} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿UN CRISTIANO, UNA CRISTIANA PUEDEN DIVORCIARSE? ¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

domingo, 8 de abril de 2018

¿UN CRISTIANO, UNA CRISTIANA PUEDEN DIVORCIARSE? ¿QUÉ DICE LA BIBLIA?



1 Corintios 7; 8-15

A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo.
   Pero si carecen de dominio propio, cásense; que mejor es casarse que quemarse.
A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido
   (pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer.
   Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
   Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.
Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente; de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mas ahora son santos.
   Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe; en tales casos el hermano o la hermana no están obligados, sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz.

         Los que no están casados o han enviudado, en las condiciones de una edad que Pablo creía que se estaba aproximando a su fin, estarían mejor si se quedaran como estaban. Pero, de nuevo, les advierte que no jueguen con la tentación ni se pongan en situación de peligro. Si tienen una naturaleza normalmente apasionada, que se casen. Pablo siempre estaba seguro de que ningún cristiano debe imponerle a otro ningún determinado curso de acción. Todo depende en cada caso de la persona en cuestión.
Hay hermanos que, para justificar las segundas nupcias para los fornicarios divorciados, tratan de incluir en este versículo y en el siguiente a estos divorciados, diciendo que ya no están casados. Ante la ley de los hombres no están casados, pues están divorciados. Pero Dios no los separó de sus votos <Dios junta, y Dios separa>, y no les da permiso para segundas nupcias, como lo da al cónyuge inocente, Mat_19:9. Pablo aquí no trata el caso de divorciados, y fuerzan el contexto quienes tratan de meter en él al divorciado.
Si las viudas van incluidas en el término “no casados”, ¿por qué mencionarlas aparte? Parece que Pablo lo hace para dar énfasis al caso más pesado de ellas, en cuanto a las circunstancias de la vida. En las Escrituras ellas van asociadas con los huérfanos en las injusticias y tragedias de la vida (Job_24:3; Isa_1:23; Isa_10:2; Eze_22:7).
          Es cierto que en 1Ti_5:14. Pablo exhorta a las viudas jóvenes a que se casen, pero las instrucciones de Pablo aquí tienen que ver con el contexto que trata de una situación actual de aflicción y persecución.
         En base a las circunstancias del momento, lo bueno era que los no casados no se casaran. Pablo quiso ver a los no casados libres de pesares mayores innecesarios. Ahora, si se casaran, no pecarían.  
         Al decir Pablo, “como yo”, implica que no era hombre casado.
          La decisión está en las manos de cada quien. Pablo da su consejo, diciéndoles lo que es bueno (correcto y conveniente), bajo las circunstancias del momento.
“Pero si no pueden dominarse”, “Pero si no pueden contenerse”. Aquí no aparece la palabra “don”. No es cuestión de no tener don de algo, sino de no estar haciendo algo (verbo de tiempo presente). ¡No están conteniéndose! ¡No se están dominando! Estos, pues, deben casarse, no importando los problemas adicionales que esto les traiga, a consecuencia de la persecución actual que experimentan.

-- pues mejor es casarse que estarse quemando - Los no casados, que no tienen poder constante sobre sus deseos sexuales (no se están dominando), deben estar casándose (el infinitivo presente significa acción duradera o continua). Es decir, esta es la regla para tales personas.  
         Era bueno para los corintios no casados quedarse no casados, bajo las actuales condiciones, y para evitar mayores dolores, pero en el caso de los no casados, que a la vez no tenían control sobre sus pasiones, era mejor que se casaran, en lugar de estarse quemando de tensión sexual sin la oportunidad de satisfacer esos deseos naturales fuera del campo del pecado. ¡Hay que evitar la fornicación!
         La palabra griega, puroo (de pur, fuego), “quemarse”, metafóricamente significa inflamarse a causa de las emociones. Aquí tiene que ver con la sexualidad. En 2Co_11:29, “me indigno”, tiene que ver con encenderse las emociones con respecto al pobre hermano caído en el pecado.
 Todo el punto es que se evite el pecado (cuya paga es la muerte eterna, Rom_6:23). Casarse y tener que cargar las desventajas del matrimonio, en tiempo de aflicción, es algo inocente, pero quedarse no casado y dejar que las pasiones conduzcan a la fornicación, es algo pecaminoso. El pecado es malo; el matrimonio, no.

