} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 21 febrero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

jueves, 21 de febrero de 2019

21 febrero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



Juan 14; 26
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.   

 Las Escrituras ¡son respiradas por Dios! Dios habla al hombre a través de las Escrituras como si le hubiera hablado toda palabra con su propia boca. La inspiración era la extraordinaria influencia divina que el Espíritu Santo ejercía sobre la mente de los santos hombres de Dios (2Pe_1:21), para enseñarles qué y cómo deberían enseñar oralmente o por escrito.
         ¿Cómo era la inspiración de los apóstoles? ¿Inspiraba el Espíritu Santo los pensamientos de los apóstoles, dejando que ellos escogieran las palabras para expresar el pensamiento o era verbal (la inspiración de cada palabra)? Pablo explica en 1Co_2:9-13 que los apóstoles hablaban "no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a los espiritual" (es decir, acomodando las palabras espirituales a las cosas espirituales dadas por Dios). La inspiración tuvo que ser verbal (la inspiración de cada palabra), porque a veces los hombres enseñaron o escribieron verdades que ni siquiera entendieron (p. ej., Hch_2:39; 1Pe_1:10-11). Pedro explica "que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana" (2Pe_1:20-21); por eso, la inspiración no fue de pensamiento sino de palabra.
         El Espíritu Santo estaba presente con los apóstoles para recordarles todo lo que Jesús había enseñado, para guiarles a toda la verdad (Jn 16:13), para que no se equivocaran al registrar la verdad de Dios. Sin embargo, aunque la inspiración era verbal, no era mecánica; es decir, al ser inspirados los hombres no se convirtieron en máquinas dirigidas por el Espíritu Santo. Podían escribir información que ellos sabían, pero el Espíritu Santo les guiaba para evitar equívocos. También se puede observar la diferencia de estilo entre los escritores, porque el Espíritu Santo utilizaba el conocimiento y escogía palabras del vocabulario del hombre inspirado.
         La inspiración de las Escrituras se ve en el hecho de que los hombres inspirados siempre declaraban que su mensaje había venido de Dios (Éxo_20:1; Éxo_20:19; Éxo_20:22; Éxo_33:11; Éxo_34:1-35; Éxo_27:1-21; 2Sa_23:2; Isa_1:2, Jer_1:7-9; Eze_2:7) y que hablaban y escribían bajo la influencia directa del Espíritu de Dios. Como cuatro mil veces los escritores del Antiguo Testamento afirmaron que "Jehová dijo", y que "La palabra de Jehová vino a... ". También los escritores del Nuevo Testamento dijeron que lo que predicaban y escribían era la palabra de Dios (1Co_2:13; 1Ts_2:13; 1Pe_1:25; 2Pe_3:2). Pablo dice que lo que escribió son los mandamientos del Señor (1Co_14:37). Pedro dice que los escritos de Pablo son "Escritura" (2Pe_3:16), y Pablo dice que no solamente Deu_25:4, sino también Luc_10:7 son Escrituras (1Ti_5:17-18).
         Lo que Dios inspiró, pues, era cada palabra enseñada y escrita por los santos hombres, pero su conducta no era inspirada, pues algunos hombres inspirados cometieron errores. Algunos miembros de la iglesia de Corinto recibieron dones del Espíritu Santo, pero había mucha carnalidad entre ellos (1Co_3:1-3).
         Recuérdese que Cristo perfectamente reveló al Padre; por lo tanto, era necesario que el Espíritu Santo no sólo se encargara de registrar la enseñanza de Cristo, sino también los detalles de su vida (mayormente sus señales), para que todos conozcamos a Cristo como lo conocieron los discípulos que anduvieron con El durante su ministerio personal. Por eso, estamos estudiando el evangelio de Juan.
         La supuesta revelación continua (p. ej., el Libro de Mormón y todas las llamadas revelaciones modernas) viene de parte de falsos profetas, porque la revelación verdadera terminó con la muerte de los apóstoles, pues "él os enseñará todas las cosas" (Jn 16:13).

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!


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