} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EPISTOLA DEL APOSTOL PABLO A LOS ROMANOS capítulo 4

martes, 21 de noviembre de 2017

EPISTOLA DEL APOSTOL PABLO A LOS ROMANOS capítulo 4


      La base de la justificación es la fe en Cristo Jesús, resucitado de los muertos, y no las obras de ley. Aun el mismo padre de la raza judaica fue justificado por la fe y no por la perfección de su vida (hacer obras de ley). David, profeta y también judío, describe la justificación como lo mismo que perdón de pecados. Estas bendiciones de la gracia se extienden igualmente al judío y al gentil, dependiendo de la fe obediente. El método divino de rescate, pues, es ejemplificado en Abraham y en David, dos personajes que ningún judío rechazaría, y la promesa de Dios es realizada mediante la fe de ambos, judío y gentil, en el Cristo resucitado.
             
           
4:1--   En Romanos 3:28, Pablo acabó de afirmar que la justificación es por fe sin las obras de ley. Ahora pone a prueba esta afirmación, usando a Abraham por ejemplo. ¿Obtuvo la justificación? Nadie negaba que hubiera sido justificado, pero ¿cómo obtuvo él esta justificación? El versículo 2 muestra que éste es el punto tratado.
  --“según la carne.” Esta expresión presenta a Abraham como hombre, con sus obras o hechos. ¿Obtuvo o halló justificación Abraham como hombre perfecto que guarda la ley de Dios sin falta? (porque así uno sería justo). La respuesta es que “no.” La razón es dada en el versículo siguiente.
            Los primeros conversos a Cristo eran judíos. Los cristianos judaizantes trataban de obligar a los conversos gentiles a circuncidarse, para gloriarse en su carne (Gálatas_6:13). Este problema es tratado principalmente en Romanos, Gálatas, Hebreos, 2 Corintios, Efesios y Colosenses. A estos judaizantes pregunta Pablo, ¿qué halló Abraham según la carne? ya que ellos enfatizaban tanto la cuestión de la carne (la circuncisión).