Pero a los que están unidos en matrimonio - Aquí se introduce un contraste entre lo que acabó Pablo de aconsejar y lo que ahora manda. Los no casados tienen la opción de quedarse así, o de casarse, según las necesidades y las circunstancias. Pero en este nuevo punto, respecto a los casados, no hay opción.
         Es importante notar que el tiempo del participio (o, sustantivo verbal) griego, gegamekosin, “están unidos en matrimonio”, o sencillamente, “casados”, es del perfecto, indicando algo hecho en el pasado con consecuencias que siguen hasta el presente. Los casados son personas que se casaron en el pasado y así permanecen hasta la fecha. Se enfatiza lo permanente del matrimonio.
         Como en el ver. 8 se trata de los “no casados”, en este versículo se trata de los “casados”. En griego es la misma palabra, nada más que allí es sustantivo, y aquí es participio.
         No sabemos exactamente qué condiciones, en cuanto a cultura y filosofías, existían en Corinto para que Pablo tocara este punto. Parece que algunos afirmaban que una vez que la persona se convierte en cristiano, se le obliga a dejar a su cónyuge inconverso. Los ascetas dirían que ya que se deben abstener del acto sexual, los esposos deben separarse (divorciarse). Hubo necesidad de que se afirmara la enseñanza de Cristo sobre la indisolubilidad del matrimonio.
         Aunque Pablo se dirige en su carta a cristianos (en Corinto), al decir los casados no se limita a los casados cristianos (según afirman algunos comentaristas y algunos hermanos en la fe). Se dirige a los casados en general y sin límites, exactamente como lo hizo el Señor cuando respecto al matrimonio dijo, “cualquiera”, y “desde el principio” (Mat_19:8-9). Cristo no tiene una ley para los casados cristianos y otra para los casados no cristianos. Lo que dice Pablo en esta carta se dirige a los cristianos en Corinto, pero se aplica a cualquier persona casada. Dios aborrece el divorcio (Mal_2:16), sea quien sea la persona que lo practique. No es malo solamente para los cristianos.
         “Pero, esta carta fue leída a la iglesia en Corinto, y por eso sabemos que los casados aquí referidos son solamente los casados cristianos”. ¿Será así? ¿Todo lo que esta carta dice se limita sólo a cristianos? Vamos a ver si es cierto. ¿Se aplican solamente a cristianos lo que dicen 1 Cor 3:19, 20; 6:10, 13, 16, 18; etc.? Tal argumentación es ilógica.
         El matrimonio no es exclusivamente para los cristianos; no hay diferencia entre “matrimonio cristiano” y “matrimonio de paganos”. El matrimonio no es un “sacramento de la iglesia”. Es una institución de Dios para toda la humanidad desde el principio. Ha de ser permanente.

-- mando, no yo, sino el Señor - No había razón para que Pablo mandara sobre el asunto, ya que Cristo Jesús lo había mandado en su ministerio personal (Mat_5:32; Mat_19:9; Mar_10:11-12; Luc_16:18) y esa enseñanza ya circulaba. Al seguir Pablo enseñando en este capítulo 7, nos da un comentario inspirado sobre la enseñanza de Cristo tocante al matrimonio y al divorcio. (Cristo envió al Espíritu Santo a los apóstoles para guiarles a toda la verdad, Jn_16:13. No hay diferencia entre los mandamientos de Cristo y los de sus apóstoles, 2Pe_3:2; Jud_1:17).

