} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 23 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 23 de marzo de 2018

23 Marzo: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



Lucas 6; 27
 Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen;


Una cosa se desprende de esto. El amor que les tenemos a nuestros seres queridos es algo que no podemos evitar. Hablamos de enamorarnos como de algo que nos sucede. Pero este amor a nuestros enemigos no es algo sólo del corazón, sino también de la voluntad. Es algo que por la gracia de Cristo podemos desear tener. Este pasaje contiene dos grandes Hechos de ética cristiana.   La ética cristiana es positiva. No consiste tanto en no hacer cosas, sino en hacerlas. Jesús nos ha dado la Regla de Oro que nos manda hacer a los demás lo que quisiéramos que ellos nos hicieran a nosotros. Esta regla aparece en muchos escritores de muchos credos, pero en la forma negativa.  
  La verdadera esencia de la conducta cristiana consiste, no en abstenernos de cosas malas, sino en hacer cosas buenas.
  La ética cristiana se basa en la gracia. Jesús describe las maneras normales de la conducta sensata, y las califica diciendo que «eso no tiene ninguna gracia». A menudo la gente pretende ser tan buena como los demás. Es probable que lo sea; pero la pregunta de Jesús es: "¿Cuánto mejor eres tú que la mayoría?» No es con los prójimos con los que nos tenemos que comparar; así tal vez mereceríamos el aprobado; es con Dios con quien nos tenemos que comparar, y ahí no merecemos más que el suspenso.
  ¿Cuál es la razón suprema de la conducta cristiana? Que nos hace semejantes a Dios, porque así es como Él actúa. Dios les manda su lluvia a los justos y a los injustos; es bueno con el que le produce alegría, lo mismo que con el que le hiere el corazón. El amor de Dios abraza por igual al santo y al pecador. Ese es el amor que debemos imitar; si de veras procuramos todo lo mejor hasta para nuestros enemigos, seremos de veras hijos de Dios.



Levítico 19; 17
"No odiarás a tu compatriota en tu corazón; podrás ciertamente reprender a tu prójimo, pero no incurrirás en pecado a causa de él.

En lugar de criar sentimientos latentes de malicia o meditar propósitos de venganza contra la persona que hubiera cometido un insulto o daño contra ellos, se enseñaba al pueblo de Dios a razonar con el ofensor, y a procurar, por medio de un razonamiento tranquilo y benigno, traerle al conocimiento de su falta.  
La responsabilidad ante Dios con respecto al prójimo también es el tema de estos versículos. Cubren una amplia gama de asuntos sociales, pero están unidos por la repetición de Yo, Jehovah   Esto muestra claramente que el “segundo gran mandamiento”: de amar al prójimo inevitablemente refleja el primero: amar y temer a Dios. En 1 Jn. 4:20, 21 se capta bastante bien el énfasis de estos versículos.

Jesús no fue el único que mostró la profunda pertinencia de la ley.  En Israel, los juramentos que involucraban el nombre de Dios se usaban para cerrar contratos y otros compromisos. Por lo mismo, el no cumplir dichos arreglos deshonraba a Dios al mismo tiempo que defraudaba a la otra parte. Aprovecharse de la labor de una persona para después no pagarle adecuada o prontamente era equivalente a robar   Jer. 22:13.

En muchas partes del mundo la clase obrera aún es el sector más vulnerable y explotado económicamente hablando. La aplicación de una legislación aunque sea mínima    la cual por lo menos permite que el obrero compre su comida de la tarde y no se vaya a la cama con hambre, transformaría la vida de millones. Deut. 24:14, 15 también insiste en que la ley debe aplicarse a los emigrantes o “trabajadores-forasteros”, uno de los grupos más explotados, tanto en el mundo antiguo como en el moderno. Jesús usó la condición crítica de dicha gente para ilustrar un grado de generosidad mucho más alto, aun más allá de las demandas legales (Mat. 20:1-16). De nuevo, el AT por lo general preserva la dignidad de los derechos (en este caso los derechos de los trabajadores) en forma de responsabilidades. De igual manera, los derechos humanos de los minusválidos se expresan en el mandamiento de no burlarse o aprovecharse de ellos (Deut. 27:18; Prov. 17:5). Esto también es santidad.

La santidad demanda justicia en la comunidad local   En el Israel de antaño, la administración de la justicia estaba en las manos de los ancianos de cada vecindario. Por eso era vital que su integridad no fuera maleada por el favoritismo  las malas intenciones o el falso testimonio entre el público en general   La traducción: No atentarás contra la vida de tu prójimo es un buen consejo, pero no transmite lo que el heb. significa. La frase realmente se refiere a la acción del tribunal que amenazaba a alguien con un castigo capital. Así que la armonía de una comunidad dependía no sólo de “los profesionales”, sino de la conducta apropiada de todos al evitar la calumnia, el odio, la venganza y hasta el rencor. (El v. 17a debiera disipar cualquier malentendido en cuanto a que la ley del AT sólo se preocupaba con asuntos externos, y que Cristo fue el primero en condenar el pecado del corazón.) En la sociedad actual es muy común culpar a los tribunales, la policía y a los trabajadores sociales de todos los males existentes, mientras que al mismo tiempo se trata de ignorar la verdadera raíz del malestar de cualquier sociedad. Por lo tanto, el contexto del segundo gran mandamiento nos muestra que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos no es sólo un asunto de sentimientos privados o generosidad interpersonal, sino de ética social práctica en la arena pública, incluyendo el proceso legal. Esto también es santidad.


¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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