Juan 6:65 Y dijo: Por eso os he
dicho que ninguno puede venir a mí,
si no le fuere dado del Padre.
Juan 6:66 Desde entonces muchos
de sus discípulos volvieron atrás, y
ya no andaban con él.
Ginomai
(γίνομαι),
devenir, venir a ser. También se traduce ACABAR, ACONTECER, ALCANZAR,
APARE CER, CELEBRAR(SE), COMPORTAR(SE), CONSTITUIR, CONVERTIR, CUMPLIR,
EFECTUAR(SE), ESTAR, HABER, HACER, INCURRIR, IR, LEVANTAR(SE), LLEGAR,
LLENAR(SE), MANERA, NACER, NINGUNA, PARAR, PASAR, PONER(SE), PRODUCIR, QUEDAR,
QUITAR, REDUCIR, RESULTAR, SALIR, SER, SOBREVENIR, SUCEDER, SURGIR, TENER,
TOMAR, TORNAR, USAR, VENIR, VOLVER(SE).
Apercomai
(ἀπέρχομαι),
irse afuera, salir. Se traduce con el verbo volver en Juan 6:66: «muchos de sus
discípulos volvieron atrás; ALEJAR,
APARTAR, MARCHAR
Upago, irse, o irse lentamente, partir,
retirarse se halla muy frecuentemente en los Evangelios; se usa frecuentemente
en forma imperativa, y se traduce con el verbo «andar» «anda» APARTARSE,
IR(SE), QUITAR, VENIR. Planao significa algunas veces en la forma pasiva ir errante, vagar; y
frecuentemente se halla en forma activa, significando engañar, llevando al
error, seduciendo. Se traduce como «andar» en «andan vagando» en su corazón. DESCARRIAR,
ENGAÑAR, ERRAR, EXTRAVIAR, SEDUCIR, VAGANDO.
Nosotros, los hombres, fuimos creados por Dios y a diferencia del resto
de los animales de la creación, fuimos a imagen de Dios Padre. Puso en nosotros
un alma y un espíritu que por el pecado fue dominada por la maldad. Sin el alma
y el espíritu vendríamos a ser como el resto de los animales. Muchas veces hay comportamientos
humanos que ni las bestias reproducirían con sus congéneres.
Puesto que sin
el alma del hombre la carne no vale, así mismo sin el Espíritu de Dios que
vivifica, todas las formas de religión son muertas y nulas. El que hizo esta
provisión para nuestras almas es el único que puede enseñarnos estas cosas y
atraernos a Cristo para que vivamos por fe en Él. Acudamos a Cristo, satisfechos
que se haya declarado que todo aquel que quiera ir a Él será recibido. Cuando permitimos
en nuestra mente pensamientos inmaduros acerca de las palabras y obras de
Jesús, entramos en la tentación de modo que, si el Señor no lo evitara en su
misericordia, terminaríamos retrocediendo, como el perro vuelve a su vomito o
la puerca a su lodazal. El corazón corrupto, perverso y malo del hombre hace
que lo que es materia del mayor consuelo sea una ocasión de ofensa. Nuestro
Señor Jesucristo había prometido vida eterna a Sus seguidores en el sermón
anterior, los discípulos se acogieron a esa palabra sencilla y decidieron
aferrarse a Él, cuando el resto de ellos se sintieron dolidos por las palabras
duras y lo abandonaron.
Mar 10:46 Entonces vinieron a
Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud...
En este
versículo de Marcos, vemos como había dos grupos de personas que seguían a Jesús. Sus discípulos
y una multitud. Sus discípulos, excepto uno, le seguían porque creían en Sus
palabras. Pero gran parte de la multitud lo buscaban para comer gratis, recibir
milagros de sanidad, de bienes materiales.
Muchas personas,
hoy en día, todavía siguen actuando como simpatizantes de Jesús. Si, les gusta
recibir de las iglesias sus bolsas de alimentos, ropa de abrigo y ayuda económica
pero su compromiso sólo llega hasta ahí; llegan con buenas palabras, con
educación, alabando y dando gracias a Dios por lo que les da, pero se quedan
sin dar el paso de aceptar a Jesús como su Señor y Salvador. Rehúyen cualquier
compromiso que les una a Jesús. Van picoteando aquí y allá, mirando lo que
puede sacar de beneficio material. Son los que cuando todo va bien y reciben
para sus necesidades materiales, viven gozosos, pero cuando sus necesidades no
son cubiertas o enferman, se vuelven irascibles, mal educados, groseros y en muchos
sale su agresividad escondida tras su careta de piedad.
