Hechos
19; 18-19
También
muchos de los que habían creído continuaban viniendo, confesando y declarando
las cosas que practicaban.
Y muchos de los que practicaban la magia,
juntando sus libros, los
quemaban a la vista de todos; calcularon su precio y hallaron que llegaba a cincuenta mil piezas de
plata.
Éfeso se
consideraba un centro de magia negra y otras prácticas ocultistas. La gente
recurría al hechizo en busca de salud, felicidad y éxito en su matrimonio. La
superstición y la hechicería eran prácticas comunes. Dios es claro al prohibir
dichas prácticas (Deu_18:9-13). Usted no puede
ser un creyente y tener contacto con el ocultismo, la magia negra o la
hechicería. Una vez que empiece a curiosear en estos campos, es extremadamente
fácil que llegue a obsesionarse con ellas porque Satanás es muy poderoso. Pero
el poder de Dios es aún mayor (1Jn_4:4; Apc 20:10).
Si se ha mezclado con el ocultismo, aprenda una lección de los efesios y apártese
de todo lo que lo puede mantener en la trampa de dichas prácticas.
En aquel tiempo todo el mundo creía que las
enfermedades, sobre todo las mentales, las causaban espíritus malos que se
introducían en el cuerpo. El exorcismo era una práctica reconocida. Si el
exorcista sabía el nombre de un espíritu más poderoso que el que había hecho su
residencia en aquella pobre persona, se podía mandar al intruso que saliera en
el nombre del más poderoso. Estás prácticas no han desaparecido del todo en
este «siglo de las luces». La mente humana es sumamente misteriosa todavía, y
hasta prácticas supersticiosas tienen a veces resultados por la misericordia de
Dios.
Cuando algunos
charlatanes trataron de usar el nombre de Jesús, empezaron a suceder cosas
alarmantes. El resultado final fue que muchos de los farsantes, y hasta es
posible que de los sinceramente equivocados, comprendieron su error. Nada
muestra tan claramente la realidad del cambio como el hecho de que, en el Éfeso
presa de la superstición, estuvieran dispuestos a quemar los libros y amuletos
que les habían resultado tan rentables. Nos dan ejemplo con su rompimiento
total aun de aquellas cosas con las que se ganaban la vida. Si deseamos ser
honestos en la gran obra de la salvación, debemos renunciar a toda empresa y
deseo que estorbe el efecto del evangelio en la mente o que afloje su dominio
en el corazón.
El valor de tales libros (pergaminos)
consistía en fórmulas mágicas, los secretos de cómo obrar la magia para
bendecir o para maldecir (perjudicar), toda clase de encantación o poción de
amor, etc. Contenían símbolos y frases mágicas que se llevaban como amuletos
para protegerse de los espíritus. Con tales artes mágicas ganaban mucho dinero.
Las "piezas de plata" probablemente eran dracmas o denarios.
En la actualidad hay muchísimos libros
y revistas que deben ser quemados porque son como los de Éfeso. Hay libros que
abiertamente promueven el satanismo, hay libros de la astrología (con sus
horóscopos). Otros artículos que deben ser quemados son los amuletos,
talismanes, etc.. El satanismo tiene un control fuerte sobre las dos
influencias más potentes del mundo: la música y las películas, ya sea Tv o
internet.
¡Maranata!¡Ven
pronto mi Señor Jesús!
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