} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: CARTA DEL APOSTOL PABLO A LOS ROMANOS 10; 1 -4

lunes, 12 de septiembre de 2022

CARTA DEL APOSTOL PABLO A LOS ROMANOS 10; 1 -4

 

Capítulo 10; 1- 4

1  Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.

2  Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.

3  Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;

4  porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

 

        Después de reafirmar su profundo anhelo por la salvación de sus hermanos y hermanas judíos, Pablo destaca la falla de los judíos en no tener un conocimiento de los caminos y los propósitos de Dios que sea comparable a su indiscutible celo. Utilizando la imagen de la carrera vista en Romanos 9:30-33, Israel corría afanosamente, pero no se dirigía hacia la verdadera línea de llegada de la carrera. Esa línea de llegada es la justicia de Dios (gr. ten tou theou dikaiosunen), y, se refiere a la acción de Dios de colocar a las personas en una relación correcta con él. Concentrados en la persecución de su propia justicia, la justicia que viene por obras y por la ley, los judíos no se han sometido a, ni han querido aceptar en fe, la manera en que Dios relaciona a las personas con él.    Los judíos estaban convencidos de que adquirían crédito con Dios mediante la obediencia a la Ley. Lo que mejor revela la actitud judía son las tres clases en que dividían la humanidad: Había personas que eran buenas, cuyo balance era positivo; había otros que eran malos, cuya vida arrojaba un balance de deuda, y había quienes estaban en medio, que serían buenos si hicieran una buena obra más. Todo era cuestión de ley y mérito. A esto contesta Pablo: «Cristo es el final de la Ley», lo que quiere decir que es el final del legalismo. La relación entre Dios y el hombre ya no es la que existe entre un acreedor y un deudor, entre un asalariado y un patrono o entre un juez y un acusado. Gracias a Jesucristo, el hombre ya no está en la posición de tener que satisfacer la justicia divina; sólo tiene que aceptar Su amor. Ya no tiene que merecer el favor de Dios, sino solamente tomar la Gracia y el amor y la misericordia que Dios le ofrece gratuitamente.  Esto es, Cristo cumplió toda la ley, por tanto, quien cree en Él, es contado justo ante Dios como si él mismo hubiese cumplido toda la ley.  

 En lugar de vivir mediante la fe en Dios, los judíos establecieron costumbres y tradiciones (añadiduras a la Ley de Dios) en su afán de ser aceptos ante El. Los judíos no ignoraban la necesidad de una respuesta para con Dios, pero ellos sustituyeron el desempeño humano por la fe, ¡lo cual lleva al orgullo, a la arrogancia y al exclusivismo. Un enfoque de la ley guiado por el entendimiento correcto los hubiera llevado a Cristo y a la verdadera justicia, ya que la ley misma señala a Cristo. Pero los esfuerzos humanos, por sinceros que sean, nunca podrán sustituir la justicia que Dios nos ofrece por la fe. La única forma de ganar la salvación es ser perfectos y esto es imposible. Solo podemos extender nuestras manos vacías y recibirla como regalo.

 “la justicia de Dios”  esta frase se refería a la justicia imputada de Dios (Romanos 4) para estar en una buena relación con El y delante de Él basado solamente en Su misericordia, Su gracia, la obra terminada de Cristo, la atracción del Espíritu y el arrepentimiento de la humanidad pecadora.

 Uno puede comprender el cómo y el por qué los judíos malentendieron la justicia de Dios. El AT enfatizaba la obediencia a la Ley (Deuteronomio  4:40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.-6:3 Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres). Lo que ellos no pudieron entender fue el balance que se necesitaba entre fe y arrepentimiento también (Deuteronomio.4; 39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro 5:31-33 Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por posesión. 32  Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a diestra ni a siniestra. 33  Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.; 6:5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas). El profeta Ezequiel claramente declara que Dios actuó a favor de Israel no por la justicia de ellos, sino debido al carácter de Dios mismo ( Ezequiel. 36:22-38  Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. 23  Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. 24  Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. 25  Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26  Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27  Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. 28  Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. 29  Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. 30  Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. 31  Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. 32  No lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor, sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa de Israel. 33  Así ha dicho Jehová el Señor: El día que os limpie de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. 34  Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron. 35  Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas. 36  Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo que estaba desolado; yo Jehová he hablado, y lo haré. 37  Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto; multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños. 38  Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes, así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo soy Jehová.).  

La preocupación de los judíos por la ley es, una vez más, el problema subyacente,  porque no han llegado a comprender que Cristo es en sí mismo la “culminación” de la ley. Pablo utiliza la palabra telos, que algunas versiones como la RVA traducen “fin” y otras, “meta”; pero si seguimos con las imágenes de la carrera utilizadas en el pasaje, la palabra probablemente contenga elementos de ambas traducciones. Cristo, dice Pablo, ha sido durante todo el tiempo la meta a la que ha apuntado la ley; y, dado que la meta ha sido ahora lograda -Cristo ha venido- la búsqueda o la persecución de la ley debería llegar a su fin. Este versículo, junto con Mateo 5:17(No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir)  es una expresión clave de un tema dominante en el NT: la culminación o “cumplimiento” en Jesús el Mesías de la antigua ley del pacto y todas sus instituciones. Con esa culminación llega también la intención de Dios de ofrecer justicia a todo aquel que crea, gentil así como judío.

No es por el reconocimiento de los hechos (sea teología, detalles históricos, o información del evangelio) que se recibe el regalo de la gracia de Dios a través de Cristo. El NT es un pacto; Dios determina la agenda e inicia la respuesta necesaria en el individuo, y éste debe responder con una fe inicial y arrepentimiento y una fe y arrepentimiento continuos. La obediencia y la perseverancia son cruciales. ¡El ser como Cristo y el ministerio o servicio son la meta!

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