} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 15 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

domingo, 15 de abril de 2018

15 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



   Salmo 31; 14-15
Pero yo, oh SEÑOR, en ti confío; digo: Tú eres mi Dios.
   En tu mano están mis años; líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen.

Al decir, "en tu mano están mis tiempos", David estaba expresando simplemente su creencia de que todas las circunstancias de la vida están bajo dominio de Dios. Saber que Dios nos ama y tiene cuidado de nosotros nos permite mantenernos firme en nuestra fe a pesar de las circunstancias. Nos guarda de pecar tontamente al tomar los asuntos en nuestras propias manos o resentirnos por los tiempos de Dios.

Despreciado y hostigado de todos, al salmista no le queda, sino confiar en Yahvé, que ahora más que nunca es su Dios. Es en los momentos difíciles cuando se debe probar la fidelidad a Yahvé. A pesar de que está como abandonado de su Dios, el justo reacciona con su fe, sabiendo que, al fin, su Dios le ha de hacer Justina frente a sus enemigos. En realidad, la Providencia divina es misteriosa, y en sus manos están los destinos de los hombres, y sobre todo del que les es fiel. Las vicisitudes de la vida están bajo su control directo, y por eso el justo, que vive de la fe, debe esperar ser rehabilitado por el que es Dios de justicia.   El creyente nunca es víctima de “la suerte”. Aun cuando en el contexto parece estar bajo el control del enemigo, Dios está en control y Él es soberano. La manera y el tiempo de la victoria están en sus manos.
El ojo de la fe ve que tanto los tiempos de tribulación como los tiempos de triunfo están en la mano de Dios.

Salmo 32; 10
Muchos son los dolores del impío, pero al que confía en el SEÑOR, la
misericordia lo rodeará.

Dios enseña por su palabra y guía con las intimaciones secretas de su voluntad. David da una palabra de advertencia a los pecadores. La razón de esta advertencia es que el camino del pecado terminará ciertamente en dolor.
Aquí hay una palabra de consuelo para los santos. Vean ellos que la vida de comunión con Dios es lo más grato y consolador. Que nos regocijemos en ti, oh Señor Jesús, y en tu salvación; así ciertamente nos regocijaremos.
Existen tres facetas de la complacencia en el estado de protección: la continua actividad de confiar, la relación básica de “andar bien con Dios”  y la realidad moral de un carácter recto. Los tales no son inmunes a los impíos, pero cuando llega, ellos están rodeados del amor que nunca falla.
Esta confianza en Dios hace prorrumpir un grito de alabanza: alegraos y gozaos  son palabras comunes en los himnos de acción de gracias. El gozo no es sólo nuestro privilegio, es también nuestro deber. La meta de toda persona que confía en Dios debe ser este deleitarse en Él y no la prosperidad material, el placer, la fama o cualquier otra cosa.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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