-- Que la mujer no se separe del marido - El Señor dijo: ”lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Lo que aquí dice Pablo es lo que mandó el Señor.
         Puede ser que en Corinto haya circulado la doctrina de que la conversión a Cristo demandaba que no se practicara la cohabitación entre los dos sexos (la doctrina del ascetismo). Esto explicaría por qué Pablo presenta aquí esta enseñanza de Cristo de que los esposos no se separen.
          El matrimonio es permanente; es para toda la vida (Rom_7:2-3). La mujer hizo sus votos y tiene que respetarlos como inviolables. Hoy en día   muchos jóvenes consideran el matrimonio como algo a que darle una probadita (como se prueba una sandía en el mercado antes de comprarse), que si el hombre y la mujer no se conforman bien, que se divorcien, y luego que hagan otra prueba de las mismas.
         El vocablo griego para decir “se separe” es chorizo. Significa apartarse, separarse, dividirse. Se emplea en Flm_1:15 (se apartó); en Heb_7:26 (apartado); en Rom_8:35; Rom_8:39 (separará, separar). Pero también se usa para decir “divorciar” (en Mat_19:6, separe; y en Mar_10:9, separe).
         Este versículo, el siguiente, y el 15, los cuales emplean este verbo, ¡hablan de divorciarse ! En muchos países se hace una distinción técnica entre “la separación legal” y “el divorcio”. Pero las Escrituras no hacen tal distinción. Dijo Cristo, y dijo Pablo, “no separarse, no divorciarse”.
         ( A veces la persona trata de justificar una separación temporaria, debido a disgustos, etcétera, mientras supuestamente se busca alguna solución a los problemas. En otros casos la esposa joven va corriendo a su mamá, separándose del marido a causa de “desacuerdos”, y ¡la mamá lo permite! Tales acciones egoístas son pecaminosas. Dios no permite tales separaciones; no las aprueba).
         El matrimonio es algo que Dios establece (“lo que Dios juntó”), y es permanente. Dios no permite el divorcio (excepto en el caso de haber fornicación de parte de uno de los cónyuges). La práctica de divorcio por un sinnúmero de causas, según las leyes humanas, o la de la Iglesia Católica Romana de anulación, son violaciones de la ley suprema de Dios.
        
-- y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido - Esta frase es una entre paréntesis, insertada entre las palabras del ver. 10, y las que siguen en este ver 11: “que la mujer no se separe del marido, y que el marido no abandone a su mujer”.
         El verbo aquí, “se separa”, es el mismo (chorizo) que en el ver. 10 se describe.   Pablo habla de un caso supuesto o hipotético en que la mujer se divorcia de su marido. Lacueva, traduce la frase así: “Si empero se separase”. Esta traducción expone el caso subjuntivo que el texto griego emplea aquí. Considérense estas buenas traducciones: “y si se apartase”   “y si llegase a separarse”.
         En tal caso ella debe quedarse “no casada” (dice el texto griego). Aquí aparece la misma palabra (agamos) que vimos en el ver. 8, “solteros”. Si la esposa sale de la casa y ya vive separadamente, ella representa un caso de divorcio (sea según los registros legales del país, o no), ahora tiene que quedarse como la persona que en realidad es; a saber, una persona no casada.
         El verbo, “quédese”, en el texto griego es un imperativo presente, y esto significa que ella permanezca indefinidamente en el estado de no casada. No tiene derecho a segundas nupcias. Su divorcio no fue por causa de fornicación. Hay hermanos en la fe que afirman que toda persona tiene derecho a las segundas nupcias, pero Pablo (y Cristo) dice aquí que no. Las leyes del país pueden permitirle otro matrimonio, pero el hombre no tiene autoridad sobre Dios, para que permita algo que Cristo prohíbe. Los hombres con sus leyes pueden legalizar el juego de dinero, la poligamia, el aborto, y las segundas nupcias para todos, pero no por eso va a obedecer el cristiano al hombre antes que a Dios (Hch_5:29).
         Algunos enseñan que está bien que la mujer deje a su marido con tal que no vuelva a casarse. Pero Pablo no está con ellos. Él dice (en el ver. 10) que no deje a su marido. ¡Es un mandamiento de Cristo! Hacer lo que Cristo prohíbe es pecar. Ahora, si siempre comete tal pecado, divorciándose de su marido, que no complique el caso, casándose de nuevo, y llegando así a adulterar, sino que permanezca no casada. Unos casos paralelos a este pasaje lo encontramos en:
 (1) Rom_11:18, “no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti”. (¿Está bien que el gentil se jacte con tal que sepa tal y tal cosa?).
(2) 1Jn_2:1-2, “…para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos…”. (¿Está bien pecar, si reconocemos que Cristo es nuestro abogado e intercede por los cristianos?).
 (3) Stg_3:14, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad”. (¿Está bien tener celos amargos y contención en el corazón con tal que no nos jactemos ni mintamos?).
         La única alternativa que tiene la mujer que se ha divorciado de su marido es que se reconcilie con él, para volver a vivir como casados. Casarse con otro sería caso de adulterio, porque no se divorció del marido por causa de fornicación (Mat_19:9).

