La base
de la justificación es la fe en Cristo Jesús, resucitado de los muertos, y no
las obras de ley. Aun el mismo padre de la raza judaica fue justificado por la
fe y no por la perfección de su vida (hacer obras de ley). David, profeta y
también judío, describe la justificación como lo mismo que perdón de pecados.
Estas bendiciones de la gracia se extienden igualmente al judío y al gentil,
dependiendo de la fe obediente. El método divino de rescate, pues, es
ejemplificado en Abraham y en David, dos personajes que ningún judío
rechazaría, y la promesa de Dios es realizada mediante la fe de ambos, judío y
gentil, en el Cristo resucitado.
4:1-- En Romanos 3:28, Pablo acabó de afirmar que la
justificación es por fe sin las obras de ley. Ahora pone a prueba esta
afirmación, usando a Abraham por ejemplo. ¿Obtuvo la justificación? Nadie
negaba que hubiera sido justificado, pero ¿cómo obtuvo él esta justificación?
El versículo 2 muestra que éste es el punto tratado.
--“según la carne.”
Esta expresión presenta a Abraham como hombre, con sus obras o hechos. ¿Obtuvo
o halló justificación Abraham como hombre perfecto que guarda la ley de Dios
sin falta? (porque así uno sería justo). La respuesta es que “no.” La razón es
dada en el versículo siguiente.
Los primeros
conversos a Cristo eran judíos. Los cristianos judaizantes trataban de obligar
a los conversos gentiles a circuncidarse, para gloriarse en su carne (Gálatas_6:13). Este problema es tratado principalmente
en Romanos, Gálatas, Hebreos, 2 Corintios, Efesios y Colosenses. A estos
judaizantes pregunta Pablo, ¿qué halló Abraham según la carne? ya que ellos
enfatizaban tanto la cuestión de la carne (la circuncisión).
4:2-- “justificado por
las obras” significa ser justo por haber guardado perfectamente bien la ley de
Dios, sin pecar.
“pero no para con Dios.” Si Abraham
hubiera sido justo (perfecto), habría podido gloriarse delante de Dios, pero no
era justo y por eso no podía gloriarse delante de Dios. El hecho de que no
tenía base de que gloriarse delante de Dios (o para con Dios), prueba que no
fue justificado por obras.
4:3-- “¿Qué dice la
Escritura?”. Ahora Pablo presenta la prueba de que Abraham no tuvo base para
gloriarse.
--“Creyó... contado
por justicia.” (Génesis_15:6). Es error suponer,
como hacen muchos sectarios, que Pablo habla de la justificación de Abraham
como pecador inconverso. Antes de Génesis_15:6 vemos
que Abraham ya era hombre de Dios (Hebreos_11:8; Génesis_12:1-3;
Hechos_7:2-3; Génesis_12:6-8; Génesis_13:3-4; Génesis_14:19; Génesis_15:1).
Abraham creyó a Dios
cuando Dios le prometió un hijo y grande descendencia. Porque creyó, Dios le
justificó (perdonó). Su fe no fue substituto de justicia, ni aceptó Dios su fe
como si fuera justicia. Abraham creyó y “le fue contado a justicia” (Versión Moderna).
En el texto griego la preposición traducida “por” en la Versión Valera,
Revisión 1960, que estamos usando, es eis, que significa “para, hacia, a.” Se
encuentra en Hechos_2:38, “para perdón.” Sobre
la base de la fe de Abraham, Dios le declaró justo. Esta misma preposición
griega se encuentra en Romanos_10:10 donde
nuestra versión (la de 1960) bien dice, “para.” La preposición “por” no es la
indicada. eis ¡no significa por, sino para!
Si el hombre nunca
pecara, sería justo y podría gloriarse delante de Dios. Pero si peca y Dios le
perdona, es justificado por gracia o favor, y no puede gloriarse. Por eso no
pudo gloriarse Abraham.
Pablo
habla de obras de ley, y Santiago de obras de fe. Santiago sí contradice a las
interpretaciones que los sectarios dan a las palabras de Pablo. Hacen creer que
Pablo dice que para ser salvo, no hay nada que hacer sino creer en Cristo; que
uno no tiene que obedecer al evangelio (a los términos del evangelio). Santiago
contradice esto, porque no es cierto. Pero Pablo no dice tal cosa. Pablo
enseñaba a los judaizantes que nadie es justificado (perdonado, y así hecho
justo), por obras de ley, porque nadie obedecía a la ley perfectamente, y que
para ser justificado (perdonado), uno tiene que creer en Cristo (obedecer al
evangelio). Al que no vive perfectamente bien según la ley, pero obedece al
evangelio de Cristo, Dios le justifica (perdona). Santiago afirma que la fe sin
obras (obediencia) no justifica. Ambos Pablo y Santiago se refieren a Abraham
como ejemplo. Abraham no se justificó por obras de ley (por perfección de vida
en la carne), sino por fe en Dios, dice Pablo. Santiago dice que esa fe de
Abraham no era una fe muerta o de palabras solamente, sino una fe viva de
obediencia. Con esa fe Abraham obedecía (Hebreos_11:8; Génesis_22:18).