4:2-- “justificado por las obras” significa ser justo por haber guardado perfectamente bien la ley de Dios, sin pecar.
    “pero no para con Dios.” Si Abraham hubiera sido justo (perfecto), habría podido gloriarse delante de Dios, pero no era justo y por eso no podía gloriarse delante de Dios. El hecho de que no tenía base de que gloriarse delante de Dios (o para con Dios), prueba que no fue justificado por obras.
4:3-- “¿Qué dice la Escritura?”. Ahora Pablo presenta la prueba de que Abraham no tuvo base para gloriarse.
            --“Creyó... contado por justicia.” (Génesis_15:6). Es error suponer, como hacen muchos sectarios, que Pablo habla de la justificación de Abraham como pecador inconverso. Antes de Génesis_15:6 vemos que Abraham ya era hombre de Dios (Hebreos_11:8; Génesis_12:1-3; Hechos_7:2-3; Génesis_12:6-8; Génesis_13:3-4; Génesis_14:19; Génesis_15:1).
            Abraham creyó a Dios cuando Dios le prometió un hijo y grande descendencia. Porque creyó, Dios le justificó (perdonó). Su fe no fue substituto de justicia, ni aceptó Dios su fe como si fuera justicia. Abraham creyó y “le fue contado a justicia” (Versión Moderna). En el texto griego la preposición traducida “por” en la Versión Valera, Revisión 1960, que estamos usando, es eis, que significa “para, hacia, a.” Se encuentra en Hechos_2:38, “para perdón.” Sobre la base de la fe de Abraham, Dios le declaró justo. Esta misma preposición griega se encuentra en Romanos_10:10 donde nuestra versión (la de 1960) bien dice, “para.” La preposición “por” no es la indicada. eis ¡no significa por, sino para!
            Si el hombre nunca pecara, sería justo y podría gloriarse delante de Dios. Pero si peca y Dios le perdona, es justificado por gracia o favor, y no puede gloriarse. Por eso no pudo gloriarse Abraham.
              Pablo habla de obras de ley, y Santiago de obras de fe. Santiago sí contradice a las interpretaciones que los sectarios dan a las palabras de Pablo. Hacen creer que Pablo dice que para ser salvo, no hay nada que hacer sino creer en Cristo; que uno no tiene que obedecer al evangelio (a los términos del evangelio). Santiago contradice esto, porque no es cierto. Pero Pablo no dice tal cosa. Pablo enseñaba a los judaizantes que nadie es justificado (perdonado, y así hecho justo), por obras de ley, porque nadie obedecía a la ley perfectamente, y que para ser justificado (perdonado), uno tiene que creer en Cristo (obedecer al evangelio). Al que no vive perfectamente bien según la ley, pero obedece al evangelio de Cristo, Dios le justifica (perdona). Santiago afirma que la fe sin obras (obediencia) no justifica. Ambos Pablo y Santiago se refieren a Abraham como ejemplo. Abraham no se justificó por obras de ley (por perfección de vida en la carne), sino por fe en Dios, dice Pablo. Santiago dice que esa fe de Abraham no era una fe muerta o de palabras solamente, sino una fe viva de obediencia. Con esa fe Abraham obedecía (Hebreos_11:8; Génesis_22:18). ¡Esa es la clase de fe que justifica!
            Santiago no enseña, como tampoco Pablo, que el hombre es justificado por obras en el sentido de obediencia perfecta. Las obras según Santiago no son obras de mérito humano, sino sencillamente las condiciones de justificación.
            No dice Pablo que somos salvos por la fe sola (como afirman los sectarios). Se incluyen, pues, condiciones juntamente con la fe (según nos informan otros pasajes de las Escrituras). El punto de Pablo en Romanos_4:3 no es si hay condiciones con la fe, o si no las hay. Es que la justificación no es por la perfección de vida que resulte de guardar perfectamente bien la ley de Dios, sino por la fe en Cristo (las condiciones o términos quedan sobreentendidos). Santiago no está hablando de que si uno es justificado por perfección de vida aparte de la fe en Cristo, sino de que si la fe en Cristo vale al ser una fe sin obras (de obediencia a los términos del evangelio). Por eso dice Santiago que la fe sola no salva. ¡No dice Pablo que sí!
            Los sectarios hacen creer que Pablo habla de las obras de la fe obediente. De éstas no habla Pablo. Habla de las obras de ley (Romanos_3:10 más Gálatas_3:10). Tales obras no justifican. Las de obediencia de fe son otras, sin las cuales dice Santiago (y Pablo) el hombre no puede ser salvo. Pablo condenaba la doctrina de la justificación por la moralidad legalista y Santiago la doctrina de la justificación por una fe que no obedece. El que depende de la moralidad legalista no mira al Calvario, sino a sí mismo (a la carne); pero el que cree en Cristo y obedece al evangelio, no mira a sí mismo sino a la gracia de Dios. La gracia de Dios es condicional; por eso tiene que haber “obediencia de fe.” Cuando uno es bautizado en Cristo, obedeciendo de corazón, no pretende merecer la justificación y no se gloría en sí mismo. Nada más acepta el don de Dios de salvación. (Marcos_16:16).
            “Creyó Abraham a Dios.” Los versículos 5 y 9 dicen “su fe” y “la fe” (de él), y esa fe es lo que le fue contada para, o a justicia.
            Por inferencia necesaria sabemos que como Dios hizo con Abraham así hace con nosotros hoy en día.  

4:4-- La justificación de Abraham no fue por deuda de Dios, porque Abraham no vivió perfectamente y sin pecado. Era por gracia, y por lo tanto no por obras.
            El sectario, ignorando el contexto, lee la frase “al que obra” como si significara “al que obedece.” En esto tuerce la Escritura (2Pedro_3:16). Como ya hemos visto, en contexto la frase significa que el que obra perfectamente bien, sin falta alguna, recibe lo que merece, y no algo de gracia.

4:5-- “al que no obra” significa el que no guarda toda la ley, o que no es perfecto en el cumplimiento de sus deberes.
            “cree... impío.” El creyente todavía es impío. Dios no justifica al incrédulo sino al impío creyente. Porque cree, Dios le perdona. Es impío, porque no ha obrado (perfectamente bien) la ley; pero porque cree (obedece al evangelio) Dios le justifica (le perdona su impiedad).
            --“su fe... contado por justicia,” es decir, su fe le es contada para que tenga o reciba justificación. Para la justificación le es contada su fe. 1Juan_3:7 dice, “el que hace justicia es justo, como él es justo.” Cuando Dios perdona a la persona, ya no es persona injusta, sino justa. No solamente “es declarada justa,” sino, como dice Juan, “es justa.”

 4:6-- Al decir “Como también,” Pablo presenta el testimonio de David, otro judío famoso, ilustrando y comprobando la proposición de la justificación por fe (obediencia al evangelio) aparte de, o sin, obras (perfección de vida en obrar lo que la ley manda).
            Nuestra versión en este capítulo emplea varias palabras (contado, atribuye, inculpa) pero el texto griego emplea una sola, “logizomai” que significa poner a la cuenta de una persona. La famosa palabra “imputar” es traducción de dicho vocablo griego.

