} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: JUAN CAPÍTULO 19

viernes, 8 de agosto de 2014

JUAN CAPÍTULO 19




 A Pilato no se le ocurrió con qué santa consideración estos sufrimientos de Cristo iban a ser materia de reflexión y conversación entre los mejores y más grandes hombres. Nuestro Señor Jesús salió adelante dispuesto a exponerse a su burla. Bueno para todos los que tienen fe es contemplar a Jesucristo en sus sufrimientos. Contémplalo y ámalo, sigue mirando a Jesús. Su odio estimuló sus esfuerzos en su contra, y ¿nuestro amor por Él no estimulará nuestros esfuerzos en favor de Él y su reino? , Parece que Pilato pensó que Jesús podía ser una persona superior al promedio. Hasta la conciencia natural hace que los hombres se asusten de ser hallados peleando contra Dios.
Como nuestro Señor sufrió por los pecados de judíos y gentiles, fue una parte especial del consejo de la sabiduría divina que los judíos primero propusieran su muerte y los gentiles la ejecutaran efectivamente. Si Cristo no hubiera sido rechazado por los hombres, nosotros hubiéramos sido rechazados para siempre por Dios.
Ahora era entregado el Hijo del hombre en manos de hombres malos e irracionales. Fue llevado en nuestro lugar, para que escapásemos. Fue clavado a la cruz como Sacrificio atado al altar. La Escritura se cumplió: No murió en el altar entre los sacrificios, sino entre delincuentes sacrificados a la justicia pública. Ahora, hagamos una pausa y miremos con fe a Jesús. ¿Hemos tenido alguna vez una tristeza como la suya? ¡Vedlo sangrando, vedlo muriendo, vedlo y amadlo! ¡Amadlo y vivid para Él!

  He aquí algunas circunstancias notables de la muerte de Jesús narradas en forma más completa que antes. Pilato no satisfizo a los principales sacerdotes permitiendo que se cambiara el letrero, lo que indudablemente se refería a un poder secreto de Dios en su corazón, para que esta declaración del carácter y autoridad de nuestro Señor continuase. Muchas cosas hechas por los soldados romanos fueron cumplimiento de profecías del Antiguo Testamento. Todas las cosas allí escritas se cumplirán.
Cristo proveyó tiernamente para su madre cuando moría. A veces, cuando Dios nos quita un consuelo, levanta otro para nosotros donde no lo buscamos. El ejemplo de Cristo enseña a los hombres a honrar a sus padres en la vida y en la muerte; a proveer para sus necesidades, y a fomentar su bienestar por todos los medios a su alcance.
Vemos especialmente la palabra de moribundo con que Jesús entregó su espíritu: Consumado es; esto es, los consejos del Padre en cuanto a sus sufrimientos estaban ahora cumplidos. Consumado es: se cumplieron todos los tipos y las profecías del Antiguo Testamento que apuntaban a los sufrimientos del Mesías. Consumado es: la ley ceremonial es derogada, ahora vino la sustancia y todas las sombras se disipan. Consumado es: se puso fin a la transgresión y se ha introducido la justicia eterna. Sus sufrimientos estaban ahora terminados, tantos los de su alma como los de su cuerpo. Consumado es: la obra de la redención y salvación del hombre está ahora completada. Su vida no le fue quitada por la fuerza, fue  libremente entregada.


 Se probó si Jesús estaba muerto. Murió en menos tiempo que el empleado por las personas crucificadas. Eso muestra que había puesto su vida. La lanza rompió las fuentes mismas de la vida, ningún cuerpo humano hubiera podido sobrevivir esa herida, pero el haber sido atestiguado solemnemente demuestra que hubo algo peculiar en eso. La sangre y el agua que brotaron representaban esos dos grandes beneficios de los cuales participan todos los creyentes a través de Cristo, justificación y santificación, sangre para la expiación, agua para la purificación. Ambos brotaron del costado traspasado de nuestro Redentor. A Cristo crucificado debemos el mérito de nuestra justificación, y el Espíritu y la gracia para nuestra santificación. Que esto silencie los temores de los cristianos débiles y aliente sus esperanzas, del costado atravesado de Jesús salieron agua y sangre, ambas para justificarlos y santificarlos.
La Escritura se cumplió al no permitir Pilato que le quebraran las piernas. Había un tipo de esto en el cordero pascual. Miremos siempre a Aquel que traspasamos con nuestros pecados, ignorantes y desconsiderados, sí, a veces contra las convicciones y las misericordias  y que derramó agua y sangre de su costado herido para que nosotros fuésemos justificados y santificados en su nombre.


 José de Arimatea era discípulo secreto de Cristo. Los discípulos debieran reconocerse francamente como tales, pero, algunos que han sido temerosos en pruebas menores, han sido valientes en las más grandes. Cuando Dios tiene obra que hacer, puede hallar a los que son aptos para ella. El embalsamamiento fue hecho por Nicodemo, amigo secreto de Cristo, aunque no un seguidor constante. Esa gracia que primero es como caña cascada, puede, más adelante, recordar un cedro firme. He aquí a estos dos ricos que mostraron el valor que daban a la persona y doctrina de Cristo y que no fue disminuido por el oprobio de la cruz. Debemos cumplir nuestro deber conforme a lo que sean el día y la oportunidad presente, dejando a Dios que cumpla sus promesas a su manera y a su debido tiempo. Se había determinado que la sepultura de Jesús fuera con los impíos, como ocurría con los que sufrían como delincuentes, pero con los ricos fue en su muerte,  era muy improbable que estas dos circunstancias se juntaran en la misma persona. Fue sepultado en un sepulcro nuevo, por tanto, no se podía decir que no era Él, sino otro quien resucitó. También aquí se nos enseña que no seamos melindrosos con referencia al lugar de nuestra sepultación. El fue enterrado en el sepulcro que estaba más a mano.
Aquí está el Sol de Justicia oculto por un tiempo, para volver a salir con mayor gloria y, entonces, no volver a ponerse.

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