} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 3 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 3 de abril de 2018

3 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 1 Juan 1; 7
mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.

La comunión con Dios depende de andar en la luz. En esta manera tenemos continuamente la purificación de nuestros pecados por la muerte de Cristo y no tenemos miedo de castigo por ellos. Libertados de tal castigo nos preparamos para la comunión con Dios por toda la eternidad.
“mas si andamos” (subjuntivo presente, indicando acción continua; es decir, andar habitualmente en la luz, indicando qué clase de carácter tenemos). Se hace referencia a una vida de santidad. Porque anda el cristiano en luz, pudo decir Jesús lo de Mat_5:14
“tenemos comunión los unos con los otros,” es decir, Dios con nosotros, y nosotros con él. Esto es la consecuencia de andar nosotros en lo que es Dios. La comunión demanda intervención de parte de los dos partidos. La comunión no puede ser de un solo partido. No es un mero sentimiento o reclamación. Es la consecuencia natural de andar en lo mismo.
         Es cierto que los cristianos tienen comunión entre sí, pero parece que el tema tratado en esta sección es el de nuestra comunión con Dios por medio de la santidad de vida en Cristo Jesús.
El verbo “limpia” es del tiempo presente, que indica acción continua. Es un proceso continuo, bajo la condición de andar el cristiano en la luz.  
         Murió Jesucristo en la cruz en realidad. No fue una mera apariencia. Tuvo un cuerpo que derramó sangre. Esa muerte es satisfactoria para perdonarnos los pecados. Este versículo contradice a los gnósticos que negaban la humanidad de Cristo, la realidad de su muerte, y el perdón absoluto de pecados por su sangre. Ellos convertían en libertinaje la gracia de nuestro Dios (Jud_1:4), pero el cristiano no puede dejar que el pecado reine en él (Rom_6:12). Ellos reclamaban tener comunión con Dios aparte de la sangre derramada por Jesús. ¡Por eso mentían! La comunión con Dios, quien es luz, depende del perdón que la sangre de Jesucristo nos trajo.

Salmo 103; 10

No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.



Nuestros pecados merecen muchísimo más castigo, pero Dios ha provisto una redención en amor. En los sacrificios, que señalan hacia la muerte de Jesús, Dios muestra su misericordia sin violar su justicia.

Dios es verdaderamente bueno con todos; de manera especial es bueno con Israel. Se ha revelado a sí mismo y su gracia. Por sus caminos podemos entender sus preceptos, los caminos en que nos pide que andemos; sus promesas y propósitos. Siempre ha estado lleno de compasión. ¡Cuán diferentes de Dios son los que aprovechan toda ocasión para reprender o lamentarse sin saber cuando terminar! ¿Qué sería de nosotros si Dios nos tratara de esa manera? -La Escritura dice mucho de la misericordia de Dios, y todos la hemos experimentado. El padre compadece a sus hijos que son débiles de conocimiento y les enseña; los compadece cuando son perversos y los soporta; los compadece cuando están enfermos y los consuela; los compadece cuando están caídos y les ayuda a levantarse; los compadece cuando han ofendido, y por su sometimiento, los perdona; los compadece cuando les hacen daño y los endereza: así compadece el Señor a quienes le temen. Vemos por qué Él compadece. Considera la fragilidad de nuestros cuerpos y la necedad de nuestra alma, cuán poco podemos hacer, cuán poco podemos soportar; en todo eso se manifiesta su compasión.

¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

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