Pablo
escribió esta carta desde Roma alrededor del 60 d.C., cuando se hallaba bajo
arresto domiciliario (Hechos 28:30-31 30Y Pablo permaneció
dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían,
31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor
Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.). Onésimo era un esclavo
doméstico que pertenecía a Filemón, un hombre rico, miembro de la iglesia en
Colosas. Onésimo había huido de Filemón y se había dirigido a Roma, donde se
encontró con Pablo, que parece que fue el que lo guió a Cristo. Pablo lo convenció de que huir de sus
problemas no los resolvería y lo persuadió a regresar a su amo. Se convirtió bajo el ministerio de Pablo, y la
iglesia de Colosas se reunía en su casa. La iglesia primitiva con frecuencia solía
reunirse en diferentes hogares. Debido a la persecución esporádica y el gran
costo que significaba, los templos no se construyeron en esta época. Pablo destacó el amor y la bondad de Filemón.
Había abierto su corazón y su hogar a la iglesia.
Debiéramos
imitarlo, abriéndoles nuestro corazón y nuestros hogares a otros, y ofrecer
compañerismo cristiano para refrescar los corazones de otros. La fe en Cristo y
el amor a Él deben unir a los cristianos más estrechamente que cualquier
relación externa que pueda unir a la gente del mundo. Pablo era minucioso para
recordar en sus oraciones privadas a sus amigos. Nosotros debemos recordar,
mucho y frecuentemente, a los amigos cristianos según su necesidad, llevándolos
en nuestros pensamientos y en nuestros corazones ante Dios. Los sentimientos y
las maneras diferentes en lo que no es esencial, no deben constituir diferencia
de afecto respecto a la verdad.
Él
pregunta por sus amigos, respecto de la verdad, el crecimiento y su fruto en la
gracia, de su fe en Cristo y su amor a Él, y a todos los santos. El bien que
hacía Filemón era motivo de gozo y consuelo para él y para los demás, que en
consecuencia deseaban que continuara y abundara más y más en buenos frutos para
gloria de Dios.
Debido
a que Pablo fue un anciano y un apóstol, pudo haber usado su autoridad con
Filemón, ordenándole tratar con bondad a su esclavo fugitivo. Pero Pablo no
basó su pedido en su autoridad sino en la entrega de Filemón como cristiano.
Pablo quiso que la obediencia de Filemón fuera sincera y no de mala gana.
Cuando
sabemos que algo es correcto y tenemos
el poder de demandarlo ¿apelamos a nuestra autoridad o a la dedicación de la
otra persona? Aquí Pablo nos da un buen ejemplo de cómo tratar un posible
conflicto entre amigos cristianos.
Patrocinar
a alguien no rebaja a nadie, y ni siquiera suplicar cuando, en estricto
derecho, podríamos mandar, el apóstol argumenta a partir del amor más que de la
autoridad, a favor de un convertido por su intermedio, el cual era Onésimo.
Aludiendo a ese nombre que significa, “provechoso, útil”, el apóstol admite
que, antes, éste no había sido provechoso, de utilidad para Filemón,
apresurándose a mencionar el cambio por el cual se había vuelto provechoso.
Pablo usó ese juego de palabras, al
decir que Onésimo no había sido de mucha utilidad en el pasado, pero que había
sido muy útil tanto para Filemón como para Pablo. A pesar de que Pablo quería
permanecer con Onésimo, lo envió de regreso, esperando que Filemón lo aceptara
no como un esclavo fugitivo perdonado, sino también como un hermano en Cristo.
Pablo
pidió a Filemón que perdonara a su esclavo fugitivo, el que había llegado a ser
cristiano, pero no solo que lo perdonara, sino que lo aceptara como a un
hermano. Como cristianos, deberíamos perdonar así como hemos sido perdonados (Mateo_6:12 Y perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
;
Efesios 4:31-32 31 Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo).
El
verdadero perdón significa que tratamos al que ha sido perdonado en la forma
que quisiéramos ser tratados. ¿Hay alguien a quien decimos haber perdonado pero
que todavía necesita nuestro afecto?
Un
amo tenía el derecho legal de matar a un esclavo fugitivo, por eso Onésimo
temía por su vida. La esclavitud
estaba esparcida por todo el Imperio Romano. En estos días, los cristianos no
tenían poder político para cambiar el sistema de la esclavitud. Pablo no
condena o condona la esclavitud pero se empeña en que las relaciones se
transformen. El evangelio empieza a cambiar las estructuras sociales por medio
del cambio que opera en la gente que se halla dentro de esas
estructuras.
De
manera que Pablo escribió esta carta a Filemón para ayudarlo a comprender su
nueva relación con Onésimo. Este era ahora un hermano cristiano, no una mera
posesión. "A quien engendré en mis prisiones" significa que Onésimo
se había hecho cristiano.
Las personas impías no
son provechosas, no responden a la gran finalidad de su ser, pero, ¡qué cambio
dichoso efectúa la conversión! De lo malo a lo bueno, de inútil, a útil. Los
siervos con fe son el tesoro de una familia. Estos tendrán conciencia de su
tiempo y su tarea, y administrarán todo lo que puedan para mejor.
Ninguna
perspectiva de servicio debe conducir a que alguien descuide sus obligaciones o
deje de obedecer a sus superiores. Una gran prueba de arrepentimiento verdadero
es volver a cumplir los deberes abandonados. Onésimo se había fugado cuando era
inconverso, para menoscabo de su amo, pero ahora había visto su pecado y se
había arrepentido, y estaba dispuesto y deseoso de regresar a su deber.
