} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 9 Noviembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

jueves, 9 de noviembre de 2017

9 Noviembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Isaías 40; 27-28
¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.

Una equivocada conclusión que se saca de la trascendencia de Dios, es que Él es demasiado grande para interesarse en los seres humanos;  lo correcto es inferir que es demasiado grande para fracasar: no hay ningún punto en que las cosas “lo superen”.   Una comprensión adecuada de la intervención de Dios en la vida solamente se obtiene conociendo sus pensamientos y sus caminos. Aquí se llama a ser pacientes .Isaías describe el poder de Dios para crear, su provisión y su presencia para ayudar. Dios es omnipotente y todopoderoso; pero aun así, cuida de cada uno de nosotros en forma personal. Ninguna persona ni cosa puede compararse a Dios. Definimos a Dios lo mejor que podemos con nuestro conocimiento y lenguaje escasos, pero solo limitamos nuestro entendimiento de Él y su poder cuando lo comparamos con lo que experimentamos en la tierra. Él nunca se “cansa” o se “fatiga” de atender a las innumerables necesidades de su pueblo, supliéndoselas.
¿Cuál es tu concepto de Dios, sobre todo como se reveló en su Hijo, Jesucristo? No limites la obra de Dios en tu vida al subestimarlo.

El pueblo de Dios es reprobado por su descreimiento y desconfianza en Dios. Recuerden que tomaron los nombres de Jacob e Israel de uno que Dios halló fiel a Él en todas sus aflicciones. Llevan ese nombre como su pueblo del pacto. Muchos afanes necios y temores necios se desvanecen antes de inquirir las causas. Malo es tener malos pensamientos que surgen en nuestra mente, pero peor es convertirlos en palabras malas. Lo que ellos conocieron y oyeron era suficiente para silenciar todos sus temores y desconfianzas.
Donde Dios ha empezado la obra de gracia, la perfeccionará. Él ayuda a los que, en humilde dependencia de Él, se ayudan a sí mismos. Su fuerza será según el día. En el poder de la gracia divina nuestras almas ascenderán por sobre el mundo. Correrán alegremente por el camino de los mandamientos de Dios. Velemos contra el descreimiento, el orgullo y la confianza en uno mismo. Si vamos adelante por nuestra propia fuerza, desmayaremos y caeremos totalmente; pero teniendo nuestros corazones y esperanzas en el cielo, seremos llevados por sobre todas las dificultades y seremos dotados para echar mano del premio de nuestra alta vocación en Cristo Jesús.

Job 33; 13
¿Por qué contiendes contra él?
Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.

Estar informado trae un sentido de seguridad. Es natural querer saber lo que está sucediendo en nuestra vida. Job quería saberlo, quería saber por qué estaba sufriendo. En capítulos anteriores, sentimos su frustración. Eliú declaró que tenía la respuesta para la gran pregunta de Job, "¿por qué Dios no me dice qué es lo que pasa?" Eliú dijo a Job que Dios estaba tratando de responderle, pero que él no estaba escuchando. Eliú juzgó mal a Dios en este punto. Si Dios fuera a responder a todas nuestras preguntas, no seríamos probados adecuadamente. ¿Qué hubiera sucedido si Dios hubiera dicho: "Job, Satanás te va a probar y te va a afligir, pero al final serás sanado y se te regresará todo"? La prueba más grande de Job no era el dolor, sino el no saber por qué sufría. Nuestras pruebas más grandes pueden ser que debamos confiar en la bondad de Dios aun cuando no comprendamos por qué nuestra vida va en cierta dirección. Debemos aprender a confiar en Dios y su bondad, y no en la bondad de la vida. Dios no nos rinde cuentas a nosotros. Irracional es que criaturas débiles, pecadoras contiendan con un Dios de sabiduría, poder y bondad infinitos. Él actúa con perfecta justicia, sabiduría y bondad, allí donde nosotros no podemos percibirla.


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!


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