} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 3 Febrero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

domingo, 3 de febrero de 2019

3 Febrero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Juan 19; 34
pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua.

¿Qué tan grande fue la herida causada por la lanza? Tomás sabía que podría meter su mano en el lugar de la lanza: "Si no... metiere mi mano en su costado, no creeré" (Jn 20:25).
         Algunos gnósticos decían que Jesús no ocupaba un cuerpo literal, pero no sale "sangre y agua" de un fantasma. Luc_24:37-39.
         Otra vez recalcamos que en realidad Jesús murió en la cruz. Los soldados "le vieron ya muerto" y para estar segurísimos uno de ellos "le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua". Es muy importante que en la predicación del evangelio se enfaticen estos detalles para hacer callar los argumentos necios de los incrédulos.
Aun así, ¿por qué lo subraya tanto Juan? Por estas dos razones.
(i) Para él era la prueba definitiva e irrefutable de que Jesús era un hombre real con un cuerpo real. Esa era la respuesta a los gnósticos con sus ideas de fantasmas y espíritus y una humanidad irreal. Aquí está la prueba de que Jesús fue carne de nuestra carne y hueso de nuestro hueso.
(ii) Pero para Juan aquello era más que una prueba de la humanidad de Jesús: era un símbolo de los dos grandes sacramentos de la Iglesia. Hay un sacramento que tiene por materia el agua: el Bautismo; y otro que representa la sangre: la Mesa del Señor, con su copa de vino rojo como la sangre. El agua del Bautismo es el símbolo de la gracia purificadora de Dios en Jesucristo; el vino es el símbolo de la sangre que fue derramada para salvarnos de nuestros pecados. El agua y la sangre que fluyeron del costado abierto de Jesús eran para Juan el agua purificadora del Bautismo y la sangre purificadora que se conmemora en la Mesa del Señor.

1 Juan 1; 7
mas si andamos en la luz, como El está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.

La comunión con Dios depende de andar en la luz. En esta manera tenemos continuamente la purificación de nuestros pecados por la muerte de Cristo y no tenemos miedo de castigo por ellos. Libertados de tal castigo nos preparamos para la comunión con Dios por toda la eternidad.
“tenemos comunión unos con otros,” es decir, Dios con nosotros, y nosotros con él. Esto es la consecuencia de andar nosotros en lo que es Dios. La comunión demanda intervención de parte de los dos partidos. La comunión no puede ser de un solo partido. No es un mero sentimiento o reclamación. Es la consecuencia natural de andar en lo mismo.
         Es cierto que los cristianos tienen comunión entre sí, pero parece que el tema tratado en esta sección es el de nuestra comunión con Dios por medio de la santidad de vida en Cristo Jesús.
El verbo “limpia” es del tiempo presente, que indica acción continua. Es un proceso continuo, bajo la condición de andar el cristiano en la luz.  
         Murió Jesucristo en la cruz en realidad. No fue una mera apariencia. Tuvo un cuerpo que derramó sangre. Esa muerte es satisfactoria para perdonarnos los pecados. Este versículo contradice a los gnósticos que negaban la humanidad de Cristo, la realidad de su muerte, y el perdón absoluto de pecados por su sangre. Ellos convertían en libertinaje la gracia de nuestro Dios (Jud_1:4), pero el cristiano no puede dejar que el pecado reine en él (Rom_6:12). Ellos reclamaban tener comunión con Dios aparte de la sangre derramada por Jesús. ¡Por eso mentían! La comunión con Dios, quien es luz, depende del perdón que la sangre de Jesucristo nos trajo.
   
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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