Lucas
11; 9-10
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad,
y se os abrirá.
Porque todo el que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
En
este texto Jesús nos enseña cómo orar. Ahora insiste en que aprovechemos
este gran privilegio. Jesús no dice "rezar", sino "pedid".
Hay mucha diferencia entre el rezar y el orar. No hay virtud alguna en recitar
o leer oraciones. Lo que agrada a Dios es el pedir, buscar y llamar. La ley de
Cristo contiene enseñanzas bien difíciles para nosotros a menos que nuestro
corazón esté completamente sumiso a la voluntad de Dios. Es necesario que haya
cambio de corazón y de vida. ¿Cómo es posible hacer estos cambios? “Pedid... buscad... llamad". Debemos
llevar todo problema a Dios en oración. Si estamos resueltos a hacer la
voluntad de Dios, si estamos resueltos a cooperar con la oración (poner nuestra
parte), y si comprendemos que urgentemente necesitamos de la ayuda de Dios, Él nos oirá.
Promete
Jesús que todos los que piden recibirán incondicionalmente lo que piden?
Desde luego que no, porque hay varios requisitos para que nuestra oración sea
aceptable ante los ojos de Dios. Leamos Hch_16:31, "Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo, tú y tu casa". El que pide y
el que cree deben cumplir con los requisitos (mandamientos) de Dios.
Dios
contesta nuestras oraciones en varias maneras: en primer lugar, tenemos la
plena seguridad de que Él nos oye si estamos en comunión con El, y que Él nos
ama y quiere ayudarnos y bendecirnos. No siempre concede lo que pedimos (2Co_12:8), pero siempre nos da lo que pedimos o algo
mejor que lo que pedimos (lo que es espiritualmente mejor para nosotros).
Si no recibimos lo que pedimos, no es
porque Dios es tacaño y nos lo niega, sino porque tiene algo mejor para
nosotros. No hay tal cosa como una oración incontestada. La respuesta puede no
ser la que queríamos o esperábamos; pero, aun cuando no se nos conceda lo que
pedimos, la respuesta viene de la sabiduría y el amor de Dios.
¡Maranata!¡Ven pronto
mi Señor Jesús!
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