} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 17 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 17 de abril de 2018

17 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



    
 Proverbios 4; 23
Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida.

Valora y protege tu mente, emociones y voluntad. ¡Cómo se hubiera beneficiado Salomón si hubiera seguido su propio consejo!
Nuestro corazón, nuestros sentimientos de amor y deseos, dicta en gran manera cómo vivimos debido a que siempre encontramos el tiempo para hacer lo que disfrutamos. Salomón nos dice que tengamos cuidado con nuestros afectos, que nos aseguremos y concentremos en esos deseos que nos mantendrán en el buen camino. Asegúrate de que tus afectos te lleven hacia la dirección correcta. Pon  límites a tus deseos: no vaya detrás de todo lo que veas. Mira hacia adelante, mantén  tus ojos fijos en la meta, Cristo;  no te desvíes en lo que te puede conducir a perdición.
Guarda tu corazón con toda diligencia. Debemos poner estricta vigilancia a nuestras almas; impedir que nuestros corazones infieran dolor y sean heridos. Se da una buena razón: porque de ahí surgen los asuntos de la vida. Por sobre todo, debemos buscar del Señor Jesús el agua viva, el Espíritu santificador, que brota para vida eterna. Así seremos capacitados para eliminar una boca perversa y labios pervertidos; nuestros ojos serán vueltos de contemplar la vanidad, mirando derecho adelante y andando por la regla de la palabra de Dios, yendo en los pasos de nuestro Señor y Amo. Señor, perdona el pasado y capacítanos para seguirte más de cerca durante el tiempo venidero.

Salmo 37; 3

Confía en el SEÑOR, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad.


La vida del hombre no consiste en su abundancia, sino en tener el alimento suficiente para ti. Esto es más de lo que merecemos y basta para el que va al cielo.
Deleitarse en Dios es tanto un privilegio como un deber. Él no ha prometido complacer los apetitos del cuerpo y los humores de la fantasía, sino los deseos del alma renovada y santificada. ¿Cuál es el deseo del corazón de un hombre bueno? Es conocer y amar y servir a Dios.


Salmo 37; 7
Confía callado en el SEÑOR y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas.


El creyente que espera en el Señor no tiene nada que temer ni nada que envidiar.
Satisfagámonos con que Dios hará que todo obre para nuestro bien. No nos agitemos por lo que vemos en este mundo. Un espíritu afanoso, descontento está expuesto a muchas tentaciones. Porque en todos los aspectos, lo poco que se asigna al justo, es más consolador y provechoso que todas las riquezas mal obtenidas y engañosas de los impíos. Viene de una mano de amor especial. Dios provee abundantemente y bien, no sólo para sus siervos que trabajan, sino para sus siervos que esperan. Tienen lo que es mejor que la riqueza, paz mental, paz con Dios, y entonces, paz en Dios; esa paz que el mundo no puede dar y el mundo no puede tener. Dios conoce los días del creyente. Nada de la obra de un día quedará sin recompensa. Su tiempo en la tierra se cuenta por días, que pronto terminará la cuenta; pero la felicidad celestial será para siempre.

Salmo 25; 20
Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti me refugio.
El salmista concluye, como empezó, expresando dependencia de Dios y deseo de Él. Bueno es esperar así y aguardar calladamente la salvación del Señor. Y si Dios se vuelve a nosotros, no importa quien se vuelva de nosotros. Él alega su propia integridad. Aunque culpable ante Dios, para sus enemigos tenía el testimonio de conciencia de no haberles hecho mal. A la larga Dios dará a Israel descanso de todos los enemigos que le rodean. El Israel de Dios será perfectamente redimido en el cielo de todo problema. Bendito Salvador, nos has enseñado bondadosamente que sin ti nada podemos hacer. Enséñanos a orar, a comparecer delante de ti en la manera que elijas, y a elevar nuestro corazón y todos nuestros deseos hacia ti, porque tú eres el Señor, nuestra justicia.

Juan 14; 21
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.

El que tiene mis mandamientos, y los guarda (no solamente sabe hablar de ellos, sino que los guarda en su corazón y los practica en su vida), ése es el que me ama. Esta es la evidencia verdadera del amor a Cristo: guardan su enseñanza. Este amor obediente y confiado conduce a dos cosas. La primera, a la seguridad absoluta. El día del triunfo de Jesús, los que hayan estado unidos a Él por el amor obediente estarán a salvo en un mundo que se hunde. La segunda, a una Revelación cada vez más plena. La Revelación de Dios es algo costoso. Siempre tiene una base moral; es a la persona que cumple Sus mandamientos a la que Se revela Cristo. Una persona mala jamás podrá recibir la Revelación de Dios. Puede que Dios la use; pero no puede tener comunión con Él. Dios sólo se revela a los que Le buscan. Y es sólo a la persona que, a pesar de sus fracasos, se eleva hacia Dios, a la que Dios desciende. La comunión con Dios y la Revelación de Dios dependen del amor; y el amor depende de la obediencia. Cuanto más obedecemos a Dios, mejor Le entendemos; y la persona que anda por Sus caminos no puede por menos de caminar con Él.

Esto no significa obediencia perfecta (Flp_3:12; 1Jn_1:8-10), porque acerca de sus apóstoles Jesús dijo al Padre, "me los diste, y han guardado tu palabra", aunque tuvieran sus debilidades. Todos debemos orar, "perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mat_6:12).
Dios ama a todo el mundo, pero no de la manera que ama al verdadero discípulo de Cristo. El cristiano ama aun al enemigo (Mat_5:44), pero este amor no es lo mismo que el amor que tiene por su hermano en Cristo.
Manifestar, exhibir a la vista... metafóricamente, de que Cristo daría evidencia por la acción del Espíritu Santo en las almas de los discípulos que El (Cristo) vivía en el cielo"  
         Algunos creen que Jesús "se manifiesta" a ellos, y dicen que sienten su presencia en su corazón, que sienten que Él está muy cercano, que tienen sentimiento de gran fuerza por la presencia del Espíritu Santo, etc., pero tales conceptos son subjetivos y peligrosos porque no son bíblicos sino humanos.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!


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