4:7-- “iniquidades son perdonadas.” (Salmo_32:1-2). Por esta expresión vemos claramente que la justificación consiste en perdonar las iniquidades del creyente. Si Abraham fue justificado, fue perdonado. Si fue perdonado, no era perfecto y, por lo tanto, su justificación no tuvo por base el obrar (perfectamente) lo que la ley de Dios le mandaba. Pero sí creyó a Dios, repetidas veces, obedeciéndole, y Dios le justificó (le perdonó sus iniquidades) porque era creyente.  El perdón de Dios es condicional. La persona tiene que obedecer al evangelio.
--“pecados son cubiertos” significa tenerlos perdonados. Dios sí puede cubrir (perdonar), pero no el hombre (Proverbios_28:13).
            Pablo estableció su proposición por el ejemplo de Abraham y el testimonio de David. No podrían negar los judíos el ejemplo y el testimonio de estos dos.

4:8-- “no inculpa de pecado,” equivale a decir perdonar a uno sus pecados, y por eso es igual que justificarle. Dios no inculpa de pecado porque perdonada la persona ya no tiene pecado.

4:9-10-- “esta bienaventuranza” se refiere a la de tener los pecados perdonados para ser contado justo.
--“la circuncisión... a incircuncisión,” o sea, para los judíos y los gentiles. Como Abraham fue justificado antes de ser circuncidado, así también el gentil lo puede ser, a quien nunca le fue mandada la circuncisión.

4:11-12-- “como sello.” La circuncisión era sello de la aprobación de Dios de la fe de Abraham. La justificación de Génesis_15:6 fue unos trece años antes de ser Abraham circuncidado (creyó y se justificó antes de nacer Ismael, y tenía Ismael trece años cuando él y Abraham fueron circuncidados). Fue la justificación por fe que Abraham tenía en la incircuncisión la que le constituyó “padre de todos los creyentes no circuncidados...” Abraham es el padre de creyentes en Cristo, sean ellos gentiles o judíos. No hay diferencia.   
--“siguen las pisadas de la fe.” En sentido nacional y carnal, Abraham era el padre de todos los judíos, pero aquí habla Pablo de Abraham como padre de los judíos creyentes. Se le hizo una promesa a Abraham (Génesis_22:18 - “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra”). Esa simiente era Cristo (Gálatas_3:16). Por lo tanto, todos los cristianos son la simiente de Abraham (Gálatas_3:29). En cuanto a la promesa hecha a Abraham, él es el padre de todos los creyentes (cristianos). La familia espiritual de Abraham tomó el lugar de la carnal.
            Seguir las pisadas de la fe de Abraham es ser obediente por la fe como él lo era. Por eso leemos, al final de la promesa (Génesis_22:18), la razón por qué Dios le hizo esta promesa: “por cuanto obedeciste a mi voz.” Esta es la clase de fe que según Santiago justifica: la fe obediente, o la obediencia de la fe, como Pablo lo expresa (Romanos_1:5; Romanos_16:26).  
4:13-- “no por la ley,” más bien dicho, según el texto griego y la línea de argumentación de Pablo en esta sección, “no por ley.” Es decir, Abraham no recibió la promesa a causa de haber guardado perfectamente alguna ley. La promesa no le fue hecha a consideración de observar ley, sino de justificación por fe.
--“heredero del mundo.” Este texto es usado por muchos para enseñar que este mismo mundo, aunque renovado, dicen, va a ser poseído como la “tierra nueva” (2Pedro_3:13; Apocalipsis_21:1). Tal interpretación, no solamente ignora por completo el contexto sino también contradice los muchos textos bíblicos que enseñan que la tierra o patria que el cristiano poseerá es celestial (Hebreos_11:14-16). Además, 2Pedro_3:13 y Apocalipsis_21:1 hablan de un nuevo orden de cosas, y no literalmente de este mismo mundo en forma renovada.           En las promesas dadas a Abraham (Génesis_12:1-20; Génesis_13:1-18; Génesis15:1-21; Génesis_17:1-27; Génesis_22:1-24), no vemos ninguna expresada en esta forma, “heredero del mundo.” Pero sabemos que no se hace referencia a la promesa de la tierra de Canaán, porque la promesa tenía que ver con el mundo, no con una pequeña porción de él. Génesis_12:1-3 muestra que Dios prometió a Abraham que en él serían benditas todas las familias de la tierra.  Concluimos que todo el mundo es bendecido (espiritualmente) en Abraham porque en la simiente de él (en Cristo) es bendecido. La iglesia de Cristo, compuesta de todas las naciones, es la totalidad de los hijos de Abraham por la fe (Gálatas_3:29; Romanos_4:16). Abraham heredó al mundo como sus hijos espirituales. En Cristo el hijo de Abraham (cristiano) tiene toda bendición espiritual (Efesios_1:3). Todo cristiano es parte de la iglesia de Cristo, la casa de Dios (1Timoteo_3:15). La iglesia se compone de todas las naciones, y sus miembros son hijos de Abraham por la fe, porque a Abraham se le prometió que él sería “padre de muchedumbre de gentes.”
            Haciendo resumen, vemos que Abraham iba a heredar el mundo. Lo “hereda,” no en sentido de poseerlo literalmente, sino en venir a ser el padre de muchas naciones y que en él serían bendecidas todas las naciones de la tierra. Esto se refiere a las bendiciones espirituales que los hijos de Abraham por la fe tienen como miembros de la iglesia de Cristo, la cual iglesia es compuesta de gentes de todas las naciones. Todo el contexto de Romanos_4:1-25 trata de la promesa de justificación (perdón de pecados) para todas las naciones, según la promesa hecha a Abraham. La promesa era espiritual, y Abraham hereda el mundo espiritualmente.  

