1 Corintios 15; 20-21
Mas ahora Cristo ha resucitado de
los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
Porque por cuanto la muerte entró
por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
Lo que afirmaban los
falsos en la iglesia en Corinto no era una realidad; la realidad consiste en
que Cristo sí resucitó de los muertos. En esta frase, la palabra “ahora” no
tiene referencia a tiempo, sino a pensamiento.
La frase tiene sentido adversativo. No es como afirmaban aquellos falsos
maestros, dice Pablo; al contrario, es así. Pablo ahora va a probar la
resurrección general de los muertos por medio de presentar la conexión entre
los cristianos y Cristo; entre su reino, la iglesia de Cristo, y sí mismo. La
una cosa demanda la otra.
Los que durmieron en Jesús ¡no perecieron! La resurrección de Cristo de
los muertos es prueba de esto. De ellos él es hecho primicias. Aunque otros
habían sido levantados de la muerte (como Lázaro, Juan_11:43-44,
y Dorcas, Hechos_9:40), volvieron a morir.
Cristo fue el primero en resucitar para no volver a morir
Las primicias eran la
primera parte de la cosecha (y a la vez, la mejor) (Números_18:12).
La Ley de Moisés mandaba que ellas fueran ofrecidas en sacrificio, como prenda
del resto de la cosecha. Éxodo_13:11-16;
Levítico_23:9-14; Números_18:1
La resurrección de
Cristo es prenda, o garantía, de la resurrección general al fin del tiempo (1Tesalonicenses_4:14). Como son las primicias, así la
masa (los demás frutos); Cristo resucitó, y los demás resucitarán. La
resurrección de todos los muertos está en la de Cristo, como la bendición de
Dios para el resto de la cosecha dependía de la que daba a las primicias. La
resurrección general comienza con la resurrección de Cristo (Filipenses_3:20-21). La nuestra está representada en
la de Él.
En este contexto Pablo trata
particularmente de los muertos cristianos, “los que durmieron” “en Cristo”.
Ahora Pablo va a explicar por qué la resurrección del hombre está en
la de Cristo. Es por la razón siguiente:
La humanidad está conectada con Cristo como
está conectada con Adán. Un hombre introdujo la muerte física en el mundo, y
todos los hombres mueren (físicamente) a consecuencia de lo que hizo Adán (Hebreos_9:27). De igual manera era necesario que un
hombre introdujera la resurrección de los muertos (para librarnos de la muerte
física), y ése hombre es Cristo (Hebreos_2:14-18; Hebreos_10:5;
Filipenses_2:5-8; Juan_1:14). Como las primicias son de la misma
naturaleza que la cosecha, y dado que la muerte física fue introducida por el
hombre, era necesario que la resurrección fuera hecha posible por uno de la
misma naturaleza. Por eso, Dios se hizo carne (hombre). Cancelará la sentencia
de la muerte que Adán trajo, por medio de su transgresión, al resucitar a los
muertos en el día final (Juan_5:28-29). En Adán se halla la muerte; en Cristo, la
resurrección de los muertos.
Es muy importante
notar aquí que el contexto no trata de la cuestión de la muerte espiritual,
como es el caso en Romanos_5:12. Como Romanos_5:12 no trata de la muerte física, sino de la
espiritual, este pasaje aquí no trata de la muerte espiritual, sino de la
física. El hombre no muere físicamente porque sea pecador (pues aun los
pequeñitos inocentes mueren), sino porque Adán trajo al mundo la mortalidad, la
muerte física. (Ahora los hombres mueren espiritualmente, debido a sus propios
pecados, Romanos_5:12).
Nuestra unidad con Cristo es tan real como nuestra
unidad con Adán, y destruye las malas consecuencias de esta. Así es que tenemos
dos series de hechos opuestos. En la primera tenemos: Adán-pecado-muerte. En la
segunda: Cristo-bondad-vida. Y así como todos nos vimos involucrados en el
pecado del primer hombre, así también lo estamos en la victoria del que ha
re-creado a la humanidad. Sea cual fuere nuestro parecer de esa manera de
pensar hoy, era convincente para los que la escuchaban entonces; y un hecho
está fuera de toda duda: que con Jesucristo ha venido al mundo un nuevo poder
que libra del pecado y de la muerte.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor
Jesús!
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