-- y que el marido no abandone a su mujer - No hay doble regla con Dios. Lo que se prohíbe a la esposa, también se prohíbe al marido, y viceversa. Mar_10:11-12.
         Aquí el verbo, “abandone”, es aphiemi. Según el Sr. Thayer, el reconocido lexicógrafo, este verbo tiene varios significados, entre ellos “despedir”, como en Mat_13:36 (despedida), y se emplea en este versículo, como también en los ver. 12 y 13, en el sentido de despedir o repudiar al cónyuge. Se usa en el sentido de divorciarse.

  Y a los demás - Ahora Pablo se dirige a una categoría de personas en particular; a saber, a los hermanos corintios casados con no cristianos. Son casados, igualmente como los del ver. 10, pero representan un caso especial. Evidentemente existía en Corinto la doctrina de que la conversión a Cristo demanda que el cristiano casado se separe de su esposo no cristiano. A éstos en particular ahora Pablo se dirige.
 “Los demás” no representan a cristianos casados con no cristianos, como distintos de cristianos casados con cristianos, versículo 10.

-- yo digo, no el Señor - Como en el ver. 10 Pablo no tuvo que revelar lo que Cristo ya había revelado (sobre la permanencia del matrimonio), ahora él sí revela por inspiración la verdad sobre un punto en particular que el Señor no tuvo ocasión de tocar, pues no había caso de cristianos casados con no cristianos en el tiempo de Cristo en la tierra.
         Esta frase no tiene nada que ver con ser Pablo apóstol inspirado o no. No contrasta lo que es de inspiración con lo que no es de ella. Se contrastan lo que el Señor enseñó, estando en la tierra, y lo que Pablo ahora enseña por inspiración, al tocar un punto que en particular no había tocado Cristo. 1Ts_4:15; Rom_12:3; Hch_2:42; 1Jn_4:1-6.

-- Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone - Aquí la palabra “creyente” significa cristiana (como “hermano” quiere decir, “cristiano”).
         La frase “vivir con él” significa, como lo expresan varias versiones buenas, “habitar con él” (en matrimonio). El Sr. Thayer, el lexicógrafo, da tal definición del vocablo griego empleado en esta frase. Ella consiente en seguir siendo su esposa. (El Ver. 15 trata del caso en que no hay tal consentimiento).
El verbo aquí traducido, “abandone”, en griego es el mismo (aphiemi) que aparece en el ver. 11.  Aparece también en el versículo siguiente. Significa divorciarse.
El marido cristiano no debe ni pensar en divorciarse de su esposa no cristiana, sino en salvarla. Ya que el marido se ha convertido en cristiano, va a ser un marido mejor que nunca.

 -- Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone - La construcción de este versículo en el texto griego es igual a la del anterior, con la excepción de que allí dice “no la abandone”, y aquí, “no abandone al marido”.  
Ni el hombre cristiano, ni la mujer cristiana, debe iniciar el divorcio.
         Ahora, no es de esperarse que el inconverso vaya a someterse a instrucciones bíblicas. Mucho conviene al joven cristiano pensar en esto antes de casarse con un incrédulo. Se puede apelar al cónyuge cristiano para que no inicie el divorcio, pero no al incrédulo.
         La diferencia de religión no es razón para que haya divorcio (ni mucho menos para que haya segundas nupcias). En Corinto, siglo primero, el converso judío tal vez estaría pensando en el asunto de Esdras capítulo 9,10 y Neh_13:1-31. Todo converso, judío y gentil estaría pensando tal vez que Dios no reconoce el matrimonio de cristianos con no cristianos. Pero no es así; Dios sí los reconoce, y no solamente al matrimonio entre cristianos. No hay nada no santo en el matrimonio mixto, como ahora Pablo pasa a declarar en el versículo siguiente.
         Los matrimonios mixtos no son ideales, pero sí son matrimonios, y ninguno de los dos cónyuges se justifica en divorciarse en base a lo que no sea la fornicación.