Poco
saben los hombres con qué propósito el Señor permite que algunos cambien su
situación o emprendan cosas, quizá con malos motivos. Si el Señor no hubiera
impedido algunos de nuestros proyectos impíos, fuéramos el reflejo de casos en
que nuestra destrucción era segura.
¡Qué
diferencia hizo la condición social de Onésimo, como un cristiano, para con
Filemón! Dejó de ser un simple esclavo, un sirviente, llegó a ser también un
hermano. Ambos, tanto Onésimo como Filemón, llegaron a ser miembros de la
familia de Dios, iguales en Cristo. La condición social de un cristiano, como
miembro de la familia de Dios, va más allá de todas las demás distinciones
entre los creyentes. ¿Menospreciamos a
algún cristiano? Recordemos, ellos son sus iguales delante de Cristo (Gálatas_3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay
varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.).
La
forma en que tratamos a nuestros hermanos y hermanas en la familia
cristiana refleja nuestro verdadero compromiso cristiano.
Pablo
amaba en forma genuina a Onésimo. Pablo demostró su amor al servir de garantía
personal por el pago de cualquier cosa robada o por cualquier daño causado que
convirtiera a Onésimo en culpable. La inversión de Pablo en la vida de este
nuevo creyente ciertamente animó y fortaleció la fe de Onésimo.
Demos gracias cuando se presente la
oportunidad de invertir en la vida de otros, al ayudarles en el estudio de la
Biblia, las oraciones, el ánimo, el sostén económico y al brindarles nuestra
amistad.
Cuando Pablo dice
"tú mismo te me debes también", le recuerda a Filemón que él lo había
guiado a Cristo. Al ser Pablo el padre espiritual de Filemón, esperaba que este
sintiera una deuda de gratitud que estaría dispuesto a pagar al aceptar a
Onésimo con un espíritu perdonador.
Cuando hablamos de la
naturaleza de un pecado u ofensa contra Dios, no debemos minimizar su mal, pero
en el pecador arrepentido debemos hacerlo así, porque Dios lo cubre. Los
caracteres cambiados suelen llegar a ser bendición para todos aquellos con
quienes residen.
El
cristianismo no elimina nuestros deberes para con los demás, nos enseña a
hacerlo bien. Los verdaderos arrepentidos estarán abiertos para admitir sus
faltas, como evidentemente lo hizo Onésimo con Pablo, al ser despertado y
llevado al arrepentimiento, especialmente en caso de haber dañado al prójimo.
La comunión de los santos no destruye las
distinciones de la propiedad.
Filemón
era hijo de Pablo por la fe, pero lo trata como hermano. Onésimo era un pobre
esclavo, pero Pablo ruega por él, como si pidiera algo grande para sí mismo.
Los
cristianos deben hacer lo que puedan para regocijo de los corazones de unos y
otros. Del mundo esperan problemas, deberán hallar consuelo y gozo los unos en
los otros. Cuando nos quiten algo de lo recibido por misericordias, nuestra
confianza y esperanza deben estar en Dios. Debemos usar diligentemente los
medios, y si nadie está a la mano, abundar en oración. Pero, aunque la oración
prevalece, no merece las cosas obtenidas. Si los cristianos no se conocen en la
tierra, aún la gracia del Señor Jesús estará con sus espíritus y pronto se
reunirán ante el trono para unirse para siempre a admirar las riquezas del amor
redentor. El ejemplo de Onésimo puede dar ánimo a los pecadores más viles para
regresar a Dios, pero está vergonzosamente pervertido el que por ello se siente
estimulado a persistir en los malos rumbos. ¿No son muchos quitados en sus
pecados mientras otros se endurecen en ellos? No hay que resistir las convicciones
actuales, no vaya a ser que nunca más vuelvan.
Nunca
encuentran más gozo de Dios los creyentes que cuando sufren juntos por Él. La
gracia es el mejor deseo para nosotros mismos y para el prójimo, con ella
empieza y termina el apóstol. Toda gracia es de Cristo, Él la adquirió y Él la
concede. ¿Qué más necesitamos para hacernos felices, que tener la gracia de
nuestro Señor Jesucristo con nuestro espíritu? Hagamos ahora lo que debemos
hacer en el último suspiro. Entonces, los hombres están dispuestos a renunciar
al mundo y a preferir la porción mínima de gracia y fe antes que un reino.
Epafras
era muy conocido entre los colosenses, ya que él había fundado la iglesia allí
(Colosenses_1:7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un
fiel ministro de Cristo para vosotros,). Era como un héroe para esta
iglesia, luchó para que se mantuviera unida a pesar de la persecución creciente
y las dificultades con las falsas doctrinas. La información acerca de los
problemas que afrontaban los hermanos de Colosas motivó a Pablo a escribir su
epístola a los Colosenses. Las oraciones fervorosas de Epafras por los
cristianos en Colosas muestra su amor profundo por ellos (Col_4:12-13 Os saluda
Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando
encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes,
perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.
13 Porque de él doy
testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en
Laodicea, y los que están en Hierápolis).
Hablar de Jesús a otros,
por los medios que sean, nos da una visión más profunda de nuestra herencia en
Cristo; al hablar de tu fe en Jesús, ganas una más profunda comprensión del
conocimiento que la Palabra de Dios trasmite para asemejarnos al carácter de
Cristo.
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