Salmo 135; 6
Dios
es y siempre será el mismo para su iglesia, un Dios fiel, lleno de gracia y que
obra maravillas. Y su iglesia es y será la misma para Él, un pueblo agradecido
y que le alaba: así su nombre permanece para siempre. Él retornará a ellos en
caminos de misericordia y se deleitará en hacerles bien. Hemos de alabar a Dios
por su grandeza. Cuando pensamos en lo maravilloso de este planeta y la
grandeza del universo que Dios creó, nos mueve a
adorarle. El salmista quiere enfatizar que Dios tiene todo el poder del
universo, no tiene rivales, puede hacer todo lo que ha querido. Dios es el
único Creador y sus mandatos se aplican en todas partes sin excepción; su
voluntad gobierna aun los detalles del cambio de clima.
Isaías 46; 9 – 10
Israel se sintió tentada a vacilar entre Dios el Señor y los
ídolos paganos. Isaías afirmó la soberanía de Dios. Dios es único en el
conocimiento y el control del futuro. Su firme propósito es realizar lo que se
ha propuesto. Cuando nos sintamos tentados a perseguir algo que promete placer,
comodidad, paz o seguridad separados de Dios, recordemos nuestro compromiso con
El. Muchas profecías de las Escrituras, entregadas hace mucho, aún no se han
cumplido, pero el cumplimiento de algunas es un anticipo de que el resto
ocurrirá. Nada puede ayudarnos más a tranquilizarnos que tener la seguridad de
que Dios hará todo lo que le plazca. Aun quienes no conocen y no les importa la
voluntad revelada de Dios, son llamados y usados para cumplir los consejos de
su voluntad secreta. El cielo y la tierra pasarán antes que una tilde de la
palabra de Dios.
Dios apela de nuevo a su conocimiento del futuro para probar su divinidad. Invita a sus enemigos a recordar sus gestas pasadas. Todo sucedió como lo había anunciado. La profecía siempre ha sido considerada como privativa de Dios, en cuanto que supone el dominio sobre la marcha de la historia. Toda la historia es el despliegue de los designios de Dios, que terminan por imponerse. El acontecer histórico para el profeta es algo más que un caos de hechos que fortuitamente se yuxtaponen. Por encima de ellos está Dios, que dirige los hilos de la trama del cosmos y de la humanidad: cumplo toda mi voluntad. Es Dios el que ha suscitado a Ciro, el ave de presa que ha llamado desde el levante. Se le llama ave de presa por su celeridad en la conquista y su rapacidad como invasor. En Jeremías_49:22 y Ezequiel_17:3 se compara también a Nabucodonosor al águila. Ciro es el instrumento de los designios históricos de Dios.
Dios apela de nuevo a su conocimiento del futuro para probar su divinidad. Invita a sus enemigos a recordar sus gestas pasadas. Todo sucedió como lo había anunciado. La profecía siempre ha sido considerada como privativa de Dios, en cuanto que supone el dominio sobre la marcha de la historia. Toda la historia es el despliegue de los designios de Dios, que terminan por imponerse. El acontecer histórico para el profeta es algo más que un caos de hechos que fortuitamente se yuxtaponen. Por encima de ellos está Dios, que dirige los hilos de la trama del cosmos y de la humanidad: cumplo toda mi voluntad. Es Dios el que ha suscitado a Ciro, el ave de presa que ha llamado desde el levante. Se le llama ave de presa por su celeridad en la conquista y su rapacidad como invasor. En Jeremías_49:22 y Ezequiel_17:3 se compara también a Nabucodonosor al águila. Ciro es el instrumento de los designios históricos de Dios.
¡Maranatha! ¡ Si, ven Señor Jesús!
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