Mateo
5; 6
Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados
¿Qué significa tener
hambre y sed de justicia?
Pregúntese primero, ¿qué significa
tener hambre y sed? Son dos de los apetitos más fuertes. ¿Cuántos de nosotros
hemos tenido verdadera hambre y sed? ¿Cuántos han estado en peligro de morir si
no encontraran muy pronto la comida y agua? ¿Habrá entre los oyentes o lectores
alguna persona que lo haya experimentado? Desde luego, hay muchas personas en
la actualidad que sufren verdadera hambre y sed. No quieren un vaso de agua
sino toda la jarra; no quieren dos o tres tortillas, sino todo el paquete.
Muchos están muriendo de hambre.
Figuradamente tener hambre y sed
significa tener deseo ferviente, desear intensamente, anhelar, añorar, o
apetecer. Tener hambre y sed de justicia significa desear intensamente hacer
toda la voluntad de Dios. Debemos tener hambre y sed de obtener el perdón de
Dios, de ser transformados en la imagen de Cristo, de ser edificados en la fe
santísima, de poder ganar muchas almas por Cristo. Mat_3:15, aunque Jesús no
tenía pecado, quería ser bautizado: "Deja ahora, porque así conviene que
cumplamos toda justicia". Conviene obedecer los mandamientos de Dios. Sal_119:172.
Mat_6:24-34, "No os afanéis por
vuestra vida... Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas". Debemos "buscar" intensamente
las cosas del reino de Dios. Debemos desear saber y hacer la voluntad (palabra)
de Dios: más que el oro, Sal_119:72; Sal_119:127, "Por eso he amado tus
mandamientos más que el oro, y más que el oro muy puro"; más que la miel,
Sal_119:103, "¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel
a mi boca"; más que la comida, Job_23:12, "Guardé las palabras de su
boca más que mi comida (porción señalada)".
Mat_13:44-46, al descubrir el
evangelio, debemos "vender todo" para "comprarlo"
(poseerlo). "Compra la verdad, y no la vendas", Pro_23:23.
Estudiemos los Salmos para entender
mejor lo que significa anhelar: Sal_42:1-2 " Como el ciervo brama por las
corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía";
Sal_63:1, "De madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te
anhela, en tierra seca y árida"; Sal_84:2, "Anhela mi alma y aun
ardientemente desea los atrios de Jehová". Léase todo el Salmo 84;
Sal_119:20, "Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo
tiempo". El Salmo 119, el capítulo más largo en la Biblia, alaba la
Palabra de Dios; 1Pe_2:1-2, "Desechando, pues, toda malicia, todo engaño,
hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién
nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para
salvación".
¿De qué cosas tenía
hambre y sed la mayoría de los judíos?
Cosas materiales. Luc_8:14,
"las riquezas y los placeres de la vida". 1Ti_6:9, "los que
quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y
dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición". Ecles
2:3-11, "Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese
mi corazón en sabiduría... engrandecí mis obras... me hice huertos y
jardines... me amontoné también plata y oro... me hice de cantores y cantoras,
de los deleites de los hijos de los hombres, etc."
Poder político. Jua_6:15, "iban
a venir para apoderarse de él y hacerle rey", porque tenían "hambre y
sed" de ser liberados de los romanos.
Panes y peces. Jua_6:26, "me
buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os
saciasteis".
La mayoría de la gente hoy en día tiene
hambre y sed de las mismas cosas: toda clase de cosas materiales, placeres, y
poder (político, comercial, y religioso, etcétera).
Algunos
ejemplos de aquellos que tuvieron hambre y sed de justicia.
La mujer cananea. Mat_15:27,
"Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la
mesa de sus amos". Jesús alaba la fe "grande" de esta mujer
cananea.
La mujer pecadora. Luc_7:38,
"estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas
sus pies".
Los casos de conversión en Hechos de
los Apóstoles: (1). El día de Pentecostés tres mil personas obedecieron al
evangelio el mismo día en que oyeron, Hch_2:37-41. Tenían hambre y sed de
justicia. (2) Los samaritanos obedecieron "cuando creyeron",
Hch_8:12. (3). Cuando el eunuco oyó el evangelio, dijo, "Aquí hay agua,
¿qué impide que yo sea bautizado?" e inmediatamente obedeció, Hch_8:35-39.
Este hombre es un ejemplo muy bueno de tener hambre y sed de justicia. "Había
venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al
profeta Isaías". (4). El carcelero y su casa fueron bautizados a media
noche, y "se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios",
Hch_16:25; Hch_16:33-34. Estos y otros demostraron mucha hambre y sed de
justicia, oyendo el evangelio, arrepintiéndose de sus pecados, confesando a
Cristo, y siendo bautizados sin demorar.
El apóstol Pablo siempre demostraba
que tenía mucha hambre y sed de justicia. Flp_3:7-8. Lo demostró a través
de su vida entera y sus escritos.
"Porque
ellos serán saciados", Mat_7:7-11; Sal_53:5-6.
Sinónimos de la palabra
"saciar" son llenar, hartar, hastiar, cumplir. De esto habla Jesús en
Jua_4:13-14. Dijo que "Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener
sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás". Jua_7:37-38; Apo_22:17. Jua_6:27,
"Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida
eterna permanece".
Flp_4:6-7, No estar afanosos, hacer peticiones
a Dios, con acción de gracias, "y la paz de Dios... guardará vuestros
corazones". Flp_4:11-13, "he aprendido a contentarme, cualquiera que
sea mi situación... Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Conclusión:
Si nuestra justicia es como la
de los escribas y fariseos, no seremos "saciados". Si tenemos hambre
y sed de justicia, buscaremos primeramente el reino de Dios y su justicia,
Mat_6:33.
Salmo
23; 3
Él
(Señor) restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su
nombre
Cuando
permitimos que Dios nuestro Pastor nos guíe, tenemos contentamiento. Cuando
decidimos pecar, sin embargo, estamos decidiendo ir por nuestro propio camino y
no podemos culpar a Dios por el entorno que nosotros mismos hemos creado.
Nuestro Pastor conoce los "delicados pastos" y las "aguas de
reposo" que nos restaurarán, Su Palabra en la Biblia. Llegaremos a esos
lugares únicamente cuando Le sigamos en obediencia. Al rebelarnos contra la
dirección del Buen Pastor en realidad nos rebelamos contra lo que nos conviene.
Debemos recordar esto la próxima vez que nos veamos tentados a ir por nuestra
cuenta y no por el camino del Pastor.
¡Maranata! ¡Sí,
ven Señor Jesús!
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