} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 9 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

lunes, 9 de octubre de 2017

9 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Proverbios 5; 21-22
Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová,
Y él considera todas sus veredas.
Prenderán al impío sus propias iniquidades,
Y retenido será con las cuerdas de su pecado.

     El contexto de estos versículos nos muestra el contraste con la mayor parte de lo que leemos, vemos y oímos hoy, este pasaje exhorta a las parejas a buscar en su cónyuge satisfacción y compañerismo para toda la vida. Muchas tentaciones se presentan a los cónyuges para que abandonen al otro por la excitación y los placeres que se encuentran en cualquier otra parte cuando el matrimonio se vuelve monótono. Sin embargo, Dios ordenó el matrimonio y lo santificó, y solo dentro de esta relación de compromiso se puede encontrar la satisfacción y el amor verdaderos. No permitamos que lo mejor que Dios tiene para nosotros se desperdicie en la ilusión de pastos más verdes de otro lugar. Por el contrario, regocijémonos con nuestro cónyuge y entreguémonos a Dios y el uno al otro.
No era la intención de Dios de que la fidelidad en el matrimonio fuera aburrida, sin vida, sin placer y monótona. Las relaciones sexuales son regalo que Dios da a la gente casada para su goce mutuo. La verdadera felicidad surge cuando decidimos buscar el placer en la relación que Dios nos ha dado o nos dará, y comprometernos para hacerlo agradable para nuestro cónyuge. El verdadero peligro es dudar de que Dios nos conoce y se preocupa por nosotros. Entonces puede ser que nos resintamos por su tiempo y busquemos placer sexual imprudentemente, sin su bendición.
Sin poder esconderse de Dios, al impío le espera un triste fin. La madurez cristiana ha de utilizarlas para la gloria de Dios en cuanto a la formación de una relación permanente entre un hombre y una mujer. El sexo puede ser algo meramente biológico, o algo utilizado para lograr lo que uno desea, un instrumento del egoísmo o algo bendecido donde la intimidad física participa en la creación de la próxima generación y la construcción de una relación matrimonial dulce y fuerte.
La razón; el ojo de Dios está sobre ti y Él hará que el pecado imponga su propio castigo.   El matrimonio tiene tres fines: la procreación de los hijos, la mutua ayuda y el remedio de la concupiscencia. El sabio no desconoce los dos primeros y tiene un alto concepto de la mujer; si sólo insiste en el tercero, es porque la concupiscencia es la que induce al adulterio, presentando el remedio desde ese mismo punto de vista.
Concluye con un último y decisivo motivo por el que hay que evitar el adulterio. Tal vez el adúltero piensa que nadie conocerá su delito y que podrá evitar su castigo. Pero hay algo a lo que no puede sustraerse: la mirada de Dios, que todo lo ve y lo sabe. Y Dios, que gobierna los pasos de los hombres, puede disponer las cosas de tal modo que, cuando el adúltero se cree más seguro, es descubierta su iniquidad, que no quedará impune.

Salmo 91; 3
Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.

 Este Salmo tiene un marcado carácter didáctico y canta la protección qué dispensa Dios al que se confía a su providencia. La confianza en Dios no evitará al justo morir de la peste, la guerra y el hambre, ni estará al abrigo necesariamente de las desgracias de la vida. Pero el salmista quiere recalcar que la Providencia divina vela paternalmente por el fiel que a ella se confía, y, en consecuencia, le salvará cíe muchas situaciones de peligro.
 La doctrina del poema se resume en la frase de San Pablo: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El fiel se encuentra a la sombra de la protección divina como el huésped en casa bien abastecida y segura. Se halla como el pajarillo bajo las alas de la madre, como el soldado apostado en inexpugnable fortaleza. El Omnipotente pone a disposición de sus fieles a los ángeles para que les guíen y protejan. Dios no abandona a los suyos. En la perspectiva del salmista no está la retribución en ultratumba, y por eso urge la necesidad de que la protección divina se extienda en esta vida al fiel. En la perspectiva cristiana, esta vida está condicionada a las exigencias de la eterna, y, por tanto, Dios puede permitir que sus fieles sufran aquí toda clase de calamidades, con tal de preservarlos incólumes para el más allá.  
             
Después el salmista enumera los diversos peligros que pueden sobrevenir al hombre; y en primer lugar la hostilidad de los que buscan su ruina. Estos son comparados a cazadores que colocan la red para capturarlo como a ingenuo pajarillo.
  Dios es nuestra protección, un refugio cuando tenemos miedo. La fe del escritor, en el Dios todopoderoso como protector, lo sacaría airoso de todos los peligros y temores de la vida. Esto debe ser un ejemplo también para nuestra confianza: cambiar todos nuestros temores por la fe en Dios, sin importar qué tipo de temor sea. Para hacerlo debemos "habitar" y "morar" con Él. Al encomendarnos a su protección y al prometerle nuestra devoción diaria, estaremos seguros.
Una de las funciones de los ángeles es cuidar a los creyentes (Hebreos_1:14). Aun cuando no hay indicios de que se asigne un ángel a cada creyente, existen ejemplos de ángeles guardianes en la Biblia (1Reyes_19:5; Daniel_6:22; Mateo_18:10; Lucas_16:22).  


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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