Dentro de las
propias congregaciones cristianas hay personas que aún no han nacido de nuevo y
se comportan como imitadores, son los simpatizantes de Cristo. Que si, incluso
llevan su Biblia, cantan como nadie, pero cuando la Palabra de Dios los
confronta, les dice lo que son, por un oído les entra y por otro les sale, eso
no va con ellos, piensan para sí. Si de verdad fueran unos cristianos genuinos sabrían,
que Dios ve lo que hay en cada mente, en cada corazón, en cada palabra pronunciada
y su intención. Estos simpatizantes, aguantan pocos asaltos en el ring ante la
Palabra de Dios. Pueden soportar las primeras, pero llega un momento que su espíritu
inmundo se rebela contra la Verdad del Evangelio y o se rinden y se humillan, o
como la mayoría huyen de la sana doctrina. Esos simpatizantes prefieren
escuchar otros evangelios fundamentados en doctrinas de hombres; donde hay un
montón de caminos a las verdades del mundo; donde el evangelio de la
prosperidad y la comida chatarra es el alimento que los devora; para ellos es
rico y sabroso. Está bien. Cada quien rendirá cuentas ante la presencia de
Dios.
Porque nadie se
engañe, todos daremos cuentas antes Dios. La Biblia enseña que físicamente moriremos
una sola vez y después el juicio de Dios que será o para vida eterna si has creído
en Jesús o para el infierno si lo has rechazado.
(En
el momento de la concepción del ser humano en el útero de la madre, nuestro, digamos, disco duro comienza a almacenar todo:
sentimientos, sonidos, vivencias, pensamientos hasta que damos el último
suspiro antes de morir. En ese disco se almacena TODO absolutamente todo de la
vida de una persona. Cada disco lleva un copyright; cuando por fe, aceptamos a Jesucristo como nuestro
Señor y Salvador, ese disco además recibe un sello que lo identifica como
propiedad de Dios. Cuando rechazamos el Evangelio de Jesús y su Salvación por
fe, confiando en nuestras buenas obras, en nuestros méritos, en nuestras
peregrinaciones, confiando en la intercesión de multitud de vírgenes y santos
para mediar por nosotros, ese disco duro queda sólo con el sello del autor o su
copyright. Cuando seamos resucitados para el Juicio de Dios, estaremos frente
al Juez Supremo; de un lado el fiscal, Satanás; de otro lado el abogado
defensor, Jesucristo. En otro punto estarán todos los discos duros de la
humanidad, que servirán de testigos como el cielo y la tierra. Al entrar a la presencia
del Juez Supremo, se extraerán los discos para visualizarlos. Todos seremos
culpables por haber pecado y el veredicto será de culpabilidad. ¡¡Ah!! Pero nuestro
abogado defensor; Jesucristo, verá el sello de pertenencia a Dios Padre por
haber creído en Él, entonces dirá a Dios Padre, que aunque somos culpables Él
ha pagado por nosotros la culpa.
Cuan distinta
será la situación de los propietarios del disco duro sólo con su copyright,
Satanás estará frotándose las manos, viendo la efectividad de sus religiones
que han engañado y desviado de la verdadera fe en Jesucristo.)
La doctrina de
Cristo es la palabra de vida eterna, por tanto, debemos vivir y morir por ella.
Si abandonamos a Cristo, abandonamos nuestras propias misericordias.
Ellos creyeron
que este Jesús era el Mesías prometido a sus padres, el Hijo del Dios vivo.
Cuando estamos tentados a descarriarnos, bueno es que recordemos los principios
antiguos y nos mantengamos en ellos. Recordemos siempre la pregunta de nuestro
Señor: ¿Nos alejaremos y abandonaremos a nuestro Redentor? ¿A quién podemos
acudir? Él solo puede dar salvación por el perdón de pecados, da confianza,
consuelo y gozo y hace que el temor y el abatimiento huyan. La Palabra del Señor
produce la única dicha firme en este mundo y abre el camino a la dicha
del próximo, la vida eterna.
Al crecer en nuestra
fe, es posible que nos sintamos tentados a apartarnos porque las lecciones de
Jesús son difíciles. ¿Reaccionaremos dándonos
por vencidos, pasando por alto ciertas enseñanzas o rechazando a Cristo? En
lugar de eso, pidamos a Dios que nos muestre el significado de sus enseñanzas y
nos diga cómo aplicarlas en nuestra vida. Luego tengamos el valor de actuar en
base a la verdad de Dios.
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