 -- Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido - La palabra “porque” introduce una razón. Pablo ahora da la razón de por qué valen las instrucciones de los ver. 12 y 13 (las de no iniciar divorcio).
Claramente Pablo no enseña que, cuando hay caso de dos inconversos, y uno se convierte a Cristo, el otro automáticamente llega a ser cristiano. Esto lo sabemos por la enseñanza bíblica respecto a cómo llega la persona a ser cristiana. Cada persona es responsable delante de Dios del estado espiritual de su alma. “El que creyere y fuere bautizado” es el que será salvo, dice Cristo (Mar_16:16). Por eso hay que ir a todo el mundo y predicar el evangelio “a toda criatura”. Ni la justicia ni el pecado es transmitido de una persona a otra; cada alma es responsable por su estado (Ezeq. capítulo 18).
         La confusión de algunos, respecto a este asunto, se basa en no comprender los usos de la palabra “santificar” (y las otras relacionadas con la misma raíz: santo, santificación, santidad, etc.). Dado que el cristiano es llamado “santo” (Efe_1:1), es fácil concluir que cualquier cosa o persona referida como “santa” tiene que ser cristiana, o salva. Pero la palabra griega en sí significa separado, apartado, consagrado, o dedicado. La idea de “salvación”, o de “cristiano”, no está adherida a la palabra. Las Escrituras hablan de que el templo “santifica” el oro, y que el altar “santifica” la ofrenda (Mat_23:17; Mat_23:19). Hablan del “santo monte” (Isa_11:9), del “ósculo santo” (1Co_16:16), del “día santo” (Neh_8:9), de primicias y raíz santas (Rom_11:16), de alimentos santificados (1Ti_4:3-5), etc. ¿Serán estas cosas salvas, o cristianas? No, pero sí son cosas apartadas o separadas. Así que Dios aparta el matrimonio mixto de cualquier consideración inmunda, aceptándolo.
          
-- pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos - La lógica demanda que si el matrimonio mixto es cosa inmunda (y no acepta, o santa, como dice Pablo), también son inmundos los niños nacidos de dicha unión. Los que dijeran que el matrimonio mixto debe ser disuelto, no dirían que los niños de ese matrimonio deben ser rechazados, o repudiados. Si sus hijos eran legítimos, entonces la conclusión tiene que ser que nacieron dentro de un matrimonio legítimo.
La palabra “inmundo” (no acepto) se emplea como la antítesis de “santo” (acepto).
         Bajo la ley de Moisés, Esdras y Nehemías mandaron que los judíos repudiaran a sus esposas no judías, y también a sus hijos (Esd_10:3; Esd_10:44). Pero bajo la Ley de Cristo, el evangelio, tales repudios están prohibidos.
          No hay nada de “bautismo infantil” en este pasaje. Algunos comentaristas, miembros de iglesias que practican el bautismo de infantes, reclaman que los hijos deben ser considerados “santos” y por eso candidatos para el bautismo, y todo en base a la fe de uno de sus padres. Pero Pablo no habla de bautismo, ni de salvación, de personas inconversas, solamente en base a la fe de uno de los cónyuges y padres. El esposo inconverso es acepto como cónyuge legítimo, pero tiene que llegar a ser cristiano por medio de obedecer al evangelio. El infante, o niño, no está perdido para que necesite la salvación, pero cuando llega a la edad de responsabilidad y ha pecado, como el esposo inconverso él también necesita obedecer al evangelio para ser salvo. Mientras tanto es acepto como niño legítimo, y por eso “santo” (según el uso de Pablo en este versículo).
         Recordemos que Pablo en este contexto está hablando de la santidad (aceptación de parte de Dios) del matrimonio bajo consideración, y ¡no de la salvación personal de ciertas personas ! Si el niño puede ser apartado para Cristo, en base a la fe de uno de sus padres, ¿por qué no puede el padre inconverso? Lo que se dice del niño se dice del padre inconverso: son santificados en el creyente.
           Si el bautismo infantil era práctica de los cristianos en el siglo primero, ¿por qué no apeló Pablo al bautismo del niño para probar que el matrimonio mixto es santificado en el cónyuge cristiano? Pero no; el sencillo hecho de haber nacido el niño en la familia, que ahora representa un matrimonio mixto, “santificaba” ese matrimonio.
          El punto queda establecido: ¡no hay necesidad de divorcio! ¡El matrimonio de dos personas hace moral su cohabitación y los niños nacidos de esa unión son legítimos!
 -- Pero si el incrédulo se separa, sepárese - Ahora llegamos a otra consideración, de parte de Pablo, respecto al matrimonio y a qué hacer en un caso dado. Nos ha dicho que si el incrédulo consiente en quedarse casado con el cristiano, que el cristiano no se divorcie de él (ver. 12,13). ”Pero”, si no consiente en ello, sino que desea divorciarse de él, entonces que lo haga.
         El tiempo del verbo (“se separa”) es el presente indicativo; es decir, si “se está separando”. El tiempo del mismo verbo en el segundo caso (“sepárese”) es el presente imperativo; es decir, que “se esté separando”.
         Es necesario (para callar la boca de los falsos maestros respecto al divorcio y a las segundas nupcias) notar que Pablo usa el tiempo presente, al decir “se separa” (o, se divorcia). El tiempo presente en griego siempre indica acción continua, progresiva. “Si el incrédulo se está separando del creyente”, dice Pablo. ¡No dice: “Si ya se separó (ya se divorció)”! Los falsos argumentan que, después del divorcio de parte del incrédulo, el creyente entonces queda libre (no está sujeto) para volver a casarse.
         Pablo explica el caso con el creyente (de este versículo), de que nunca se ha esclavizado con referencia al incrédulo, y que por eso no está esclavizado ahora que procede el incrédulo a separarse, o a divorciarse. Los falsos maestros tienen una doctrina (de que el creyente, después del divorcio, que llevó a cabo el incrédulo, ya no está casado con él y que por eso queda libre para casarse de nuevo), que no se conforma a los hechos del caso según Pablo los expone.

-- pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre -- El vocablo griego, dedoulotai (esclavizado), es del tiempo perfecto indicativo pasivo. Este tiempo se emplea para indicar una acción en el pasado que sigue en efecto hasta el presente; o sea, el resultado presente de una acción pasada. La acción completada continúa. Pablo dice aquí que el creyente nunca se sujetó a servidumbre y que no está sujeto a ella ahora. Nunca estuvo esclavizado al cónyuge y no lo está ahora.
         El vocablo referido es el verbo douloo. Significa “reducir a esclavitud, hacer esclavo de uno”. Indica estar sujeto al control o a la voluntad de otro. 2Pe_2:19 ilustra el caso. En ese pasaje aparece el mismo vocablo, letra por letra, que vemos aquí en este versículo que ahora comentamos (dedoulotai). La persona que se sujeta al control de la corrupción se hace esclavo de ella y sigue siéndolo. Se hizo esclavo y sigue estando “sujeto a la esclavitud”. Pero el cristiano, que nunca se hizo esclavo a la voluntad de otra persona, no es esclavo de ella ahora; “no está sujeto a servidumbre” ahora. ¡Nunca lo estuvo!
         Dice Pablo que el creyente, cuyo cónyuge incrédulo está procediendo a irse (a divorciarse), debe dejarlo ir, pues nunca estaba el creyente sujeto a la voluntad de él, y no lo está ahora; que él se vaya, pues. Que el creyente no trate de retenerlo a toda costa. Ciertamente que no abandone su fe en Cristo, sujetándose a la voluntad del incrédulo que no está contento con la vida cristiana del creyente. Si el incrédulo quiere irse, que se vaya. El cristiano nunca estaba sujeto a la voluntad de otra persona (sino solamente a Cristo), y no lo está ahora. Por eso no debe pensar en procurar evitar el divorcio que el incrédulo está deseando realizar.