¡Esa es la clase de fe que justifica!
Santiago no enseña,
como tampoco Pablo, que el hombre es justificado por obras en el sentido de
obediencia perfecta. Las obras según Santiago no son obras de mérito humano,
sino sencillamente las condiciones de justificación.
No dice Pablo que
somos salvos por la fe sola (como afirman los sectarios). Se incluyen,
pues, condiciones juntamente con la fe (según nos informan otros pasajes de las
Escrituras). El punto de Pablo en Romanos_4:3 no
es si hay condiciones con la fe, o si no las hay. Es que la justificación no es
por la perfección de vida que resulte de guardar perfectamente bien la ley de
Dios, sino por la fe en Cristo (las condiciones o términos quedan
sobreentendidos). Santiago no está hablando de que si uno es justificado por
perfección de vida aparte de la fe en Cristo, sino de que si la fe en Cristo
vale al ser una fe sin obras (de obediencia a los términos del evangelio). Por
eso dice Santiago que la fe sola no salva. ¡No dice Pablo que sí!
Los sectarios hacen
creer que Pablo habla de las obras de la fe obediente. De éstas no habla Pablo.
Habla de las obras de ley (Romanos_3:10 más Gálatas_3:10). Tales obras no justifican. Las de
obediencia de fe son otras, sin las cuales dice Santiago (y Pablo) el hombre no
puede ser salvo. Pablo condenaba la doctrina de la justificación por la
moralidad legalista y Santiago la doctrina de la justificación por una fe que
no obedece. El que depende de la moralidad legalista no mira al Calvario, sino
a sí mismo (a la carne); pero el que cree en Cristo y obedece al evangelio, no
mira a sí mismo sino a la gracia de Dios. La gracia de Dios es condicional; por
eso tiene que haber “obediencia de fe.” Cuando uno es bautizado en Cristo,
obedeciendo de corazón, no pretende merecer la justificación y no se gloría en
sí mismo. Nada más acepta el don de Dios de salvación. (Marcos_16:16).
“Creyó Abraham a Dios.”
Los versículos 5 y 9 dicen “su fe” y “la fe” (de él), y esa fe es lo que le fue
contada para, o a justicia.
Por inferencia
necesaria sabemos que como Dios hizo con Abraham así hace con nosotros hoy en
día.
4:4-- La justificación
de Abraham no fue por deuda de Dios, porque Abraham no vivió perfectamente y
sin pecado. Era por gracia, y por lo tanto no por obras.
El sectario,
ignorando el contexto, lee la frase “al que obra” como si significara “al que
obedece.” En esto tuerce la Escritura (2Pedro_3:16).
Como ya hemos visto, en contexto la frase significa que el que obra
perfectamente bien, sin falta alguna, recibe lo que merece, y no algo de
gracia.
4:5-- “al que no obra”
significa el que no guarda toda la ley, o que no es perfecto en el cumplimiento
de sus deberes.
“cree... impío.” El
creyente todavía es impío. Dios no justifica al incrédulo sino al impío
creyente. Porque cree, Dios le perdona. Es impío, porque no ha obrado
(perfectamente bien) la ley; pero porque cree (obedece al evangelio) Dios le
justifica (le perdona su impiedad).
--“su fe... contado
por justicia,” es decir, su fe le es contada para que tenga o reciba
justificación. Para la justificación le es contada su fe. 1Juan_3:7 dice, “el que hace justicia es justo, como
él es justo.” Cuando Dios perdona a la persona, ya no es persona injusta, sino
justa. No solamente “es declarada justa,” sino, como dice Juan, “es justa.”
4:6-- Al decir “Como también,” Pablo presenta el
testimonio de David, otro judío famoso, ilustrando y comprobando la proposición
de la justificación por fe (obediencia al evangelio) aparte de, o sin, obras
(perfección de vida en obrar lo que la ley manda).
Nuestra versión en
este capítulo emplea varias palabras (contado, atribuye, inculpa) pero el texto
griego emplea una sola, “logizomai” que significa poner a la cuenta de una
persona. La famosa palabra “imputar” es traducción de dicho vocablo griego.
