} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 26 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

sábado, 28 de octubre de 2017

26 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Lucas 24; 27
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

Aquí nuestro Señor nos enseña tanto la reverencia que se debe al Antiguo Testamento, como el tema principal de él, que es Cristo mismo.
Cristo se encuentra en el Antiguo Testamento. Los judíos leían los escritos de Moisés y los profetas cada sábado. Habían leído Isaías_53:1-12, que claramente predice la muerte del Mesías, muchas veces. ¿Por qué no podían entender estas Escrituras? “El problema de los líderes religiosos de los días de Jesús era que, en general, al leer el Antiguo Testamento veían sólo la gloria y victoria del Mesías y no veían el hecho de que la senda para alcanzar estas bendiciones era una de sufrimiento. A veces llegaban incluso a aplicar al Mesías las referencias (Isaías_52:13-15; Isaías_53:1-12) a la gloria del Siervo, pero a Israel las referencias a los sufrimientos del Siervo”; es decir, ellos simplemente no querían aceptar que su Mesías tendría que sufrir, porque fervientemente anhelaban un Mesías conquistador como David su padre. Querían tener la gloria para su nación como en los días de David y Salomón. Por lo tanto, cuando el verdadero Mesías, Jesús de Nazaret, estaba entre ellos lo rechazaron.
Después que los dos discípulos dijeron a Jesús que estaban tristes y confundidos, Él les contestó abriendo las Escrituras y las aplicó a su ministerio. Cuando estamos confundidos con preguntas o problemas, podemos también recurrir a las Escrituras y hallar la ayuda oportuna. Si como estos dos discípulos no entendemos lo que la Biblia dice, podemos buscar a otros creyentes que la conocen y tienen sabiduría para aplicarla a nuestra situación.

  Desde la simiente prometida en el Génesis (3.15), a través del siervo sufriente en Isaías (capítulo 53), al que traspasaron en Zacarías (12.10) y el ángel del pacto en Malaquías (3.1), Jesús vuelve a referir a estos discípulos al Antiguo Testamento. Cristo es el hilo que atraviesa todas las Escrituras, el tema central que las enlaza.
Los que buscan a Cristo lo hallarán: Él se manifestará a los que preguntan por Él; y dará conocimiento a los que usan las ayudas que tienen para el conocimiento.
No importa cómo fue, pero ocurre que ellos no lo conocieron; Él lo ordenó así para que ellos pudieran conversar más libremente con Él. Los discípulos de Cristo suelen entristecerse y apenarse aunque tienen razón para regocijarse, pero por la debilidad de su fe, no pueden tomar el consuelo ofrecido. Aunque Cristo entró a su estado de exaltación, todavía nota la tristeza de sus discípulos y se aflige de sus aflicciones.
Son forasteros en Jerusalén los que no saben de la muerte y de los padecimientos de Jesús. Los que tienen el conocimiento de Cristo crucificado, deben tratar de difundir ese saber. Nuestro Señor Jesús les reprochó la debilidad de su fe en las Escrituras del Antiguo Testamento. Si supiéramos más de los consejos divinos según han sido dados a conocer en las Escrituras, no estaríamos sujetos a las confusiones en que a menudo nos enredamos. Les muestra que los padecimientos de Cristo eran, realmente, el camino designado a su gloria, pero la cruz de Cristo era aquello en que ellos no se podían reconciliar por sí mismos. Empezando por Moisés, el primer escritor inspirado del Antiguo Testamento, Jesús les expone cosas acerca de sí mismo. Hay muchos pasajes en todas las Escrituras con referencia a Cristo, y es muy provechoso reunirlos. No nos adentramos en ningún texto sin encontrar algo referido a Cristo, una profecía, una promesa, una oración, un tipo u otra cosa. El hilo de oro de la gracia del evangelio recorre toda la trama del Antiguo Testamento.  


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!


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