-- en semejante caso - El texto griego usa el plural: “en tales casos”   
         Hay quienes afirman que la frase, “en tales casos”, se refiere al tiempo de cuando el incrédulo ya se divorció del creyente y se fue, y que ahora el creyente, que más antes estaba sujeto a servidumbre (es decir, estaba casado con él), no queda casado más, y por eso está libre para contraer matrimonio de nuevo. Esta afirmación se basa en varias suposiciones no probadas; a saber (1) que la frase “en tales casos” se refiere exclusivamente a tal tiempo, (2) que la frase “sujeto a servidumbre” se refiere al matrimonio, y (3) que el creyente antes estaba sujeto pero que ahora no lo está. ¡Son puras suposiciones!
         Pablo presenta una situación (o, caso): el incrédulo se está separando del creyente. Luego dice que en esta situación, y en otras similares (en que el incrédulo u otro hace demandas imposibles del creyente a tal grado que el creyente tenga que negar su fe en Cristo, o cuando menos violar su conciencia, para hacer la voluntad del incrédulo), el creyente nunca ha estado esclavizado al otro, y no lo está ahora, para que tenga que actuar como esclavo a la voluntad de la otra persona.

-- sino que a paz nos llamó Dios. Para vivir juntos los dos cónyuges, el uno cristiano y el otro incrédulo, tienen que consentir en ello (ver. 12,13). Si existe este acuerdo, entonces el cristiano no debe iniciar divorcio (ver. 12,13). Si el incrédulo no quiere seguir viviendo juntos (ver. 15), entonces que se divorcie del cristiano, pues el cristiano no está en esclavitud a la voluntad del incrédulo para que abandone su fe para evitar la separación. Al contrario, el creyente debe dejarlo ir. Esto evidencia la paz que caracteriza al cristiano.
         Ahora, si el cristiano en este caso tratara de evitar a toda costa que el incrédulo se fuera (que se divorciara de él), discutiendo fuertemente y aun peleando sobre el asunto, no evidenciaría la paz a la cual Dios le llamó. El creyente no quiere separarse del incrédulo (ver. 12,13), ni quiere que el incrédulo destruya el matrimonio, pero si el incrédulo (que no se somete a la ley de Cristo) no quiere vivir con él, entonces no va a haber pleito; él se irá y el creyente en paz se conformará. No se puede mantener el matrimonio que uno de los dos cónyuges quiera destruir.