4:7-- “iniquidades son
perdonadas.” (Salmo_32:1-2). Por esta expresión
vemos claramente que la justificación consiste en perdonar las
iniquidades del creyente. Si Abraham fue justificado, fue perdonado. Si fue
perdonado, no era perfecto y, por lo tanto, su justificación no tuvo por base
el obrar (perfectamente) lo que la ley de Dios le mandaba. Pero sí creyó a
Dios, repetidas veces, obedeciéndole, y Dios le justificó (le perdonó sus
iniquidades) porque era creyente. El
perdón de Dios es condicional. La persona tiene que obedecer al
evangelio.
--“pecados son cubiertos” significa tenerlos perdonados. Dios sí puede
cubrir (perdonar), pero no el hombre (Proverbios_28:13).
Pablo estableció su
proposición por el ejemplo de Abraham y el testimonio de David. No podrían
negar los judíos el ejemplo y el testimonio de estos dos.
4:8-- “no inculpa de
pecado,” equivale a decir perdonar a uno sus pecados, y por eso es igual que
justificarle. Dios no inculpa de pecado porque perdonada la persona ya no tiene
pecado.
4:9-10-- “esta
bienaventuranza” se refiere a la de tener los pecados perdonados para ser
contado justo.
--“la circuncisión... a incircuncisión,” o sea, para los judíos y los
gentiles. Como Abraham fue justificado antes
de ser circuncidado, así también el gentil lo puede ser, a quien nunca
le fue mandada la circuncisión.
4:11-12-- “como sello.” La
circuncisión era sello de la aprobación de Dios de la fe de Abraham. La
justificación de Génesis_15:6 fue unos trece
años antes de ser Abraham circuncidado (creyó y se justificó antes de nacer
Ismael, y tenía Ismael trece años cuando él y Abraham fueron circuncidados).
Fue la justificación por fe que Abraham tenía en la incircuncisión la que le
constituyó “padre de todos los creyentes no circuncidados...” Abraham es el
padre de creyentes en Cristo, sean ellos gentiles o judíos. No hay diferencia.
--“siguen las pisadas de la fe.” En sentido nacional y carnal, Abraham
era el padre de todos los judíos, pero aquí habla Pablo de Abraham como padre
de los judíos creyentes. Se le
hizo una promesa a Abraham (Génesis_22:18 - “En
tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra”). Esa simiente era
Cristo (Gálatas_3:16). Por lo tanto, todos los
cristianos son la simiente de Abraham (Gálatas_3:29).
En cuanto a la promesa hecha a Abraham, él es el padre de todos los creyentes
(cristianos). La familia espiritual de Abraham tomó el lugar de la carnal.
Seguir las pisadas de la fe de
Abraham es ser obediente por la fe como él lo era. Por eso leemos, al final de
la promesa (Génesis_22:18), la razón por qué
Dios le hizo esta promesa: “por cuanto obedeciste a mi voz.” Esta es la clase
de fe que según Santiago justifica: la fe obediente, o la obediencia de la fe,
como Pablo lo expresa (Romanos_1:5; Romanos_16:26).
4:13-- “no por la ley,”
más bien dicho, según el texto griego y la línea de argumentación de Pablo en
esta sección, “no por ley.” Es decir, Abraham no recibió la promesa a causa de
haber guardado perfectamente alguna ley. La promesa no le fue hecha a
consideración de observar ley, sino de justificación por fe.
--“heredero del mundo.” Este texto es usado por muchos para enseñar
que este mismo mundo, aunque renovado, dicen, va a ser poseído como la “tierra
nueva” (2Pedro_3:13; Apocalipsis_21:1). Tal
interpretación, no solamente ignora por completo el contexto sino también
contradice los muchos textos bíblicos que enseñan que la tierra o patria que el
cristiano poseerá es celestial (Hebreos_11:14-16).
