} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 15 Noviembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

miércoles, 15 de noviembre de 2017

15 Noviembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Isaías 52:15
Así asombrará él (Jesucristo) a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.


   Aquí comienza esa descripción minuciosa, maravillosa y fiel del oficio, del carácter y de la gloria del Mesías, que ha puesto convicción de pecado en más de uno de los incrédulos más endurecidos. Cristo es la misma Sabiduría; en la obra de nuestra redención se manifestó la sabiduría de Dios en un misterio. Los que le vieron dijeron: Seguramente nunca un hombre tuvo un aspecto tan desgraciado; nunca hubo un dolor como su dolor. Pero Dios lo exaltó hasta lo sumo. Eso será descubierto por el evangelio de Cristo, que nunca podría narrarse de otra manera. Cristo, una vez derramada su sangre por los pecadores, continúa su poder. El sacrificio redentor del Siervo limpiará a muchos gentiles y hasta los reyes se asombrarán de los resultados de sus sufrimientos.

Que todos los que se oponen, vean la sabiduría de cesar su oposición, y de ser hechos partícipes de la sangre del rociamiento, y el bautismo del Espíritu Santo; obedeciéndole y dando gracias por su salvación.


Mateo 7; 28
Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;

     Estas palabras es una expresión que se refiere a los tres capítulos del Sermón del monte. La reacción de las multitudes fue muy favorable. Estaban maravilladas significa literalmente que “fueron golpeadas fuera de los sentidos”. En varias ocasiones los evangelios recogen la “admiración” de las gentes ante las obras o dichos de Cristo: su “palabra,” que acusa la “autoridad” que tenía para expulsar demonios (Lucas_4:36); pero aquí el motivo es por su “doctrina” y por el modo como la enseñaba: “como quien tiene autoridad y no como los escribas y los fariseos Las multitudes pudieron escuchar buena parte del Sermón y que entendieron por lo menos una parte de sus enseñanzas. La razón de la fuerte impresión de las multitudes es que Jesús enseñaba con “autoridad”.
El procedimiento didáctico de los escribas y doctores era todo lo opuesto a la enseñanza de Cristo. Para enseñar oficialmente hacía falta haber sido discípulo de algún rabino y haber sido autorizado oficialmente, mediante la imposición de manos, para enseñar en Israel. Y había que enseñar con el argumento de autoridad de la “tradición,” a la que se daba más autoridad que al mismo texto sagrado. La interpretación de la Ley se hacía insertando, insípida y prolijamente, en sus enseñanzas, los dichos de otros rabinos célebres, y que se consideraban como prueba. La Mishna y el Talmud son un enorme almacén de ellos.
Cristo, que no había sido discípulo de ningún rabí, ni había recibido esta investidura oficial de la Sinagoga (Juan_7:15), se presenta como verdadero Maestro y con autoridad propia. Por eso no utiliza los dichos de los rabinos, para didácticamente encuadrarse en la legalidad de aquella “tradición”, sino que decide por sí. Él, Jesús, tenía autoridad, los escribas no tenían autoridad. Por eso, teniendo en cuenta los datos sacados de la Mishna y el Talmud, se ha escrito a este propósito: “Aquel que da el poder es Dios. Las palabras 'como teniendo poder' han de completarse así: Y que lo tiene de Dios” (Marcos_1:22; Lucas 7:45). En este discurso “artificial,” Mateo sintetiza el poder y grandeza magisterial de Cristo en su vida docente.

Las multitudes se quedaban atónitas ante la sabiduría y el poder de la doctrina de Cristo. Este sermón, tan a menudo leído, siempre es nuevo. Cada palabra prueba que su Autor es divino. Seamos cada vez más decididos y fervientes, y hagamos de una u otra de estas bienaventuranzas y gracias cristianas, el tema principal de nuestros pensamientos, por semanas seguidas. No descansemos en deseos generales y confusos al respecto, por los cuales podemos captar todo, pero sin retener nada.


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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