} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 11 Diciembre LA BUENA SEMILLA

domingo, 11 de diciembre de 2016

11 Diciembre LA BUENA SEMILLA


Lucas 21; 33
Por mucho que se extienda el período que va de la ascensión a la venida de Jesús, esta generación, el género humano, experimentará todo lo que entraña la plena realización del plan divino, la manifestación del Hijo del hombre, la plena liberación y redención y el perfecto reinado de Dios. Todo se cumplirá sin género de duda. Las palabras tan encarecidas de Jesús no pretenden fijar un tiempo, sino asegurar el cumplimiento de su predicción. Cuando se designa a todo el género humano como esta generación, quiere con ello recordarse que es mala y que no puede sostener el juicio de Dios. Tiene necesidad de recapacitar sobre la venida de los acontecimientos finales. La proclamación escatológica es también en todo caso predicación de penitencia y conversión. 
A veces podría parecer que las promesas de Dios son meras palabras de consuelo. En todo tiempo se han quejado los creyentes de que Dios hace esperar su ayuda. 
¿No habrá que decir lo mismo de esta promesa, la mayor de todas? Se hace duro perseverar con paciencia cuando la espera no tiene fin. Contra toda apariencia de inseguridad, de cosa poco de fiar, está la seguridad de las palabras de promesa de Jesús. El universo, que parece imperecedero, perecerá, todo pasará; las palabras de Jesús conservan su vigencia. Vienen los acontecimientos finales. Estos iluminan nuestra vida presente. Es indiferente cuándo han de venir, pero no lo es el hecho de que han de venir. 
Los que nunca han buscado a Cristo, que ahora vayan a Él; los que nunca se han humillado por sus pecados, que empiecen ahora; los que ya han empezado, que sigan y se conserven humildes. Por tanto, velemos y oremos siempre. 
Estemos alerta contra el pecado; alerta en todo deber, y aprovechar al máximo toda oportunidad de hacer el bien. Oremos siempre: seremos tenidos por dignos de vivir una vida de alabanza en el otro mundo los que vivimos una vida de oración en este mundo. Empecemos, empleemos y concluyamos cada día atendiendo a la palabra de Cristo, obedeciendo sus preceptos, y siguiendo su ejemplo, para que cuando Él llegue nosotros seamos hallados velando y no seamos consumidos con los hipócritas.
2 Corintios 6; 2
Dios ofrece salvación a todo el mundo. Mucha gente aplaza su decisión por Cristo, pensando que vendrán tiempos mejores, pero pueden perder la oportunidad para siempre. No hay tiempo como el presente para recibir el perdón de Dios. A ti que lees esto te digo: No permitas que cualquier cosa te dificulte venir a Cristo.No dejes que tus planes se interpongan. Cuantos durante el día de hoy dejaran de respirar; y ya no tendrán oportunidad de arreglar cuentas con Dios antes de partir de este mundo. ¡Que tristeza!
Que triste afanarse por las cosas temporales de esta corta vida y perder de vista aquellas que tendrán validez en la eternidad.
En las palabras del profeta Isaías percibe Pablo la advertencia de que Dios da a los hombres un tiempo de gracia, que ya no retorna. Ahora es el tiempo de que habla el profeta. Pablo da un paso más. Isaías habla de un tiempo favorable; Pablo dice que es un tiempo sumamente favorable. Con la venida de Cristo y la obra redentora efectuada por él, Dios ofrece al mundo su salvación. Con el repetido uso de la palabra “ahora”, Pablo enfatiza en su predicación la importancia de tomar una decisión por Cristo ahora mismo, no mañana que tal vez para ti no llegue.
Aquí tenemos el privilegio más honroso del cristiano y su responsabilidad más sobrecogedora. El honor de Cristo y de Su Iglesia están en sus manos. Con sus palabras y con sus acciones puede hacer que se estime -o desestime- a su Iglesia y a su Soberano.
Por eso todo nacido de nuevo debe ser íntegro, genuino y no un veleta hipócrita. El testimonio personal fiel, en la medida que nos ha sido dada, será lo que Jesucristo evalúe de cada uno de nosotros. Por eso conviene examinarnos cada día, si en verdad dejsmos que nuestra vida sea gobernada por Dios, dependiendo más y más de Su auxilio por medio del Espíritu Santo, para vivir mostrando los frutos que demanda de sus hijos.
Que el Señor bendiga Su Palabra en la Biblia y nos ayude a desarrollar las virtudes que necesitamos para asemejarnos a Su Hijo Jesucristo.

¡Maranatha! ¡Si, ven Señor Jesús!

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