} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 3 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

martes, 3 de octubre de 2017

3 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Juan 6; 63
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

  Permanecer prisionero en el plano de la «carne», que es como decir en el plano del horizonte existencial terreno mundano y de la indisposición para creer, no puede ayudar a superar el tropiezo que nos conduce al infierno.
La regeneración, el nuevo nacimiento, es la obra eficaz del Espíritu Santo obrando a través de su palabra (1Pedro_1:23-25).
Las enseñanzas de Jesús nos proporcionan la vida espiritual. Aunque alguno no entienda con toda claridad, sin problema alguno podrá entender que las palabras o enseñanzas de Cristo nos darán vida espiritual si las obedecemos y practicamos.
            Debemos creer con todo el corazón en la fuerza y vitalidad inseparable de la Palabra de Cristo, la Palabra de Dios, porque produce fe, Romanos_10:17;  nos hace sabios para la salvación (2 Timoteo_3:14-15);  efectúa el nuevo nacimiento (1 Pedro_1:23-25); purifica nuestras almas (1 Pedro_1:22);   santifica nuestras almas (Juan_17:17);  nos hace libres (Juan_8:32); y  nos da la herencia celestial (Hechos_20:32).
            Con estas palabras Cristo da el resumen de la superioridad del espíritu sobre la carne. "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará" Juan 6; 27.
Jesús sigue diciendo que lo único absolutamente imprescindible es el poder vivificador del Espíritu; la carne no puede hacer nada. Podemos expresarlo muy sencillamente de una manera que nos dará por lo menos algo de su significado: La cosa más importante es el espíritu en el que se realiza una acción.  Todas las cosas humanas son triviales si no existen por algo que está más allá de ellas.  El verdadero valor de una cosa depende de su finalidad. Si comemos nada más que por comer, somos unos glotones, y nos hará más daño que bien; pero si comemos para mantener la vida, para cumplir mejor con nuestro trabajo, para estar sanos, tiene sentido comer. Si uno pasa un montón de tiempo haciendo deporte sin más, está, en el mejor de los casos, perdiendo el tiempo. Pero si dedica un tiempo al deporte para mantener su cuerpo en forma y así poder hacer mejor su trabajo para Dios y sus semejantes, el deporte deja de ser algo trivial y pasa a ser importante. Las cosas de la carne adquieren su verdadero valor del espíritu con que se hacen.
Jesucristo es el único que nos puede decir lo que es la vida, poner en nosotros el espíritu en que debe vivirse y darnos la fuerza para vivirla. La vida adquiere su valor de su propósito y de su invalidad. Cristo es el único que puede darnos un verdadero propósito en la vida, y el poder para desarrollar ese propósito frente a la constante oposición que nos viene de dentro y de fuera.

Hebreos 4; 12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

   La Palabra está llena de energía y poder de Dios, para llevar a cabo sus declaraciones. (2Corintios_10:4; 1Tesalonicenses_2:13). ¿Cómo puede el hombre creer que está sujeta la Palabra de Dios a sus opiniones y puntos de vista? No piense nadie que Dios no cumplirá con las promesas de su Palabra, ni que no castigará al desobediente o incrédulo. ¡Es poderosa su Palabra para cumplir!
Cortar en dos denota el poder de la Palabra de Dios para descubrirle al hombre su caso verdadero y castigarle completamente si no se arrepiente.
El alma (psuche) es la vida que el espíritu da al cuerpo, mientras van juntos los dos. Es la vida animal, la sede de lo que pertenece y concierne a la vida en la carne. El espíritu (pneuma) es el principio vital que anima al cuerpo; es la parte inmortal del hombre, dada por Dios.   En 1Corintios_2:14-15 vemos que el hombre natural (psukikos, la palabra psuche en forma de adjetivo) se distingue del hombre espiritual (pneumatikos, la palabra pneuma en forma de adjetivo).
             El autor inspirado está diciendo que la Palabra de Dios literalmente hace separación entre el alma y el espíritu (como si fueran dos entidades separadas e independientes), para denotar la obra de la Palabra de Dios en exponer lo más interior de nuestra vida terrestre y la condición de nuestro espíritu. Todo nuestro ser es expuesto por la Palabra de Dios y ella declara la condición de él. Nos revela el hombre natural y también el espiritual.
 “Las coyunturas y los tuétanos". Esta expresión  ilustra el poder de la Palabra de Dios en penetrar a los rincones más íntimos e interiores del hombre. Es en vano tratar de escondernos de la investigación de la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios es efectiva.
Es uno de los Hechos innegables de la Historia que siempre que se ha tomado en serio la Palabra de Dios han empezado a suceder cosas. Así sucedió en Europa en el siglo XVI: no tenemos más que abrir un libro de Historia para darnos cuenta de lo que sucedió cuando se descubrió la Palabra de Dios que había estado oculta. Y en una época mucho más cercana a nosotros, los grandes cambios que se notan tienen sin duda una relación íntima con la publicación de la Biblia en la lengua del pueblo y el florecimiento de los estudios bíblicos. Cuando tomamos en serio la Palabra de Dios nos damos cuenta en seguida de que no es solamente un libro que se puede leer y estudiar, sino una Palabra viva que hay que poner por obra.

              La Palabra de Dios juzga nuestros pensamientos y propósitos de corazón. El verbo discierne, en el texto griego, es más bien un adjetivo que describe a la Palabra. Dice el texto que la Palabra es kritikos. En español tenemos la palabra crítico. ¡La Palabra de Dios critica! ¡Tomen nota de esto, los que "critican" a la iglesia de Cristo de no hacer nada sino criticar! En realidad, la palabra criticar quiere decir, no hablar mal de otro, sino juzgar o discernir. Muchos, para escapar el juicio de este Juez (la Palabra de Dios), tratan de destronarle. Niegan la autenticidad de la Biblia y la desacreditan todo lo posible. Pero esa Palabra vive y permanece (1Pedro_1:23), y será la base del Juicio Final.


¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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