A
Pilato no se le ocurrió con qué santa consideración estos sufrimientos de
Cristo iban a ser materia de reflexión y conversación entre los mejores y más
grandes hombres. Nuestro Señor Jesús salió adelante dispuesto a exponerse a su
burla. Bueno para todos los que tienen fe es contemplar a Jesucristo en sus
sufrimientos. Contémplalo y ámalo, sigue mirando a Jesús. Su odio estimuló sus
esfuerzos en su contra, y ¿nuestro amor por Él no estimulará nuestros esfuerzos
en favor de Él y su reino? , Parece que Pilato pensó que Jesús podía ser una
persona superior al promedio. Hasta la conciencia natural hace que los hombres
se asusten de ser hallados peleando contra Dios.
Como
nuestro Señor sufrió por los pecados de judíos y gentiles, fue una parte
especial del consejo de la sabiduría divina que los judíos primero propusieran
su muerte y los gentiles la ejecutaran efectivamente. Si Cristo no hubiera sido
rechazado por los hombres, nosotros hubiéramos sido rechazados para siempre por
Dios.
Ahora
era entregado el Hijo del hombre en manos de hombres malos e irracionales. Fue
llevado en nuestro lugar, para que escapásemos. Fue clavado a la cruz como
Sacrificio atado al altar. La Escritura se cumplió: No murió en el altar entre
los sacrificios, sino entre delincuentes sacrificados a la justicia pública.
Ahora, hagamos una pausa y miremos con fe a Jesús. ¿Hemos tenido alguna vez una
tristeza como la suya? ¡Vedlo sangrando, vedlo muriendo, vedlo y amadlo!
¡Amadlo y vivid para Él!
He aquí algunas circunstancias notables de la
muerte de Jesús narradas en forma más completa que antes. Pilato no satisfizo a
los principales sacerdotes permitiendo que se cambiara el letrero, lo que
indudablemente se refería a un poder secreto de Dios en su corazón, para que
esta declaración del carácter y autoridad de nuestro Señor continuase. Muchas
cosas hechas por los soldados romanos fueron cumplimiento de profecías del
Antiguo Testamento. Todas las cosas allí escritas se cumplirán.
Cristo
proveyó tiernamente para su madre cuando moría. A veces, cuando Dios nos quita
un consuelo, levanta otro para nosotros donde no lo buscamos. El ejemplo de
Cristo enseña a los hombres a honrar a sus padres en la vida y en la muerte; a
proveer para sus necesidades, y a fomentar su bienestar por todos los medios a
su alcance.
Vemos
especialmente la palabra de moribundo con que Jesús entregó su espíritu:
Consumado es; esto es, los consejos del Padre en cuanto a sus sufrimientos
estaban ahora cumplidos. Consumado es: se cumplieron todos los tipos y las
profecías del Antiguo Testamento que apuntaban a los sufrimientos del Mesías.
Consumado es: la ley ceremonial es derogada, ahora vino la sustancia y todas
las sombras se disipan. Consumado es: se puso fin a la transgresión y se ha
introducido la justicia eterna. Sus sufrimientos estaban ahora terminados,
tantos los de su alma como los de su cuerpo. Consumado es: la obra de la
redención y salvación del hombre está ahora completada. Su vida no le fue
quitada por la fuerza, fue libremente
entregada.
Se
probó si Jesús estaba muerto. Murió en menos tiempo que el empleado por las
personas crucificadas. Eso muestra que había puesto su vida. La lanza rompió
las fuentes mismas de la vida, ningún cuerpo humano hubiera podido sobrevivir
esa herida, pero el haber sido atestiguado solemnemente demuestra que hubo algo
peculiar en eso. La sangre y el agua que brotaron representaban esos dos
grandes beneficios de los cuales participan todos los creyentes a través de
Cristo, justificación y santificación, sangre para la expiación, agua para la
purificación. Ambos brotaron del costado traspasado de nuestro Redentor. A
Cristo crucificado debemos el mérito de nuestra justificación, y el Espíritu y
la gracia para nuestra santificación. Que esto silencie los temores de los
cristianos débiles y aliente sus esperanzas, del costado atravesado de Jesús
salieron agua y sangre, ambas para justificarlos y santificarlos.
La
Escritura se cumplió al no permitir Pilato que le quebraran las piernas. Había
un tipo de esto en el cordero pascual. Miremos siempre a Aquel que traspasamos
con nuestros pecados, ignorantes y desconsiderados, sí, a veces contra las
convicciones y las misericordias y que
derramó agua y sangre de su costado herido para que nosotros fuésemos
justificados y santificados en su nombre.
José
de Arimatea era discípulo secreto de Cristo. Los discípulos debieran
reconocerse francamente como tales, pero, algunos que han sido temerosos en
pruebas menores, han sido valientes en las más grandes. Cuando Dios tiene obra
que hacer, puede hallar a los que son aptos para ella. El embalsamamiento fue
hecho por Nicodemo, amigo secreto de Cristo, aunque no un seguidor constante.
Esa gracia que primero es como caña cascada, puede, más adelante, recordar un
cedro firme. He aquí a estos dos ricos que mostraron el valor que daban a la
persona y doctrina de Cristo y que no fue disminuido por el oprobio de la cruz.
Debemos cumplir nuestro deber conforme a lo que sean el día y la oportunidad
presente, dejando a Dios que cumpla sus promesas a su manera y a su debido
tiempo. Se había determinado que la sepultura de Jesús fuera con los impíos,
como ocurría con los que sufrían como delincuentes, pero con los ricos fue en
su muerte, era muy improbable que estas
dos circunstancias se juntaran en la misma persona. Fue sepultado en un
sepulcro nuevo, por tanto, no se podía decir que no era Él, sino otro quien
resucitó. También aquí se nos enseña que no seamos melindrosos con referencia
al lugar de nuestra sepultación. El fue enterrado en el sepulcro que estaba más
a mano.
Aquí
está el Sol de Justicia oculto por un tiempo, para volver a salir con mayor
gloria y, entonces, no volver a ponerse.
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