4:14-- “los que son de (la) ley” (el artículo definido “la” no aparece en el texto griego) se refiere a los que son justos por ley. Estos no existen. El punto de Pablo en su argumentación es que si la justificación tiene que ser merecida por el guardar las obras de ley, se anulan todas las cosas que esperamos y en que creemos. La promesa de bendiciones en Cristo (justificación, reconciliación, perdón) no tendría a nadie a quien ofrecerse, si la justificación fuera merecida por observar perfectamente la ley.

4:15-- “la ley produce ira.” La ley trae ira al hombre porque la viola o infringe. La ley impone castigo. Daría herencia si uno la guardara perfectamente bien. Pero nadie la guarda así, y por lo tanto nadie hereda por la ley.
--“donde no hay ley... transgresión.” Pablo no está diciendo que hay para algunos ausencia de ley, sino que para no haber transgresión, tiene que haber ausencia de ley. Pero sí hay ley, y por eso sí hay transgresión. Habiendo transgresión, hay condenación. La justificación, pues, no puede ser por ley.

4:16-- “es por fe... por gracia.” Si la promesa hubiera sido basada en ley, nadie habría podido recibirla, porque nadie guarda la ley con perfección. Pero siendo basada en fe, es por gracia y por consiguiente es firme para todos cuantos quieran recibirla.
--“la que es de la ley,” los judíos de raza.
--“la que es de la fe de Abraham,” los gentiles.
-- “padre de todos nosotros,” los cristianos de todo el mundo, no importando la raza.
4:17-- “Te he puesto...” es citado de Génesis_17:5.   El pacto de ser padre de muchas gentes ya había sido hecho, Géneis_12:1-3, porque en la simiente de él (Cristo) todas las familias de la tierra serían benditas. Por eso, “te he puesto (no dice, “te pondré”) por padre de muchedumbre de gentes.” Pedro (Hechos_3:25) llama a esta promesa un pacto. No fue el mismo pacto que el de la tierra y la circuncisión. Pablo dice (Gálatas_3:16-17) que este pacto (Génesis_12:3) (Gálatas_3:18) no pudo ser invalidado por la ley de Moisés que vino mucho después. El pacto o promesa de hacer de Abraham padre de muchas naciones, cumplido en Cristo el Salvador del mundo, era cosa completamente distinta a la ley de Moisés que el judío quería ligar al gentil.
--“da vida a los muertos.” El cuerpo de Abraham “estaba ya como muerto,”, y era estéril Sara. Isaac nació de padres “muertos,” en cuanto a la capacidad de tener hijos. Pero creyó Abraham, y así tenemos que creer que Dios resucitó a Cristo de los muertos.
--“llama las cosas... fuesen.” Antes de nacer Isaac, Dios dijo a Abraham que su nombre sería cambiado de Abram a Abraham, “padre de muchedumbre de gentes,” llamando a lo que todavía no existía como si ya fuera. Dios vio de antemano que tendría Abraham hijos espirituales, engendrados por el evangelio entre los gentiles. Dios puede hablar así por su omnisciencia.

