Hechos
9; 4-5
y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues?
Y él dijo: ¿Quién eres,
Señor? Y El respondió: Yo soy Jesús a
quien tú persigues;
Le
llamó por su nombre y lo repitió. Fue un mensaje muy personal. Nos conviene
considerar todas las enseñanzas que son para nosotros como personales, como
dirigidas directamente hacia nosotros, individualmente.
Primero
me crucificaron y ahora tú me persigues; ¿por qué? Hay pocas conversiones
porque pocos se convencen de sus pecados. Todo predicador tiene la gran
responsabilidad de reprender pecados e instar a todos a que se arrepientan.
¿Qué había hecho Jesús contra Pablo
para que le persiguiera? No le había hecho ninguna injuria. El pronombre me es enfático indicando la relación estrecha entre Cristo y
sus discípulos (Mat_25:40-45). Así, pues,
repetidas veces Saulo había herido al Señor Jesús.
Saulo,
al igual que Cornelio, sabía que la voz venía del cielo pero pregunta
"¿Quién eres, Señor?" Al decir "Señor" después ya sabía
quién era. Saulo vio al Señor Jesús; lo afirman Ananías y Bernabé y Pablo mismo (1Co_9:1; 1Co_15:8).
¡Sería
imposible imaginar la reacción de Saulo al darse cuenta que Jesús de Nazaret le
hablaba desde el cielo! En ese instante entendió que estaba muy equivocado,
porque este Jesús a quien él consideraba un impostor y a quien perseguía con
tanta intensidad, ahora le aparece en una gloriosa luz y le habla.
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dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Es una expresión proverbial empleada por
escritores griegos y latinos. Al dar coces contra el aguijón el animal rebelde
solamente se lastimaba a sí mismo. ¿Contra qué daba patadas Saulo? Sin duda ya
había escuchado pruebas abundantes de que Jesús era el Cristo. Cuando los
discípulos de Cristo fueron prendidos y llevados a la sinagoga ¿no se les
permitió dar su testimonio? ¿No podían hablar en su propia defensa? Saulo ya
había visto y oído mucho, y al resistir tanta evidencia daba "coces contra
el aguijón"; es decir, se destruía solo.
Isaías
44; 22
He disipado como una densa nube tus transgresiones, y como
espesa niebla tus pecados. Vuélvete a mí, porque yo te he redimido.
Vuélvete
a mí. Es la gran preocupación de los que se han descarriado de Dios, como los
judíos de antes, para apresurar su retorno a Él. La obra de redención hecha a
nuestro favor por Cristo, exhorta a tener esperanza de todas sus bendiciones.
Nuestras
transgresiones y nuestros pecados son como una nube espesa entre cielo y
tierra: los pecados nos separan de Dios; amenazan una tormenta de ira. Cuando
Dios perdona, borra el pecado, disipa la nube, esa nube densa, de modo que el
camino al cielo quede abierto otra vez. La nube la dispersa el Sol de justicia;
se va completamente. El consuelo que fluye al alma cuando el pecado es
perdonado, es como luz clara después de las nubes y la lluvia. Que Israel no se
descorazone; nada es demasiado difícil para Dios: habiendo hecho todo, puede
hacer lo que le plazca con cualquiera. Los que aprenden a conocer a Cristo, ven
que todo conocimiento es necedad en comparación con su conocimiento. Sus
enemigos hallarán que sus consejos son necedad y ellos mismos serán atrapados
en sus astucias.
El
cumplimiento exacto de las profecías de la Escritura confirma la verdad del
todo, y prueba su origen divino. Los favores particulares que Dios concibió
para su pueblo en el cautiverio, fueron anunciados aquí mucho antes que fueran
al cautiverio. Habría dificultades muy grandes en el camino de la liberación,
pero se les promete que todas ellas serían quitadas por el poder divino. Dios
sabía quién sería el libertador de su pueblo; y lo da a conocer a su Iglesia
para que cuando oigan su nombre, sepan que su redención está cerca. Es el honor
más grande de los hombres más grandes ser usados como instrumentos del favor
divino para su pueblo. En las cosas en que los hombres se sirven a sí mismos
sin mirar más allá, Dios hace que hagan todo a su placer. Un Pastor más noble
que Ciro hace la voluntad de su Padre hasta que su obra esté completamente terminada.
Que
el Señor nos ayude a aplicar en nuestras vidas sus enseñanzas.
¡Maranata!
¡Ven pronto ven Señor Jesús!
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