Juan
14; 26
Pero
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.
Las Escrituras ¡son respiradas por Dios! Dios
habla al hombre a través de las Escrituras como si le hubiera hablado toda
palabra con su propia boca. La inspiración era la extraordinaria influencia
divina que el Espíritu Santo ejercía sobre la mente de los santos hombres de
Dios (2Pe_1:21), para enseñarles qué y cómo deberían enseñar oralmente o por
escrito.
¿Cómo era la inspiración de los
apóstoles? ¿Inspiraba el Espíritu Santo los pensamientos de los apóstoles,
dejando que ellos escogieran las palabras para expresar el pensamiento o era
verbal (la inspiración de cada palabra)? Pablo explica en 1Co_2:9-13 que los
apóstoles hablaban "no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino
con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a los espiritual"
(es decir, acomodando las palabras espirituales a las cosas espirituales dadas
por Dios). La inspiración tuvo que ser verbal (la inspiración de cada palabra),
porque a veces los hombres enseñaron o escribieron verdades que ni siquiera
entendieron (p. ej., Hch_2:39; 1Pe_1:10-11). Pedro explica "que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana" (2Pe_1:20-21); por eso, la inspiración no
fue de pensamiento sino de palabra.
El Espíritu Santo estaba presente con
los apóstoles para recordarles todo lo que Jesús había enseñado, para guiarles
a toda la verdad (Jn 16:13), para que no se equivocaran al registrar la verdad
de Dios. Sin embargo, aunque la inspiración era verbal, no era mecánica; es
decir, al ser inspirados los hombres no se convirtieron en máquinas dirigidas
por el Espíritu Santo. Podían escribir información que ellos sabían, pero el
Espíritu Santo les guiaba para evitar equívocos. También se puede observar la
diferencia de estilo entre los escritores, porque el Espíritu Santo utilizaba
el conocimiento y escogía palabras del vocabulario del hombre inspirado.
La inspiración de las Escrituras se ve
en el hecho de que los hombres inspirados siempre declaraban que su mensaje
había venido de Dios (Éxo_20:1; Éxo_20:19; Éxo_20:22; Éxo_33:11; Éxo_34:1-35;
Éxo_27:1-21; 2Sa_23:2; Isa_1:2, Jer_1:7-9; Eze_2:7) y que hablaban y escribían
bajo la influencia directa del Espíritu de Dios. Como cuatro mil veces los
escritores del Antiguo Testamento afirmaron que "Jehová dijo", y que
"La palabra de Jehová vino a... ". También los escritores del Nuevo
Testamento dijeron que lo que predicaban y escribían era la palabra de Dios
(1Co_2:13; 1Ts_2:13; 1Pe_1:25; 2Pe_3:2). Pablo dice que lo que escribió son los
mandamientos del Señor (1Co_14:37). Pedro dice que los escritos de Pablo son
"Escritura" (2Pe_3:16), y Pablo dice que no solamente Deu_25:4, sino
también Luc_10:7 son Escrituras (1Ti_5:17-18).
Lo que Dios inspiró, pues, era cada
palabra enseñada y escrita por los santos hombres, pero su conducta no era
inspirada, pues algunos hombres inspirados cometieron errores. Algunos miembros
de la iglesia de Corinto recibieron dones del Espíritu Santo, pero había mucha
carnalidad entre ellos (1Co_3:1-3).
Recuérdese que Cristo perfectamente
reveló al Padre; por lo tanto, era necesario que el Espíritu Santo no sólo se
encargara de registrar la enseñanza de Cristo, sino también los detalles de su
vida (mayormente sus señales), para que todos conozcamos a Cristo como lo
conocieron los discípulos que anduvieron con El durante su ministerio personal.
Por eso, estamos estudiando el evangelio de Juan.
La supuesta revelación continua (p.
ej., el Libro de Mormón y todas las llamadas revelaciones modernas) viene de
parte de falsos profetas, porque la revelación verdadera terminó con la muerte
de los apóstoles, pues "él os enseñará todas las cosas" (Jn 16:13).
¡Maranata! ¡Sí,
ven Señor Jesús!
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