Además, 2Pedro_3:13 y Apocalipsis_21:1
hablan de un nuevo orden de cosas, y no literalmente de este mismo mundo
en forma renovada. En las
promesas dadas a Abraham (Génesis_12:1-20; Génesis_13:1-18;
Génesis15:1-21; Génesis_17:1-27; Génesis_22:1-24), no vemos ninguna
expresada en esta forma, “heredero del mundo.” Pero sabemos que no se hace
referencia a la promesa de la tierra de Canaán, porque la promesa tenía que ver
con el mundo, no con una pequeña porción de él. Génesis_12:1-3
muestra que Dios prometió a Abraham que en él serían benditas
todas las familias de la tierra. Concluimos
que todo el mundo es bendecido (espiritualmente) en Abraham porque en la
simiente de él (en Cristo) es bendecido. La iglesia de Cristo, compuesta de
todas las naciones, es la totalidad de los hijos de Abraham por la fe (Gálatas_3:29; Romanos_4:16). Abraham heredó al mundo
como sus hijos espirituales. En Cristo el hijo de Abraham (cristiano) tiene
toda bendición espiritual (Efesios_1:3). Todo
cristiano es parte de la iglesia de Cristo, la casa de Dios (1Timoteo_3:15). La iglesia se compone de todas las
naciones, y sus miembros son hijos de Abraham por la fe, porque a Abraham se le
prometió que él sería “padre de muchedumbre de gentes.”
Haciendo resumen,
vemos que Abraham iba a heredar el mundo. Lo “hereda,” no en sentido de
poseerlo literalmente, sino en venir a ser el padre de muchas naciones y que en
él serían bendecidas todas las naciones de la tierra. Esto se refiere a las
bendiciones espirituales que los hijos de Abraham por la fe tienen como
miembros de la iglesia de Cristo, la cual iglesia es compuesta de gentes de
todas las naciones. Todo el contexto de Romanos_4:1-25 trata
de la promesa de justificación (perdón de pecados) para todas las naciones,
según la promesa hecha a Abraham. La promesa era espiritual, y Abraham hereda
el mundo espiritualmente.
4:14-- “los que son de
(la) ley” (el artículo definido “la” no aparece en el texto griego) se refiere
a los que son justos por ley. Estos no existen. El punto de Pablo en su
argumentación es que si la justificación tiene que ser merecida por el guardar
las obras de ley, se anulan todas las cosas que esperamos y en que creemos. La
promesa de bendiciones en Cristo (justificación, reconciliación, perdón) no
tendría a nadie a quien ofrecerse, si la justificación fuera merecida por
observar perfectamente la ley.
4:15-- “la ley produce
ira.” La ley trae ira al hombre porque la viola o infringe. La ley impone
castigo. Daría herencia si uno la guardara perfectamente bien. Pero nadie la
guarda así, y por lo tanto nadie hereda por la ley.
--“donde no hay ley... transgresión.” Pablo no está diciendo que hay
para algunos ausencia de ley, sino que para no haber transgresión, tiene que
haber ausencia de ley. Pero sí hay ley, y por eso sí hay transgresión. Habiendo
transgresión, hay condenación. La justificación, pues, no puede ser por ley.
4:16-- “es por fe... por
gracia.” Si la promesa hubiera sido basada en ley, nadie habría podido
recibirla, porque nadie guarda la ley con perfección. Pero siendo basada en fe,
es por gracia y por consiguiente es firme para todos cuantos quieran recibirla.
--“la que es de la ley,” los judíos de raza.
--“la que es de la fe de Abraham,” los gentiles.
--
“padre de todos nosotros,” los cristianos de todo el mundo, no importando la
raza.
4:17-- “Te he puesto...”
es citado de Génesis_17:5. El
pacto de ser padre de muchas gentes ya había sido hecho, Géneis_12:1-3, porque en la simiente de él (Cristo)
todas las familias de la tierra serían benditas. Por eso, “te he puesto (no
dice, “te pondré”) por padre de muchedumbre de gentes.” Pedro (Hechos_3:25) llama a esta promesa un pacto. No fue el
mismo pacto que el de la tierra y la circuncisión. Pablo dice (Gálatas_3:16-17) que este pacto (Génesis_12:3) (Gálatas_3:18)
no pudo ser invalidado por la ley de Moisés que vino mucho después. El pacto o
promesa de hacer de Abraham padre de muchas naciones, cumplido en Cristo el
Salvador del mundo, era cosa completamente distinta a la ley de Moisés que el
judío quería ligar al gentil.
--“da vida a los muertos.” El cuerpo de Abraham “estaba ya como muerto,”,
y era estéril Sara. Isaac nació de padres “muertos,” en cuanto a la capacidad
de tener hijos. Pero creyó Abraham, y así tenemos que creer que Dios resucitó a
Cristo de los muertos.
--“llama las cosas... fuesen.” Antes de nacer Isaac, Dios dijo a
Abraham que su nombre sería cambiado de Abram a Abraham, “padre de muchedumbre
de gentes,” llamando a lo que todavía no existía como si ya fuera. Dios vio de
antemano que tendría Abraham hijos espirituales, engendrados por el evangelio
entre los gentiles. Dios puede hablar así por su omnisciencia.
