} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 13 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.

viernes, 13 de abril de 2018

13 Abril: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Isaías 1; 18

Venid ahora, y razonemos --dice el SEÑOR-- aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán.
Isaías declara que Dios está dispuesto a limpiar y perdonar si Judá se vuelve y acepta su santa provisión. Dios es misericordioso y magnánimo, pero los pecadores deben escoger entre la obediencia y el juicio.

Grana o carmesí era el color rojo intenso de una tintura que virtualmente era imposible sacar de la ropa. Tal vez las manos ensangrentadas de los homicidas se visualizaban aquí. Asimismo, la mancha del pecado parece ser permanente. Sin embargo, Dios puede quitar la mancha del pecado de nuestra vida tal y como lo prometió a los israelitas. No tenemos que ir por la vida manchados para siempre. La Palabra de Dios nos asegura que si estamos dispuestos y somos obedientes, Cristo nos perdonará y arrancará nuestras manchas más indelebles (Sal_51:1-7).
Dios se propone debatir el caso con nosotros, para que todos puedan ver el justo y amoroso principio de su conducta para con los hombres .
La grana—el color de la túnica de Cristo cuando cargó con nuestros “pecados” (Mat_27:28). Del mismo color era el cordón de Rahab (Jos_2:18, Lev_14:4). Dicen los rabinos que después de echadas las suertes sobre los dos machos cabríos, se ponía una banda granate sobre la cabeza del que había de ser llevado al desierto, y que después de que el sumo sacerdote hubo confesado los pecados suyos y los del pueblo sobre el cabrío la banda se volvía blanca. El milagro cesó, según ellos, cuarenta años antes de la destrucción de Jerusalén, es decir, exactamente cuándo Jesucristo fue crucificado. Esta es una notable admisión de sus adversarios. El sentido fundamental del término “grana” en hebreo es: “teñido dos veces”. Tan profundamente fijado está el pecado en el corazón que no bastan las lágrimas para lavarlo.
Nieve  Se presupone que debe haber arrepentimiento antes de que el pecado pueda ser emblanquecido como la nieve; éste (el arrepentimiento) también es un don de Dios (Jer_31:18,  Lam_5:21; Hech_5:31).
Rojos—se refiere a la “sangre”. como … lana—será restaurado a su blancura original. Este verso demuestra que los antiguos padres no confiaron únicamente en las promesas temporales. Los pecados por ignorancia y otros semejantes, eran expiados por medio de ofrendas pequeñas; de ahí que las culpas más graves necesitaban más grandes sacrificios, ya que “sin derramamiento de sangre no hay remisión”. Aunque un sacrificio tal no se había, provisto, el perdón era prometido y esperado. De consiguiente, los judíos espirituales deben haber buscado al único mediador del Antiguo y Nuevo Testamentos, aunque hayan tenido acerca del mismo una idea algo confusa.

No sólo hemos de sentir dolor por el pecado cometido, sino romper la práctica. Debemos hacer, no quedarnos ociosos. Debemos hacer el bien que el Señor nuestro Dios pide. Es claro que los sacrificios de la ley no podían expiar ni siquiera uno, los delitos superficiales de la nación. Pero, bendito sea Dios, hay una Fuente abierta en la cual pueden ser lavados los pecados de toda edad y rango. Aunque nuestros pecados hayan sido como la grana y el carmesí, de tintura doble y profunda, primero en la lana de la corrupción original y, luego, en los muchos hilos de la transgresión presente; aunque a menudo nos hemos hundido en el pecado, por muchos deslices, de todos modos la misericordia que perdona lavará la mancha.
Debieran tener toda la felicidad y el bienestar deseado. La vida y la muerte, el bien y el mal, están puestos delante nuestro. Oh, Señor, inclínanos a todos a vivir para tu gloria.
Salmo 86; 5
Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan.

Esta crucial sentencia está dirigida a cambiar la vida en ambos términos de la ecuación: 1) en nuestra recepción del amor divino y su misericordioso perdón y 2) en nuestro reciprocar el perdón tal y como lo recibimos. Las virtudes de la bondad y el perdón son atributos engendrados por nuestro Padre celestial, y deben hallarse en nuestras vidas. Dios espera que seamos como él, es decir, que estemos prestos a perdonar las transgresiones de nuestro prójimo con la abundante misericordia que nos ha mostrado. «Grande» viene del hebreo rab  que significa «abundantemente, con exceso». Dios no quiere que racionemos nuestra misericordia y nuestro perdón. Está buscando gente que reparta misericordia y perdón ilimitadamente. (Sal_15:3/Mat_5:44) 

Nuestra pobreza y miseria, cuando se sienten, son un poderoso argumento a nuestro favor ante el trono de la gracia. La mejor auto preservación es encomendarnos al cuidado de Dios. Yo soy uno que tú favoreces, uno que has apartado para ti y has hecho partícipe de la gracia que santifica. Gran aliento para orar es sentir que hemos recibido la gracia de Dios que convierte, que hemos aprendido a confiar en Él y a ser sus siervos.
Podemos esperar consuelo de Dios cuando mantenemos nuestra comunión con Dios. La bondad de Dios se manifiesta en dos cosas, en dar y perdonar. No importa lo que los demás hagan, invoquemos a Dios y encomendemos nuestro caso a Él: no buscaremos en vano.

¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!


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