} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 1 Septiembre LA BUENA SEMILLA

viernes, 1 de septiembre de 2017

1 Septiembre LA BUENA SEMILLA


Eclesiastés 12; 12-13

Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne.
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.”

     Existen opiniones interminables acerca de la vida y filosofías acerca de la forma en la que debemos vivir, que pueden ser leídas y estudiadas por siempre. No es malo estudiarlas, pero deberíamos pasar la mayor parte del tiempo alimentándonos de la verdad de la Palabra de Dios en la Biblia. La sabiduría debe llevar a la acción. Los estudiantes sabios de la Biblia comprenderán y harán lo que se les ha enseñado. Debido a que nuestro tiempo en la tierra es muy corto, debemos usarlo para aprender verdades importantes, las que afectan esta vida y la eternidad.

Se nos invita a contentarnos con estas enseñanzas, que probablemente hay que extender a los escritos de Proverbios, pues componer libros, dice, es cosa sin fin y el demasiado estudio fatiga al hombre. Salomón lo había experimentado. Le fatigó el trabajo de reflexión a que sometió su espíritu. Y a la fatiga siguió la desilusión al no poder concluir otra cosa, en relación con la felicidad plena y perfecta que buscaba sus experiencias, que la vanidad y persecución del viento. Tal vez haya en la última frase una advertencia contra las sutilezas de la filosofía griega, muy extendida, que no conducían a bien alguno. Lo mismo que ayer, hoy se nos plantea la misma situación con el relativismo que impera en el individuo.
     Escribir muchos libros no era adecuado para la corta vida humana, y sería cansancio para el escritor y el lector; entonces era mucho más para ambos de lo que es ahora. Todas las cosas serían vanidad y aflicción, a menos que condujesen a esta conclusión: temer a Dios y obedecer sus mandamientos es el todo del hombre. El temor de Dios incluye en sí todos los afectos del alma, los que son producidos por el Espíritu Santo. Puede haber terror donde no hay amor, sí, donde hay odio. Pero esto es diferente del gracioso temor de Dios, como los sentimientos de un niño afectuoso. A menudo se pone en el corazón el temor de Dios como el todo de la religión verdadera, lo que comprende sus resultados prácticos en la vida.
El libro de Eclesiastés no puede interpretarse correctamente sin leer estos versículos finales. No importan cuáles sean los misterios y las aparentes contradicciones de la vida, debemos trabajar hacia el único propósito de conocer a Dios.
En Eclesiastés, Salomón nos muestra que debemos disfrutar de la vida, pero que esto no nos exime de obedecer los mandamientos de Dios. Debemos buscar el propósito y el significado de la vida, pero no se pueden encontrar en los logros humanos. Debemos reconocer la maldad, necedad e injusticia en la vida, y aun así mantener una actitud positiva y una fe sólida en Dios.
Todas las personas tendrán que comparecer delante de Dios y ser juzgadas por lo que hicieron en esta vida. No podremos utilizar las incongruencias de la vida como excusas de no haber vivido adecuadamente.
Para vivir bien, necesitamos:
(1) reconocer que el esfuerzo humano separado de Dios es vanidad
 (2) colocar a Dios en primer lugar... ahora
 (3) recibir todo lo bueno como un regalo de Dios
(4) darse cuenta que Dios juzgará tanto lo malo como lo bueno
 (5) saber que Dios juzgará la calidad de vida de toda persona.
Resulta muy extraño que la gente se pase la vida entera luchando por alcanzar el verdadero gozo que Dios nos da como regalo.
Atendamos a lo único necesario y, ahora, vayamos a Él como Salvador misericordioso, que pronto vendrá como Juez todopoderoso, cuando saque a la luz las cosas de las tinieblas y exponga los consejos de todos los corazones. 
¿Por qué Dios registra en su palabra que TODO ES VANIDAD sino para impedir que nos engañemos para nuestra ruina? Él hace que nuestro deber sea nuestro interés. Que se grabe en nuestros corazones: Teme a Dios y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre.
En su conclusión, Salomón presenta sus antídotos para las dos enfermedades presentadas en este libro. Quienes carezcan de propósito y dirección en la vida deben respetar a Dios y seguir sus principios para la vida. Los que piensan que la vida es injusta deben recordar que Dios analizará la vida de cada persona para determinar cómo le ha respondido a Él y traerá a juicio todo hecho.
A ti que has leído hasta aquí te pregunto: ¿Has comprometido tu vida presente y futura con Dios? ¿Está tu vida a la altura de las normas de Dios?
No me respondas a mí. Examínate delante de Dios


¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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