4:18-- “esperanza contra
esperanza.” No creyó en contra de alguna esperanza, porque no tenía
absolutamente ninguna. No hubo base de esperanza. A pesar de esta completa
falta de esperanza (según las leyes físicas de procreación), creyó en
esperanza.
4:19-22-- “no se debilitó en
la fe.” Siendo él y su esposa impotentes, físicamente, para tener hijos, tuvo
que tener grande fe. Pero había creído por largo tiempo, y sido probado en su
fe, y esta vez tampoco falló. La naturaleza y la razón humana le decían que no
podría tener hijo, pero creyó que la promesa de Dios era más potente que las
leyes físicas, y así glorificó a Dios sobre la naturaleza.
--“su fe le fue contada por justicia.” Abraham honró a Dios por su fe.
En vista de esta fe, Dios le justificó. Su fe fue contada hacia, a, o para, la
justificación. . Es decir, porque creyó,
Dios le justificó; le perdonó.
Algunos conectan Romanos_4:22 con Génesis_15:6,
como si fueran la misma ocasión, y concluyen erróneamente que Abraham, habiendo
sido “pecador inconverso,” fue salvado por la fe sola. Entonces esto lo aplican
a los pecadores inconversos de hoy en día y dicen que, como Abraham, uno es
salvado por la fe solo en Cristo Jesús. Hay muchos errores en esto. Vamos
notándolos:
1) Pablo no está
hablando de la salvación de “pecadores inconversos.” Abraham era hombre de Dios
desde su llamamiento en Ur de los caldeos, si no antes. La justificación del
pecador inconverso no era el punto de controversia, sino si el cristiano gentil
tenía que guardar la ley de Moisés para ser salvo (Hechos_15:1).
Lo negaba Pablo, mostrando que Abraham mismo se justificaba a través de su vida
por la fe, y no por el guardar de ley.
2) Romanos_4:22 se refiere a una ocasión que sucedió unos
quince años después de lo de Génesis_15:6. Hubo
cuatro ocasiones distintas en que se afirmó que Abraham era justo por fe.
Primero, se le prometió que sería heredero del mundo “por la justicia de la fe”
(Géneis_12:1-3; Romanos_4:13). Segundo, unos
años después, cuando se le prometió que su simiente sería como las estrellas,
creyó y se le contó a justicia (Génesis_15:6).
Tercero, unos quince años después, cuando Dios prometió que Sara tendría un
hijo, (Génesis_17:1-27), dice Pablo que Abraham
creyó y que se le contó a justicia (Romanos_4:19-22).
Cuarto, años después, siendo ya joven Isaac, Dios le mandó a Abraham ofrecerlo
en sacrificio. Otra vez creyó Abraham a Dios, y dice Santiago (2:21-23) que se le contó a justicia.
3) La idea de “fe sola”
no se halla en los textos arriba referidos. Esta idea se agrega y, como
consecuencia, se tuerce la Escritura. (Santiago_2:24; Hebreos_11:8;
Génesis_22:18).
4:23-25-- Moisés lo escribió,
no solamente para honrar a Abraham, sino para el creyente en Cristo Jesús
resucitado, para que éste tenga la plena confianza de que, como Abraham, así
también él es justificado por su fe. No se requirió más de la fe de Abraham,
que lo que se requiere de la nuestra. El creyó que Dios podía cumplir con todo
lo respecto a Isaac, y nosotros creemos que Dios pudo resucitar a su propio
hijo, Jesucristo, y que lo resucitó.
--Cristo es tanto nuestro sacrificio ("entregado por nuestras
transgresiones"), como nuestro pontífice (siendo resucitado, entró en los
cielos para presentar su sacrificio a Dios por nuestros pecados-- Hebreos_9:11-28).
El evangelio salva (justifica) a judíos y gentiles. El evangelio es aparte de
la ley de Moisés. La justificación es por gracia, y por eso es don, porque si
fuera por deuda (cosa merecida por uno), nadie sería salvo porque nadie ha
merecido la justificación. Tanto judíos como gentiles, por la fe en Cristo
Jesús, son herederos de las promesas hechas a Abraham, quien era justificado
por fe. Es error enseñar que los cristianos tienen que guardar la ley de Moisés
para ser salvos, porque Abraham era justificado por fe aparte de ley.
Como Abraham heredó el mundo, también sus
hijos espirituales lo “heredan.” La descendencia en la carne de Abraham heredó
la tierra de Palestina, pero la descendencia por la fe (los cristianos, sean
judíos o gentiles) hereda el mundo. ¿Cómo? ¡En Cristo!
¡Maranata!
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