          OBSERVACIONES ADICIONALES

         1. En el contexto de los versículos del 12 al 15, Pablo hace un contraste entre el incrédulo que consiente en vivir (tiempo presente) con el creyente, y el que se separa (también tiempo presente). El falso maestro ignora esto y tuerce el pasaje para que diga que después que se haya finalizado  (tiempo perfecto) el divorcio, entonces el creyente no estará sujeto (tiempo futuro) a servidumbre; es decir, no estará ligado en matrimonio y por lo tanto podrá casarse de nuevo. ¡Pablo y el falso maestro no dicen la misma cosa!
         2. En inglés la frase común, “not under bond age”-no bajo esclavitud, traducción de douloo, se presta para pensar en el vínculo (en inglés, “ bond ”, del verbo “ligar’, to bind) del matrimonio. Por eso muchos de habla inglesa creen ver el matrimonio en el ver. 15. Pero el verbo douloo (“sujeto a servidumbre”) nunca se usa en conexión con el matrimonio. El verbo griego para decir “ligar” (en inglés, bind), asociado con el matrimonio, es deo (Rom_7:2). douloo significa “esclavizado” a la voluntad de otro, o de algo. Pablo aquí no habla de que el creyente ya no está casado (ligado en el matrimonio) con el incrédulo. Todo el contexto, desde el ver. 8 hasta el 40, habla del celibato, de no separarse, de quedarse sin casar en caso de separación, y de poder acercarse al Señor sin impedimento. La interpretación del falso maestro respecto a este verbo, douloo, es contraria a todo lo que Pablo enseña aquí. No hay nada en el ver. 15 acerca de dejar de estar casado, y mucho menos de segundas nupcias. El falso maestro de habla inglesa formula un argumento basado en un juego de palabras en inglés (bound, bind, bondage-ligado, ligar, servidumbre).
          Cosa semejante es hecha por algunos de habla hispana. Se suele hablar del “yugo” con referencia al matrimonio. Llegando a 2Co_6:14, y viendo la palabra “yugo”, ellos concluyen que Pablo habla del matrimonio (en lugar de la idolatría en particular). El juego de palabras se presta para esta conclusión.
         Los de habla inglesa no van a 2Co_6:14 para hallar el matrimonio, y los de habla hispana no van a 1Co_7:15 para hallarlo. Cada uno origina su argumento en base a las peculiaridades de una versión, o traducción (sea ella inglesa, o sea española), del texto griego.
         3. La posición del falso maestro hace que Pablo contradiga a Cristo, pues, al divorciarse el incrédulo del creyente, él hace que el creyente adultere (Mat_5:32). ¿Diría Pablo que no; que ella queda libre para volver a casarse? El llamado “privilegio paulino” es una invención de los hombres. Pablo no da una supuesta “segunda excepción” para el divorcio y las segundas nupcias.
         4. Se hace el argumento de que en el ver. 10 se trata (exclusivamente) de esposos cristianos, como también Cristo en Mat_19:9 enseña (exclusivamente) con respecto a cristianos, pero que aquí en 1Co_7:12, al decir “a los demás” Pablo se dirige a los casos de cristianos casados con no cristianos, y que por eso el ver. 15 trata de una segunda excepción para el divorcio, y las segundas nupcias.
         (a) Pero ya hemos visto que el ver. 10 concuerda con lo que enseñó Cristo, y se aplica al matrimonio en general.  
         (b) En cuanto al ver. 15, el falso maestro supone lo que no ha probado; a saber, que “esclavizado” significa “estar ligado en matrimonio”. Si es así, entonces hay que afirmar que cuando el incrédulo está separándose del creyente, sin esperar más tiempo el creyente ya está libre de la obligación matrimonial y puede irse a contraer matrimonio de nuevo. ¡Ni el falso maestro acepta esta lógica!
         5. Los falsos formulan un argumento sobre la palabra “obligación”, afirmando que Pablo dice que, si el incrédulo se divorcia del creyente, entonces el creyente no está obligado (a continuar en los deberes del matrimonio). Se le da a la palabra griega, douloo, la idea de “obligación”. Pero la palabra griega es la forma verbal del sustantivo, “esclavo”. Significa “esclavizar”, o “sujetar a servidumbre”. Casi todas las versiones en español que tengo emplean o la palabra “servidumbre” o la palabra “esclavizado”.
         La Ver. B.A. dice, “no está obligado”, pero en el margen dice, “Lit., en esclavitud”. La NVI dice, “no están sometidos a obligación”. La Pop. dice, “queda en libertad”. Tres versiones católicas, la LBL., la NTP. y la B.J., también cambian el sentido de la palabra. Las primeras dos dicen: “no hay obligación”, y la última mencionada dice, “no están ligados”.
           Las tres versiones católicas reflejan la doctrina llamada “el privilegio Paulino”, la que algunos comentaristas católicos promueven.
         douloo aparece también en estos otros pasajes: Hch_7:6; Rom_6:18; Rom_6:22; 1Co_9:19; Gál_4:3; Tit_2:3; 2Pe_2:19. Para exponer la inconsecuencia de las versiones mencionadas arriba, notemos cómo ellas traducen la misma palabra griega, douloo, en estos otros pasajes:
         La NVI.: “esclavizados, siervo, siervo, esclavo, esclavizados, se envicien, esclavos”. La Pop.: “esclavos, han entrado al servicio, han entrado al servicio, esclavo, sometidos, se emborrachen, esclavos”. La B.J.: “esclavizarán, esclavos, esclavos, esclavo, esclavos, esclavas, esclavo”. La NTP. dice: “esclavizada, esclavos, sirven, esclavo, esclavos, aficionadas, esclavos”. La LBL. dice: “esclavizada, esclavos, sirven, esclavo, sometidos a las fuerzas, aficionadas, esclavos”. Es evidente, pues, que estas versiones en 1Co_7:15 traducen mal este vocablo griego, para promover la idea de dar permiso al creyente en este caso de volver a casarse. La idea de “obligación”, en los deberes matrimoniales, no se adhiere a la palabra griega douloo.



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