Colosenses 1; 21-23
Y aunque
vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados
en malas obras,
sin
embargo, ahora Él os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte,
a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él,
si en verdad permanecéis en la fe bien
cimentados y constantes, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis
oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo,
Pablo, fui hecho ministro.
De esta
manera el Espíritu Santo describe a todos los hombres de todo país y de toda época. En el vasto mundo no hay hombres inocentes entre los que no conocen a
Dios; más bien, por buenos y nobles que parezcan algunos, en realidad todos son
"extraños y enemigos" de Dios y, por eso, alejados de El (Efe_2:12),
necesitados, por eso, del evangelio de la salvación. ¿Cuál es la única solución
para esta situación? Mat_28:19.
No por medio de los misterios gnósticos, no
por medio de la filosofía humana, sino sólo por medio del evangelio de Cristo.
Y
sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, pues había
mucho peligro de que algunos de ellos se dejaran llevar por "la filosofía
y huecas sutilezas" de los falsos maestros . Pero ¿por qué hablar de
"si en verdad permanecéis" y de "sin moveros" si es
imposible caer de la gracia. Si la Biblia enseña la "Perseverancia de los
santos" (la imposibilidad de la apostasía) entonces estas palabras de
Pablo no tienen sentido.
Hechos
capítulos 13-28; Rom_10:18; Mat_24:14 dice que
el evangelio había de ser predicado "a todas las naciones" antes del
"fin" (la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.). El evangelio
fue predicado en toda la creación en el primer siglo antes del año 63 d.C.
(cuando esta carta fue escrita) sin las muchas ventajas que tenemos ahora: p.
ej., medios de comunicación excelentes, tales como el teléfono, el telégrafo,
la radio, la televisión, internet, como también medios excelentes de transporte,
tales como el automóvil (y autopistas), el avión, y hasta el vehículo espacial.
¿Cómo se explica la evangelización del mundo en el primer siglo? La respuesta
es fácil: los cristianos tenían celo de Dios, eran fervientes en espíritu, y
amaban las almas perdidas. "Pero los que fueron esparcidos iban por todas
partes anunciando el evangelio" (Hch_8:4);
hoy en día los cristianos viajan mucho, van "por todas partes", pero
¿para anunciar el evangelio? o ¿solamente para visitar otros pueblos, estados y
países para pasearse y divertirse?
Col_1:23 y Rom_10:18
declaran que el evangelio fue predicado a todas las naciones en el
primer siglo y para cumplir esta tarea ni los apóstoles ni los otros
evangelistas establecieron "iglesias patrocinadoras" u otras
sociedades misioneras. La iglesia de Cristo es la única organización
establecida por la sabiduría divina para evangelizar al mundo. Todas las demás
han sido establecidas por la sabiduría humana.
Algunos hermanos creen -- y han
afirmado -- que no es posible que la Gran Comisión (Mat_28:19;
Mar_16:15) se lleve a cabo en nuestro tiempo sin la
"cooperación" de las iglesias. Lo que practican no es la cooperación, sino la centralización, pues se establece una "iglesia
patrocinadora" (una iglesia central) y se invita a todas las iglesias de
Cristo a enviarle fondos, para que sus "ancianos" ("ancianos
patrocinadores") se encarguen de la obra de las iglesias que contribuyan
con su esfuerzo.
Los "ancianos patrocinadores"
escogen predicadores y otro personal que serán sostenidos por estos fondos
centralizados bajo su dirección, organizan "campañas" de
evangelización, programas de radio y televisión, la distribución de literatura,
y muchos otros proyectos semejantes.
Pero Pablo dice (1Ti_3:15) que la iglesia misma es "columna y
baluarte de la verdad". Acerca de la iglesia de Tesalónica Pablo dice,
"Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor"
(1Ts_1:8), y de la iglesia de Roma dice,
"vuestra fe se divulga por todo el mundo" (Rom_1:8).
La iglesia local debe ayudar a los
evangelistas según su capacidad, pues Pablo dice a los filipenses, "aun a
Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades" (Flp_4:16). Dos o más iglesias cooperaban para sostener
a Pablo, pues recibió salario de iglesias
para predicar en Corinto (2Co_11:8). Entonces,
¿pueden las iglesias cooperar ahora
en la obra de evangelización? Claro que sí, porque dos o más iglesias pueden
enviar a cierto predicador para que él pueda dedicarse a la obra, pero las
iglesias no deben enviar dinero a una "iglesia central"
("iglesia patrocinadora"), para que ésta se encargue de supervisar la
obra y administrar los fondos de muchas iglesias. Esta práctica se basa en el
plan de las iglesias sectarias.
Las iglesias de Cristo del primer siglo
no tenían "misioneros médicos". Los apóstoles y otros evangelistas
del primer siglo siguieron el patrón divino, simplemente predicando el
evangelio a la gente. No sanaban enfermos como medio de evangelización, sino
para confirmar el evangelio (Mar_16:20; Hch_14:3; Heb_2:3-4).
Los "misioneros médicos" promueven otro "evangelio",
un "evangelio" diferente; es decir, promueven el "evangelio
social", que ofrece alimentos, ropa, atención médica y otros beneficios,
diciendo que están sirviendo al "hombre entero" (no sólo el alma,
sino el cuerpo también). Cristo, sin embargo, no ha autorizado el
"evangelio social". Cada cristiano ayuda al prójimo según pueda (Gál_6:10), pero la obra de la iglesia local es la edificación, el evangelismo y la
benevolencia para santos necesitados.
En cuanto a la evangelización del mundo
en nuestra época, el principal problema es la indiferencia de muchos en la
iglesia (Apo_3:15-16) a causa del individualismo.
Romanos
8; 13
porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si
por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
Dice
que los cristianos tienen la capacidad para escoger hacer algo que no es
característico de ellos, esto es, andar «conforme a la carne»; y les advierte
que no lo hagan. Mas si por el Espíritu
hacéis morir las obras de la carne: Un buen resumen del proceso de
santificación (crecer en santidad) en la vida cristiana. Debemos trabajar
activamente para crecer en santidad y «dar muerte» a cualquier pecado en
nuestras mentes, tanto en palabras como en obras. Pero, a pesar de que hagamos
todo nuestro esfuerzo, Pablo nos recuerda que solamente alcanzaremos la
victoria «por el Espíritu», esto es, por el poder del Espíritu Santo.
Hubo un tiempo en el
que estábamos bajo el control absoluto de nuestra naturaleza humana pecadora;
pero Dios, en su misericordia, nos ha tomado como su exclusiva posesión. El
pasado ya no tiene ningún derecho sobre nosotros; Dios es el único que tiene
derecho absoluto. El pasado está cancelado, y las deudas borradas; empezamos
una vida nueva con Dios, y somos herederos de todo lo que es suyo. Ahora somos
coherederos con Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios. Lo que Cristo hereda,
nosotros lo heredamos también. Si Cristo tuvo que sufrir, nosotros también
heredamos ese sufrimiento; pero como Cristo resucitó a la vida y a la gloria,
nosotros también heredamos esa vida y gloria.
En esta alegoría
de Pablo, cuando una persona llega a ser cristiana entra en la familia de Dios.
No había hecho nada para merecerlo; Dios, el gran Padre, en su maravilloso
amor, ha tomado al perdido, indigente, desahuciado y endeudado pecador, y le ha
adoptado en su familia, de forma que sus deudas han quedado canceladas, y
hereda la gloria.
¡Maranata! ¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
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