la
noche de la muerte.
(b) Se ha tomado como la conquista de
Lucifer. Lucifer es el diablo, el ángel que era tan orgulloso que se rebeló
contra Dios y fue arrojado desde las almenas del Cielo (Isaías 14:12). Lucifer quiere
decir el que trae la luz, y es
el nombre de la estrella de la mañana. En ese caso, esta es la promesa del
dominio definitivo sobre Satanás y el pecado.
(iii) Se ha considerado en relación con Dan_12:3. Allí la promesa es: «Los entendidos
resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia
a la multitud, como las estrellas, a perpetua eternidad.» En ese caso, la
estrella de la mañana es la gloria que recibirán los íntegros, y los que hayan
ayudado a otros a tomar el camino de la integridad.
(iv) Todas estas aplicaciones son muy
hermosas, y puede que estén todas incluidas en esta promesa; pero estamos
convencidos de que la verdadera interpretación es la siguiente. El mismo Apocalipsis llama a Jesús «la
estrella resplandeciente de la mañana» (Rev_22:16). La promesa de la estrella matutina
es la promesa de Cristo mismo. Si el cristiano es auténtico, cuando llegue al
final de esta vida tendrá a Cristo para no perderle ya nunca más.
¡Maranata!
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