4:18-- “esperanza contra esperanza.” No creyó en contra de alguna esperanza, porque no tenía absolutamente ninguna. No hubo base de esperanza. A pesar de esta completa falta de esperanza (según las leyes físicas de procreación), creyó en esperanza.

4:19-22-- “no se debilitó en la fe.” Siendo él y su esposa impotentes, físicamente, para tener hijos, tuvo que tener grande fe. Pero había creído por largo tiempo, y sido probado en su fe, y esta vez tampoco falló. La naturaleza y la razón humana le decían que no podría tener hijo, pero creyó que la promesa de Dios era más potente que las leyes físicas, y así glorificó a Dios sobre la naturaleza.
--“su fe le fue contada por justicia.” Abraham honró a Dios por su fe. En vista de esta fe, Dios le justificó. Su fe fue contada hacia, a, o para, la justificación.  . Es decir, porque creyó, Dios le justificó; le perdonó.  
            Algunos conectan Romanos_4:22 con Génesis_15:6, como si fueran la misma ocasión, y concluyen erróneamente que Abraham, habiendo sido “pecador inconverso,” fue salvado por la fe sola. Entonces esto lo aplican a los pecadores inconversos de hoy en día y dicen que, como Abraham, uno es salvado por la fe solo en Cristo Jesús. Hay muchos errores en esto. Vamos notándolos:
            1) Pablo no está hablando de la salvación de “pecadores inconversos.” Abraham era hombre de Dios desde su llamamiento en Ur de los caldeos, si no antes. La justificación del pecador inconverso no era el punto de controversia, sino si el cristiano gentil tenía que guardar la ley de Moisés para ser salvo (Hechos_15:1). Lo negaba Pablo, mostrando que Abraham mismo se justificaba a través de su vida por la fe, y no por el guardar de ley.
            2) Romanos_4:22 se refiere a una ocasión que sucedió unos quince años después de lo de Génesis_15:6. Hubo cuatro ocasiones distintas en que se afirmó que Abraham era justo por fe. Primero, se le prometió que sería heredero del mundo “por la justicia de la fe” (Géneis_12:1-3; Romanos_4:13). Segundo, unos años después, cuando se le prometió que su simiente sería como las estrellas, creyó y se le contó a justicia (Génesis_15:6). Tercero, unos quince años después, cuando Dios prometió que Sara tendría un hijo, (Génesis_17:1-27), dice Pablo que Abraham creyó y que se le contó a justicia (Romanos_4:19-22). Cuarto, años después, siendo ya joven Isaac, Dios le mandó a Abraham ofrecerlo en sacrificio. Otra vez creyó Abraham a Dios, y dice Santiago (2:21-23) que se le contó a justicia.
            3) La idea de “fe sola” no se halla en los textos arriba referidos. Esta idea se agrega y, como consecuencia, se tuerce la Escritura. (Santiago_2:24; Hebreos_11:8; Génesis_22:18).

4:23-25-- Moisés lo escribió, no solamente para honrar a Abraham, sino para el creyente en Cristo Jesús resucitado, para que éste tenga la plena confianza de que, como Abraham, así también él es justificado por su fe. No se requirió más de la fe de Abraham, que lo que se requiere de la nuestra. El creyó que Dios podía cumplir con todo lo respecto a Isaac, y nosotros creemos que Dios pudo resucitar a su propio hijo, Jesucristo, y que lo resucitó.
--Cristo es tanto nuestro sacrificio ("entregado por nuestras transgresiones"), como nuestro pontífice (siendo resucitado, entró en los cielos para presentar su sacrificio a Dios por nuestros pecados-- Hebreos_9:11-28).

           El evangelio salva (justifica) a judíos y gentiles. El evangelio es aparte de la ley de Moisés. La justificación es por gracia, y por eso es don, porque si fuera por deuda (cosa merecida por uno), nadie sería salvo porque nadie ha merecido la justificación. Tanto judíos como gentiles, por la fe en Cristo Jesús, son herederos de las promesas hechas a Abraham, quien era justificado por fe. Es error enseñar que los cristianos tienen que guardar la ley de Moisés para ser salvos, porque Abraham era justificado por fe aparte de ley.
           
  Como Abraham heredó el mundo, también sus hijos espirituales lo “heredan.” La descendencia en la carne de Abraham heredó la tierra de Palestina, pero la descendencia por la fe (los cristianos, sean judíos o gentiles) hereda el mundo. ¿Cómo? ¡En Cristo!   


¡Maranata!

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