1. El Señor nuestro Dios es un Dios único, vivo y verdadero;
1 cuya subsistencia está en él
mismo y es de él mismo, infinito en su ser y
perfección; 2 cuya esencia no puede ser
comprendida por nadie sino por él mismo;3 es
espíritu purísimo, invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones, el único que
tiene inmortalidad y que habita en luz inaccesible;4 es
inmutable, inmenso, eterno, inescrutable,
todopoderoso, infinito en todos los sentidos, santísimo,
sapientísimo, libérrimo, absoluto;5 que hace todas
las cosas según el consejo de su inmutable y justísima voluntad, para su propia
gloria;6 es amantísimo, benigno, misericordioso,
longánimo, abundante en bondad y verdad, perdonando la iniquidad, la
transgresión y el pecado; 7 galardonador de los
que le buscan con diligencia, y sobre todo, justísimo y terrible en sus
juicios, que odia todo pecado y que de ninguna manera dará por inocente al
culpable.8
1. Dt. 6:4; Jer.
10:10; 1 Co. 8:4,6; 1 Ts. 1:9.
2. Is. 48:12.
2. Is. 48:12.
3. Ex. 3:14; Job
11:7,8; 26:14; Sal. 145:3; Ro. 11:33,34.
4. Jn. 4:24; 1
Ti. 1:17; Dt. 4:15,16; Lc. 24:39; Hch. 14:11,15; Stg. 5:17.
5. Mal. 3:6;
Stg. 1:17; 1 R. 8:27; Jer.23:23,24; Sal. 90:2; 1 Ti. 1:17; Gn. 17:1; Ap.4:8;
Is. 6:3; Ro. 16:27; Sal. 115:3; Ex. 3:14.
6. Ef. 1:11; Is.
46:10; Pr. 16:4; Ro. 11:36.
7.
Ex. 34:6,7; 1 Jn. 4:8.
8. He. 11:6; Neh. 9:32,33; Sal. 5:5,6; Nah. 1:2,3; Ex. 34:7.
8. He. 11:6; Neh. 9:32,33; Sal. 5:5,6; Nah. 1:2,3; Ex. 34:7.
2. Teniendo Dios en sí mismo y por sí mismo toda vida,
gloria, bondad y bienaventuranza, es todo suficiente en sí mismo y respecto a
sí mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que ha hecho, ni
derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta su propia
gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas;1
él
es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las
cosas, teniendo sobre todas las criaturas el más soberano dominio para hacer
mediante ellas, para ellas y sobre ellas todo lo que le agrade;2 todas las cosas están desnudas y abiertas a sus
ojos; su conocimiento es infinito, infalible e independiente de la criatura, de
modo que para él no hay ninguna cosa contingente o
incierta.3 Es santísimo en todos sus consejos, en
todas sus obras y en todos sus mandatos;4 a él
se le debe, por parte de los ángeles y los hombres, toda adoración, todo
servicio u obediencia que como criaturas deben al Creador, y cualquier cosa
adicional que a él le placiera demandar de ellos.5
1. Jn. 5:26;
Hch. 7:2; Sal. 148:13; 119:68; 1 Ti. 6:15; Job 22:2,3; Hch. 17:24,25.
2. Ap. 4:11; 1
Ti. 6:15; Ro. 11:34-36; Dn. 4:25,34,35.
3. He. 4:13; Ro.
11:33,34; Sal. 147:5; Hch. 15:18; Ez. 11:5.
4. Sal.
145:17; Ro. 7:12.
5.
Ap. 5:12-14
3. En este Ser divino e infinito hay tres subsistencias, el
Padre, el Verbo o Hijo y el Espíritu Santo,1 de
una sustancia, un poder y una eternidad, teniendo cada uno toda la esencia
divina, pero la esencia indivisa:2 el Padre no
es de nadie, ni por generación ni por procesión; el Hijo es engendrado
eternamente del Padre, y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo;3 todos ellos son infinitos, sin principio y, por
tanto, son un solo Dios, que no ha de ser dividido en naturaleza y ser, sino
distinguido por varias propiedades relativas peculiares y relaciones
personales; dicha doctrina de la Trinidad es el fundamento de toda nuestra
comunión con Dios y nuestra consoladora dependencia de él.
1. Mt. 3:16,17;
28:19; 2 Co. 13:14.
2. Ex. 3:14;
Jn.14:11; 1 Co. 8:6.
3. Pr. 8:22-31;
Jn. 1:1-3,14,18; 3:16; 10:36; 15:26; 16:28; He. 1:2; 1 Jn. 4:14; Gá. 4:4-6.
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