} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 13 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 13 de marzo de 2018

13 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



  Lucas 11; 9-11
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
   Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
   O suponed que a uno de vosotros que es padre, su hijo le pide pan; ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un pescado; ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado?

Jesús recomienda la oración al recordarnos la naturaleza misma de Dios. Jesús no habla sólo de pedirle a Dios, sino también de buscar e incluso de pedirles a otros que tienen y que saben lo que no sabemos, aun cuando nos parezca humillante aparecer como pobres e ignorantes.     Digno de destacarse es también el ejemplo dado por Jesús: ese hombre no pedía por él sino para poder atender a un amigo de paso.
 Su argumentación va de lo más pequeño a lo mayor. Si padres humanos con imperfecciones enfrentan las necesidades reales de sus hijos, en lugar de engañarlos dándoles regalos peligrosos, cuánto más podemos esperar de nuestro Padre celestial, quien nos bendice con la mejor de las dádivas, el Espíritu Santo. Nuestras necesidades fundamentales son de índole espiritual, y una buena relación con Dios, a través del Espíritu Santo, es la base de la certidumbre de que el Señor proveerá tanto en lo espiritual como en lo material.
Cristo alienta el fervor y la constancia en la oración. Debemos ir por lo que necesitamos, como hace el hombre acude a su vecino o amigo, que es bueno con él. Vamos por pan; porque es lo necesario. Si Dios no responde rápidamente nuestras oraciones, lo hará a su debido tiempo, si seguimos orando.
Nos habla acerca de qué orar: debemos pedir el Espíritu Santo, no sólo por necesario para orar bien, sino porque todas las bendiciones espirituales están incluidas en ello. Porque por el poder del Espíritu Santo se nos lleva a conocer a Dios y al arrepentimiento, a creer en Cristo y a amarlo; así somos consolados en este mundo, y destinados para la felicidad en el próximo. Nuestro Padre celestial está listo para otorgar todas estas bendiciones a cada uno que se las pida, más que un padre o madre terrenal está dispuesto a dar comida a un niño hambriento. Esta es la ventaja de la oración de fe: que aquieta y fija el corazón en Dios.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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