} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 13 Septiembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

miércoles, 13 de septiembre de 2017

13 Septiembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)

Jesús nos confronta a cada uno de nosotros así como lo hizo con Juan. No podemos conocer la profundidad del amor de Dios a menos que estemos dispuestos a enfrentar el hecho de que Él nos conoce completamente. De otra manera somos necios al creer que Él debe amar a las personas por lo que fingen ser, no a los pecadores que en realidad lo son. Juan y los demás discípulos nos convencen de que Dios quiere y está dispuesto a aceptarnos tal como somos. Creer en su amor es una gran motivación para el cambio. Su amor no se nos da a cambio de nuestros esfuerzos, su amor nos libera para vivir realmente.
Tú que lees esta meditación ¿Has aceptado ese amor?
  
1 Juan 2; 6
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”

Este versículo se refiere a la jactancia de los gnósticos que reclamaban permanecer en Dios solamente por medio de su profesado conocimiento. La profesión de permanecer en Dios demanda la manera de vida que Cristo nos dejó como ejemplo (Juan_13:15; 1Pedro_1:21;) Es una frase que sugiere la relación espiritual duradera que el cristiano obediente sostiene con Dios en la familia de Dios (la iglesia). Indica estar unido con Dios por medio de vivir de día en día conforme a la vida ejemplar de Jesús.
Aquí estaba el problema para Juan. En el mundo griego estaba frente a personas que veían a Dios como un ejercicio intelectual, y que podían decir: "Yo conozco a Dios" sin ser conscientes de ninguna obligación ética. En el mundo griego se enfrentaba con personas que habían tenido una experiencia emocional, y que podían decir: «Yo estoy en Dios y Dios está en mí,» y que sin embargo no veían a Dios en términos de mandamientos en absoluto.

Juan está decidido a establecer de manera inequívoca y sin compromiso alguno que la única manera en que podemos mostrar que conocemos a Dios es obedeciéndole, y la única manera en que podemos mostrar que estamos unidos a Cristo es la imitación de Cristo. El Cristianismo es la religión que ofrece el mayor privilegio y que impone la mayor obligación.  
La obediencia a los mandamientos prueba nuestro conocimiento de Dios. El amor genuino a Dios y una verdadera relación con Él, deben evidenciarse en la lealtad que le profesamos.

Juan 13; 35
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

 El amor hermanable de los cristianos era uno de los sermones más convincentes del primer siglo. La gente decía, "Mirad cómo los cristianos se aman los unos a los otros". Además, aparte de llamar la atención de la gente hacia ellos, también este amor señalaba a Cristo (Mateo_5:16; 1Pedro_3:15).
            Tal amor tiene poder para mover los corazones de la gente. Al verlo otros dirán "Yo también quiero ser cristiano". Pero la realidad de nuestras congregaciones está muy lejos de aquella primitiva. La frialdad a veces se puede cortar y las miradas lo dicen todo.
Este amor fraternal se describe de la siguiente manera en otros textos del Nuevo Testamento:
            Romanos_12:10 - "en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros".
            Romanos_15:7 - "recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió".
            1Corintios_12:25 - "se preocupen los unos por los otros".
            Gálatas_5:13 - "servíos por amor los unos a los otros".
            Gálatas_6:2 - "Sobrellevad los unos las cargas de los otros" (Gálatas_6:1 explica cómo se obedece este texto).
             Efesios_4:1 - "con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor".
            Efesios_4:32 - "antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros".
            Efesios_5:22 - "someteos unos a otros"; es decir, que las esposas estén sujetas a sus maridos (5:22-24); que los hijos estén sujetos a sus padres (6:1-3); y que los siervos estén sujetos a sus amos (6:5-8).
            Santiago_5:16 - "confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros".
            La Biblia describe la falta de amor de la siguiente manera: "si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros" (Gálatas_5:15); "no... irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros" (Gálatas_5:26); no "aborreciéndonos unos a otros" (Tito_3:3); "no murmuréis los unos de los otros" (Santiago_4:11); "no os quejéis unos contra otros" (Santiago_5:9).
Amar a otros no era un mandamiento nuevo (Levítico_19:18), pero amar a otros de la misma manera que Cristo amó a otros era revolucionario. Ahora debemos amar a otros basándonos en el amor sacrificial de Jesús por nosotros. Tal amor no solo llevará a los inconversos a Cristo, sino también mantendrá a los creyentes fuertes y unidos en un mundo hostil a Dios. Jesús fue un ejemplo viviente del amor de Dios, del mismo modo que debemos nosotros ser ejemplos del amor de Jesús.
Jesús dice que si nuestro amor es semejante al suyo será una demostración de que somos sus discípulos. ¿Vemos la gente disputar por pequeñeces, celos y división en nuestra iglesia? ¿O sabemos que son seguidores de Jesús al ver el amor que se tienen?

¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor Jesús!


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