} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 28 Noviembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

martes, 28 de noviembre de 2017

28 Noviembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Eclesiastés 3; 2
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;

            La vida del hombre está compuesta de penas y alegrías, de triunfos y fracasos, de trabajos y reposos. El sabio ve que así debe ser. Obtener triunfos sin fracasos haría del hombre un pequeño dios; padecer fracasos sin ningún triunfo de la vida sería una miseria infinita. Lo que caracteriza el trabajo del hombre es un continuo hacer y deshacer lo hecho, cada cosa a su tiempo. Como esos tiempos los fija Dios, para el Predicador la sabiduría del hombre consiste en ponerse en sintonía con Dios para saber qué hacer en cada caso. Dios lo ha dispuesto todo, lo bueno y lo malo, el hacer esto y el hacer aquello, cada tarea tiene su tiempo propicio, cada experiencia humana su razón de ser. El hombre, como ser relativo, se encuentra también ante tareas relativas; ningún momento es absoluto, absoluto es solamente Dios. Esto es lo que nos dice el Predicador.
Tiempo de nacer y tiempo de morir abarca los dos extremos de la vida humana y los que están más lejos de su voluntad. Entre ellos podemos incluir todas las experiencias de la vida. El nacer y el morir son los acontecimientos más importantes de nuestra vida, sobre los que Dios ha tendido misteriosos velos que la sabiduría humana no acierta a descorrer. Uno y otro tienen su momento señalado por Dios, y en ese mismo momento tendrán realización, sin que el hombre pueda adelantarlos o retrasarlos. En un pueblo agrícola como el hebreo, plantar y arrancar lo plantado es una de las ocupaciones más frecuentes. Dios, al disponer las diversas estaciones, ha establecido las condiciones atmosféricas que determinan el tiempo en el que el hombre debe llevar a cabo las diferentes faenas del campo. Acciones desagradables, como herir y, en consecuencia, curar; las mismas obras encaminadas a destruir y edificar están dentro de los planes de Dios, que en sus inescrutables designios ha permitido las circunstancias que determinaron tales hechos. No existe la casualidad, y atribuir a ella supuestos efectos es sencillamente reconocer nuestra ignorancia. De la misma manera, es Dios quien nos proporciona una veces alegrías, y entonces reímos y danzamos; otras motivos de tristeza, y entonces lloramos y nos lamentamos. Lo primero tenía lugar sobre todo en las fiestas de bodas; lo segundo, en los días de luto.
  Como el hombre no puede alterar la fecha de su nacimiento o de su muerte, tampoco puede poner al revés el tiempo y orden de “plantar” y de “arrancar.” Pretender “plantar” fuera de sazón es vanidad, por buena que sea la sazón; del mismo modo, hacer de las cosas terrenas el fin principal es vanidad, por buenas que sean en orden y sazón.
 Lo que quiere decir Salomón en esta sección es que Dios tiene un plan para todas las personas. Por lo tanto, proporciona ciclos de vida y trabajo para que lo realicemos. A pesar de que nos enfrentamos con muchos problemas que parecen contradecir los planes de Dios, estos no deben ser obstáculos para creer en El, sino más bien oportunidades para descubrir que, sin Dios, los problemas de la vida no ofrecen soluciones duraderas.

Juan 14; 19         
Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.

Lo verían con sus propios ojos físicos durante cuarenta días después de su resurrección (1Corintios 15:1-8), pero en este contexto Jesús enfatiza la comunión permanente con ellos por medio del Espíritu Santo. "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor... “(2Corintios_3:18). La presencia de Cristo con ellos ya no sería física, sino espiritual.

            -- porque yo vivo, vosotros también viviréis. –

 (Colosenses_3:1-4). Tenemos vida espiritual porque Cristo fue "resucitado para nuestra justificación" (Romanos_4:25); porque Él vive siempre para interceder por nosotros (Hebreos 7:25); y, desde luego, nuestra resurrección depende de la resurrección de Cristo. Como El está glorificado ahora, así también nosotros seremos glorificados (Filipenses_3:21; 1Juan_3:2).
A veces la gente quisiera conocer el futuro a fin de prepararse para lo que ha de ser. Dios no ha querido darnos este conocimiento. Solo Él sabe lo que sucederá, pero nos dice todo lo que tenemos que saber para prepararnos para el futuro. Cuando vivimos según sus normas, Él no nos abandonará; vendrá a nosotros, estará en nosotros y se nos manifestará. Dios sabe lo que sucederá y, como El estará con nosotros en todo momento, no debemos temer. No es necesario que conozcamos el futuro para tener fe en Dios: debemos tener fe en El para estar seguros acerca del futuro.

1Tesalonicenses 4; 17
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, --

La esperanza de la Segunda Venida les había traído otro problema a los de Tesalónica. Esperaban que se produjera inmediatamente; esperaban estar vivos cuando ocurriera, pero estaban preocupados por los cristianos que ya habían muerto. No podían estar seguros de que también participaran de la gloria de ese Día. Pablo les responde que tendrán una misma gloria los que ya hayan muerto y los que estén vivos.
Pablo explica en otros textos que al venir Cristo los vivos seremos transformados (Filipenses_3:20-21; 1Corintios_15:50-53), porque “la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción”.

            -- seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (Juan_14:1-3; Juan_17:24).

Al dejar la tierra, Jesús “fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos” (Hechos_1:9). Así también cuando El vuelva “seremos arrebatados juntamente con” los resucitados “para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
              Cuando Cristo venga, habrá un “rapto secreto”; es decir, al venir Cristo los fieles serán arrebatados secreta, silenciosa e invisiblemente. Según esta teoría, en ese momento los justos simplemente desaparecerán. Ya no estarán sobre la faz de la tierra; más bien estarán en las nubes con Cristo por siete años para escapar de la supuesta “Gran Tribulación”. Esta teoría se basa en lo que Jesús dice en Mateo_24:21 acerca de la gran tribulación que vendría sobre Jerusalén, y sobre Mateo_24:40-41, “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada”.
             El arrebatamiento de los santos no será ni secreto ni silencioso, “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo”. Tampoco dejará a los otros vivos confusos porque “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” (Apocalipsis_1:7).



¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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