} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 11 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

miércoles, 11 de octubre de 2017

11 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


1 Timoteo 6; 7
“porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”.

La verdad enseñada en este versículo es el motivo que tenemos para que estemos contentos al llevar una vida de piedad.
            Prestemos atención a la preposición griega que se emplea en esta frase: eis (en, a, para). Indica moción hacia adelante. Literalmente dice el texto griego, "Pues nada trajimos a este mundo"; es decir, al entrar en él. Lo contrario de esto se expresa en la frase que sigue: "porque nada podemos sacar de (él)". Al entrar en el mundo, y al salir de él, no llevamos nada.
            ¿Por qué no estar contentos, si no trajimos nada de bienes materiales y temporales al entrar nosotros en este mundo? Tenemos la respuesta en Job_1:21; Eclesiastés_5:15,  Salmo_49:17.
             
            El texto griego empieza la frase, usando la palabra hote, que puede traducirse "porque". Por eso algunos entienden que la frase dice esto: "porque tampoco podemos sacar nada". Si es así, se da la razón por qué no trajimos nada a este mundo al entrar en él; es porque de él no podemos sacar nada.
            Si hubiéramos necesitado traer bienes materiales con nosotros al entrar en este mundo, dichos bienes no serían separados de nosotros al salir de él. Si nada sacamos de este mundo, ¿para qué traer cosas al entrar en él?
            Tales cosas (exceptuando comida y ropa) no son esenciales, y no producen en sí contentamiento. No son verdadera ganancia.
            Entramos en este mundo desnudos, porque así saldremos. Son pocas las cosas necesarias para una estadía corta en él. Ocupándonos en la piedad con contentamiento, hallamos gran ganancia.   Por otra parte, convertir la piedad en ganancia material es expresar vanidad e ignorancia. 
            Si en esta vida Dios nos da poco o mucho, es para que seamos probados en cuanto a nuestra administración de ello.
Sólo hay dos cosas que uno pueda llevar a Dios. Puede, y debe, llevarse a sí mismo; y, por tanto, su gran tarea es edificarse a sí mismo y llevarse sin vergüenza a Dios. Puede, y debe, llevar esa relación con Dios en la que ha entrado en los días de su vida. Ya hemos visto que el secreto de la felicidad está en las relaciones personales, y la más importante de todas las relaciones personales es la que tenemos con Dios. Y la cosa suprema que uno puede llevar consigo es la convicción inquebrantable de que va a Uno que es el Amigo y el Amante de su alma.
El contentamiento viene cuando nos desmarcamos de la esclavitud de las cosas, cuando encontramos nuestra riqueza en el amor y en la comunión con nuestros semejantes, y cuando nos damos cuenta de que nuestra más preciosa posesión es nuestra amistad con Dios, hecha posible por medio de Jesucristo.

Colosenses 1; 23
si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro

Pero ¿por qué hablar de "si en verdad permanecéis" y de "sin moveros" si es imposible caer de la gracia? Pues había mucho peligro de que algunos de ellos se dejaran llevar por "la filosofía y huecas sutilezas" de los falsos maestros. 
En Hechos capítulos 13-28; Romanos_10:18; Mateo_24:14 dice que el evangelio había de ser predicado "a todas las naciones" antes del "fin. El evangelio fue predicado en toda la creación en el primer siglo antes del año 63 d.C. sin las muchas ventajas que tenemos ahora: p. ej., medios de comunicación excelentes, tales como el teléfono, el telégrafo, la radio, la televisión, internet, redes sociales, como también medios excelentes de transporte, tales como el automóvil (y autopistas), el avión, y hasta el vehículo espacial. ¿Cómo se explica la evangelización del mundo en el primer siglo? La respuesta es fácil: los cristianos tenían celo de Dios, eran fervientes en espíritu, y amaban las almas perdidas. "Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio" (Hechos_8:4); hoy en día los cristianos viajan mucho, van "por todas partes", pero ¿para anunciar el evangelio? o ¿solamente para visitar otros pueblos, estados y países para pasearse y divertirse?
            Colosenses_1:23 y Romanos_10:18 declaran que el evangelio fue predicado a todas las naciones en el primer siglo y para cumplir esta tarea ni los apóstoles ni los otros evangelistas establecieron "iglesias patrocinadoras" u otras sociedades misioneras. La iglesia de Cristo es la única organización establecida por la sabiduría divina para evangelizar al mundo. Todas las demás han sido establecidas por la sabiduría humana.
            Algunos hermanos creen, y han afirmado, que no es posible que la Gran Comisión (Mateo_28:19; Marcos_16:15) se lleve a cabo en nuestro tiempo sin la "cooperación" de las iglesias. Lo que practican no es la cooperación,  sino la centralización, pues se establece una "iglesia patrocinadora" (una iglesia central) y se invita a todas las iglesias de Cristo a enviarle fondos, para que sus "ancianos" ("ancianos patrocinadores") se encarguen de la obra de las iglesias que contribuyan con su esfuerzo.
            Los "ancianos patrocinadores" escogen predicadores y otro personal que serán sostenidos por estos fondos centralizados bajo su dirección, organizan "campañas" de evangelización, programas de radio y televisión, la distribución de literatura, y muchos otros proyectos semejantes.
            Pero Pablo dice (1Timoteo_3:15) que la iglesia misma es "columna y baluarte de la verdad". Acerca de la iglesia de Tesalónica Pablo dice, "Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor" (1Tesalonicenses_1:8), y de la iglesia de Roma dice, "vuestra fe se divulga por todo el mundo" (Romanos_1:8).
            La iglesia local debe ayudar a los evangelistas según su capacidad, pues Pablo dice a los filipenses, "aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades" (Filipenses_4:16). Dos o más iglesias cooperaban para sostener a Pablo, pues recibió salario de iglesias para predicar en Corinto (2Corintios_11:8). Entonces, ¿pueden las iglesias cooperar ahora en la obra de evangelización? Claro que sí, porque dos o más iglesias pueden enviar a cierto predicador para que él pueda dedicarse a la obra, pero las iglesias no deben enviar dinero a una "iglesia central" ("iglesia patrocinadora"), para que ésta se encargue de supervisar la obra y administrar los fondos de muchas iglesias. Esta práctica se basa en el plan de las iglesias sectarias.
            Las iglesias de Cristo del primer siglo no tenían "misioneros médicos". Los apóstoles y otros evangelistas del primer siglo siguieron el patrón divino, simplemente predicando el evangelio a la gente. No sanaban enfermos como medio de evangelización, sino para confirmar el evangelio (Marcos_16:20; Hechos_14:3; Hebreos_2:3-4). Los "misioneros médicos" promueven otro "evangelio", un "evangelio" diferente; es decir, promueven el "evangelio social", que ofrece alimentos, ropa, atención médica y otros beneficios, diciendo que están sirviendo al "hombre entero" (no sólo el alma, sino el cuerpo también). Cristo, sin embargo, no ha autorizado el "evangelio social". Cada cristiano ayuda al prójimo según pueda (Gálatas_6:10), pero la obra de la iglesia local es la edificación, el evangelismo y la benevolencia para santos necesitados.
            En cuanto a la evangelización del mundo en nuestra época, el principal problema es la indiferencia de muchos en la iglesia (Apocalipsis_3:15-16).



¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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