} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 27 Diciembre LA BUENA SEMILLA Salmo 33; 13-15. 18

martes, 27 de diciembre de 2016

27 Diciembre LA BUENA SEMILLA Salmo 33; 13-15. 18



Dentro de su creación, el Creador escogió a un pueblo para ser su posesión y, al poner a todos los vivientes sobre la tierra bajo su vigilancia, nota lo inútil de las providencias mundanas para tener seguridad: ni posición, ni poder, ni valentía, ni equipo pueden librar. Pero comparada con esta pompa del Estado, las fuerzas armadas y los materiales de guerra, ¡cuán sencilla es la protección que él da a los suyos! Su ojo y su misericordia son suficientes para vencer las amenazas eternas y temporales y es superior a ellas, intervienen en nuestras vidas por medio del temor reverencial hacia él y la esperanza de que su misericordia que no falla nos cuidará.
Todos los movimientos y operaciones del alma de los hombres, que ningún mortal conoce sino ellos mismos, Dios los conoce mejor que ellos. En su mano están sus corazones todos y sus tiempos; Él formó el espíritu de cada hombre en su interior. Todos los poderes de la criatura dependen de Él, y para nada cuentan ni para nada sirven sin Él. Si hacemos que el favor de Dios sea seguro para nosotros, entonces no tenemos que temer lo que esté en contra nuestra. Tenemos que darle a Él la gloria de su gracia especial. Todos los intentos humanos para la salvación de nuestra alma son vanos, pero el ojo vigilante del Señor está sobre aquellos cuyo temor consciente de su nombre procede de la esperanza que cree en su misericordia. Ellos serán socorridos en sus dificultades; no recibirán daño real en sus peligros.
Quienes temen a Dios y su ira, deben esperar en Dios y su misericordia, porque no hay modo de huir de Él sino huir hacia Él.
El poder de Dios no se extiende sólo a la creación de las cosas, sino que controla la marcha de la historia humana. En sus designios secretos sobre la humanidad, observa los actos de los hombres para juzgarlos conforme a las exigencias de su justicia y bondad. Los pueblos pueden maquinar y agitarse, pero por encima de sus cálculos están los planes divinos; por eso muchas veces frustra el consejo de las gentes, o naciones paganas, y sale al paso de las maquinaciones de los pueblos. La perspectiva del salmista se extiende a la lucha sorda entre el bien y el mal en la historia. Toda la trama bíblica gira en torno a un drama, que es la pugna entre los que representan los intereses de Dios y tratan de plasmar sus designios en la historia y los que se oponen a esa marcha de la historia. En esa realización de los designios divinos en la historia ocupa un lugar predilecto el pueblo israelita, que es el vehículo de transmisión de la esperanza de salvación a través de los tiempos hasta los tiempos mesiánicos.
Que tu misericordia, oh Señor, esté sobre nosotros; que siempre tengamos consuelo y provecho, no por nuestro mérito, sino conforme a la promesa que tú nos diste en tu Palabra y conforme a la fe que nos diste por tu Espíritu y tu gracia.
¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor Jesús!


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