} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 13 Julio LA BUENA SEMILLA

jueves, 13 de julio de 2017

13 Julio LA BUENA SEMILLA

 1 Pedro 3; 15-17
“sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;   teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.
   Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.”

En lugar de amedrentarnos y conturbarnos debemos santificar a Cristo como Señor en nuestros corazones. Como Señor, él tiene toda potestad (Mateo_28:18). ¡Los hombres no tienen esto! Santificamos a Cristo en nuestros corazones por medio de confiar en sus promesas, en su poder y en su bondad, de aceptar las pruebas de vida que Él permita, y de no temer al hombre. En vez de temer a nuestros enemigos, debemos confiar en Dios como el Señor de todo. Debemos creer que de verdad Dios controla todos los acontecimientos, los momentos y circunstancias por los que estemos pasando. Que Dios es Soberano. Cuando El gobierna nuestros pensamientos y emociones, no seremos conmovidos por nada que pueda hacer el enemigo. Esa convicción nos mantiene esperanzados.

  Algunos creyentes consideran que la fe es un asunto personal que debe reservarse para uno mismo. Es verdad que no debemos ser exuberantes ni ofensivos al anunciar nuestra fe, pero debemos siempre estar listos para dar razón, amable y respetuosa, cuando se nos pregunta acerca de nuestra fe, nuestro estilo de vida o nuestra perspectiva cristiana. ¿Otros pueden ver nuestra esperanza en Cristo? ¿Estmos preparados para decirles a otros lo que Cristo ha hecho y está haciendo en nuestra vida?

El cristiano debe ser bien informado en las verdades del evangelio, y en las evidencias que las respaldan. La defensa hecha no muestra desafío, arrogancia, ni amargura, pero sí es hecha con gran respeto  hacia Dios y con respecto al juicio final. La defensa es hecha a personas que desean que se les dé cuenta de la esperanza en el cristiano, pero no a burladores Mateo 26:62,63
Tal vez no podamos evitar que nos calumnien; pero al menos debemos evitar el dar motivos. Al hacer lo bueno, las acusaciones serán vacías y solo avergonzarán a quienes las pronuncien. ¡Mantengamos nuestra conducta libre de censura!

La conciencia es buena cuando no hay pecado en evidencia. La conciencia es la facultad con que podemos actuar conforme a la ciencia que tenemos. La conciencia puede ser "buena", y al mismo tiempo estar equivocado el dueño de ella (Hechos_26; 9-10)
En triste condición está la persona en quien el pecado y el sufrimiento se encuentran; el pecado hace que el sufrimiento sea extremado, desconsolador y destructor. Seguramente es mejor sufrir por hacer el bien que por hacer el mal que nuestra natural impaciencia sugiera en ocasiones.

Lo que dice Pedro aquí es que están viviendo los hermanos de tal manera que no haya por qué condenarles sus conciencias. El cristiano se porta de tal manera que, perdonado en la sangre de Cristo, en el juicio final no tendrá por qué avergonzarse. Pero el malhechor, calumniando, en realidad no tiene causa justa en contra del cristiano, porque la conducta diaria de él es buena en Cristo, y en el día final será avergonzado por sus calumnias.
Uno no puede objetar diciendo: Yo no lo llevaría tan mal, si lo hubiese merecido: a lo que Pedro responde: Es mejor que no lo merecieras, a fin de que, haciendo bien y con todo calumniado, puedas probar que eres un cristiano verdadero.
Dice Pedro que si en alguna ocasión tiene que sufrir, que sea porque Dios lo ve necesario para su bien espiritual (Hebreos_12:3-11), y no porque ha pecado. Los malos pueden hacer sufrir a los cristianos solamente si Dios lo permite; si es su voluntad. Al cristiano toca ver que no merezca ese sufrimiento. Si sufre porque hace la voluntad de Dios, para él hay bendición, y gracia. ¡Hay valor en sufrir por Cristo!


                                        ¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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