Proverbios
rechaza directa y enérgicamente la soberbia. Una actitud altiva encabeza la
lista de las siete cosas que Dios odia (Proverbios
6:16-19 16 El
Señor odia seis cosas; mejor dicho, hay siete que él detesta: 17 los ojos orgullosos, la lengua mentirosa, las
manos que matan gente inocente, 18 el corazón que planea hacer el mal, los pies
que corren a hacer maldades, 19 el falso testigo que dice mentiras y el que
causa problemas entre hermanos.). Los peligrosos resultados de la
soberbia se contrastan continuamente con la humildad y sus beneficios.
Es tan difícil
negarse a escuchar un chisme como lo es rechazar un postre delicioso. Probar un
simple bocado de cualquiera de los dos crea un deseo de obtener más. Podemos resistirnos
a los rumores de la misma manera que una persona que está a dieta rechaza el
dulce, ni siquiera abra la caja. Si no damos la primera mordida al chisme, no
daremos la segunda ni la tercera.
Al imaginar que
su riqueza es su defensa fuerte, los ricos están lamentablemente equivocados.
El dinero no proporcionará seguridad, hay demasiadas formas de perder su poder.
El gobierno puede dejar de respaldarlo, pueden robarlo los ladrones, la
inflación puede quitar parte de su valor. Sin embargo, Dios nunca pierde su
poder. Siempre es confiable. ¿Dónde hemos depositado nuestra esperanza para la
seguridad, en una riqueza insegura o en Dios el que siempre permanece fiel?
Hay tres
principios básicos para tomar grandes decisiones: (1) obtengamos todos los hechos
antes de decidir; (2) estemos abiertos a nuevas ideas; (3) asegurémonos de
escuchar ambos lados de la historia antes de juzgar.
Todos los
principios se centran en buscar información adicional. Esto es un trabajo difícil
pero necesario, de lo contrario la única alternativa que nos queda es el
prejuicio: juzgar antes de conocer todos los hechos.
La soledad está
en todas partes. Mucha gente hoy en día se siente aislada o apartada de los
demás. Estar en una multitud solo logra que la gente esté más consciente de su
aislamiento. Todos necesitamos amigos que estén cerca, que escuchen, que se
preocupen y brinden ayuda cuando se requiera, en las buenas y en las malas. Es
mejor tener un amigo así que docenas de conocidos superficiales. En vez de
desear poder encontrar un verdadero amigo, procuremos ser de ellos. Existen personas necesitadas de su
amistad. Pidamos a Dios que nos las revele y luego aceptemos el reto de ser verdaderos amigos. Si queremos obtener conocimiento
y gracia, debemos probar todos los métodos para mejorar nosotros mismos.
Quienes tienen como único propósito hacer algo
para ser vistos, nada útil hacen para el conocimiento o la fe.
El manantial de
la sabiduría del corazón del creyente provee palabras de sabiduría en forma
continua para poder acercarse a esas personas necesitas de ser escuchadas o de
escuchar.
Se debe
considerar los méritos de una causa, no la persona. ¡Cuánto mal se hacen los
hombres malos por sus lenguas descontroladas!¡Cuán bajos son los que siembran
controversia, y qué fatales efectos pueden esperarse del pequeño comienzo de
los celos! Las omisiones del deber y en el deber son fatales para el alma, al
igual que cometer pecado. El poder divino dado a conocer en nuestro Señor
Jesucristo y por medio de Él, forma una torre fuerte para el creyente que
confía en el Señor. ¡Cuán engañosa es la defensa del rico que tiene su porción
y tesoro en este mundo! Ciudad fortificada y muro alto es en su propia
presunción, porque caerá cuando más lo necesite. Ellos quedarán expuestos a la
ira justa de aquel Juez al cual despreciaron como Salvador.
Después que el
corazón se ha elevado con el orgullo, viene una caída. Pero la honra será la
recompensa de la humildad.
La ansiedad
junto con el engaño de sí mismo, expone a la vergüenza.
La firmeza de
mente sustenta bajo muchos dolores y pruebas, pero cuando a la conciencia la
tortura el remordimiento, ninguna fortaleza humana puede tolerar la desgracia,
entonces, ¿cómo será el infierno? Más de uno ha causado su propia muerte o la
muerte del prójimo por una lengua falsa o injuriosa, su poder infernal destruye,
mata. La sabiduría y la gracia hacen que
sea fácil perdonar, pero la corrupción de la mente se comunica a través de la
lengua y lo hace difícil.
Bueno es
escuchar a nuestros enemigos para formarnos un mejor juicio de nosotros mismos.
Debemos obtener el conocimiento no sólo para nuestra cabeza, sino para nuestro
corazón, para matar nuestro ego día tras día.
Cristo Jesús
nunca abandonará a los que confían en Él y le aman. Que así seamos amigos con
otros, por amor a nuestro Señor. Habiendo amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta lo sumo; y nosotros somos sus amigos si hacemos todo lo
que Él nos manda.
La vida de una persona
refleja los frutos de su lengua. Hablar de vida es hablar de la
perspectiva de Dios sobre cada aspecto de ella, hablar de muerte es referirse
a lo opuesto a la vida, proclamar la derrota o quejarse constantemente.
Vivamos para el Señor,
firmes en su Palabra, escudriñando la Biblia, nadando en medio de esas aguas
puras, dejándonos llevar por la corriente asidos únicamente de la mano de Dios
Padre, para que nos guie en el discurrir diario de nuestras vidas. Que así sea.
Amén.
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