} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 27 febrero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.

martes, 26 de febrero de 2019

27 febrero 2019: Estudiando la Palabra de Dios en la Biblia.


  Marcos 1; 40-42
Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.  

      El leproso pasaba una vida de pena, de lástima (Lev_13:45-46). Núm_5:1-3; Núm_12:9-15; 2Cr_26:19-21. La lepra, que exigía separación de la sociedad en general, sirve de tipo del pecado que nos separa de Dios (Isa_59:2).
         Este leproso vino a Jesús, desesperado en su condición física, pero con fe y humildad. Lucas agrega que “se postró con el rostro en la tierra” (Luc_5:12). El hecho de que vino a Jesús sugiere que, o Jesús le invitó a acercarse a él, o el leproso en desesperación se atrevió a hacerlo, porque la ley lo prohibía. Manifestó su fe al decir, “puedes limpiarme”. Su fe se basaba en haber visto anteriormente algún milagro de Jesús o en haber oído de tales milagros. El leproso estaba convencido que Jesús podía curarlo. Sin embargo, no estaba seguro que Jesús quisiera sanarlo. Pero la respuesta de Jesús dejó solucionado el problema: «Quiero, sé limpio». ¿Acaso no podemos nosotros estar seguros que es la voluntad del Señor hacer aquello para lo cual él ya hizo provisión redentora? Al mismo tiempo, uno no puede vivir violando conscientemente la voluntad de Dios y esperar que él cumpla sus promesas. Cuando las condiciones bíblicas para participar en los procesos de Dios están presentes, aquellas promesas deberán cumplirse; pero no dudemos de la pronta disposición, ni de los remedios de Dios, simplemente cuestionando si es o no su voluntad. «Si es tu voluntad» constituye más frecuentemente una expresión de temor, un pretexto para «excusar a Dios», si nuestra fe o sus propósitos soberanos no producen sanidad. Mejor deja el asunto a su soberanía y elimina esta frase de tu oración. Nuestra fe pudiera ser débil o incompleta en algunos respectos. Nosotros, a decir verdad, en ocasiones pudiéramos no ser sanados, lo cual no debe vérsele,sin embargo,como motivo de condenación (Rom_8:1). No obstante, en todas las cosas alabemos al Señor por su fidelidad y su compasión. Así crearemos un ambiente propicio para que se realice la sanidad divina. Ello es consistente con las Sagradas Escrituras, las cuales revelan a Jesús como dispuesto a sanar.  (Mat_8:16-17/Mar_5:24-34).
En este caso sólo  Marcos menciona la compasión que sintió el Señor hacia este pobre hombre. (Así es la compasión que tiene el Cielo por todo pecador perdido). Jesús expresó su deseo, y luego dio la orden. (Si el pecador se pierde eternamente, no será por falta de voluntad de parte de Cristo de salvarle, ni por falta de poder para hacerlo). Su piel quedó como la de los demás en derredor. La frase “al instante” subraya la realidad de los milagros verdaderos que hacía Jesús, comparados con los supuestos “milagros” de los curanderos modernos. De nuevo Cristo demostró que era el Mesías esperado, que es Dios.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

No hay comentarios:

Publicar un comentario