} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 23 Julio LA BUENA SEMILLA

domingo, 23 de julio de 2017

23 Julio LA BUENA SEMILLA

 Hechos 24; 15
“Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.”

 Los sediciosos no están interesados en la resurrección, y los que esperamos la resurrección no estamos interesados en revoluciones políticas, golpes de estado, etc., porque anhelamos una ciudad que tiene fundamentos en una patria mejor.
Si nos culpan de ser más celosos en las cosas de Dios que nuestro prójimo, ¿qué contestamos? ¿Nos encogemos ante la acusación? ¡Cuántos hay en el mundo que prefieren ser acusados de cualquier debilidad, sí, hasta de maldad, y no de un sentimiento de amor, fervoroso y anhelante por el Señor Jesucristo, y de consagración a su servicio! ¿Pueden los tales pensar que los confesará cuando venga en su gloria y ante los ángeles de Dios? Si hay una visión placentera para el Dios de nuestra salvación, y una visión ante la cual se regocijan los ángeles, es contemplar a un seguidor devoto del Señor, aquí en la tierra, que reconoce que es culpable, si fuese crimen, de amar con todo su corazón, alma, mente y fuerza al Señor que murió por él. No se puede quedar callado al ver que se desprecia la Palabra de Dios o escucha que se profana su nombre. Este se arriesgará, antes bien, al ridículo y al odio del mundo, antes que causar enojo a ese ser bondadoso cuyo amor es mejor que la vida, a Dios Padre o Su Hijo Jesucristo.

Juan 11; 25
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”.

Jesús quería que la fe de Marta aumentara, que si ella creía en la resurrección en el día postrero debería entender que esa resurrección sería efectuada por Cristo. Al decir "Yo soy la resurrección" decía que Él es el poder que la efectúa, que en su persona estaba presente la vida y la resurrección. Él es la fuente o la causa de la vida física y de la vida espiritual. Es necesario creer no solamente en la realidad de la resurrección como un hecho, sino también en la persona que hace posible la resurrección.
            La verdad expresada aquí es, en realidad, la misma verdad expresada a la samaritana acerca del agua de vida y a los galileos acerca del pan de vida. "En él estaba la vida".
  En Cristo los muertos viven, y los vivos no mueren. Cristo quería llevar a Marta a un nivel más alto de fe. Quería que comprendiera que la resurrección del cuerpo tiene su sentido verdadero en la vida eterna que Cristo nos da.
Jesús tiene poder sobre la vida y la muerte, así como para perdonar pecados. Esto se debe a que Él es el Creador de la vida. Aquel que es la vida sin duda puede restaurar la vida. Todo aquel que cree en Cristo tiene una vida espiritual que la muerte no conquistará ni disminuirá de manera alguna. Cuando logramos comprender su poder y hasta qué punto es verdaderamente maravillosa la oferta que nos hace, ¡cómo hemos de hacer otra cosa que no sea entregar nuestras vidas a Él! Para quienes creemos, qué maravillosa es la seguridad y la certeza que tenemos: "Porque yo vivo, vosotros también viviréis" (Juan_4:19).
El alma redimida vive feliz después de la muerte  y, después de la resurrección, el cuerpo y el alma son resguardados de todo mal para siempre.
Cuando leamos u oigamos la palabra de Cristo sobre las grandes cosas del otro mundo, debemos preguntarnos ¿creemos esta verdad? Las cruces y los consuelos de esta época no nos impresionarían tan profundamente como lo hacen, si creyéramos como debemos las cosas de la eternidad.

1 Corintios 15; 20

“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.”

Lo que afirmaban los falsos en la iglesia en Corinto no era una realidad; la realidad consiste en que Cristo sí resucitó de los muertos. No es como afirmaban aquellos falsos maestros, dice Pablo; al contrario, es así.  Pablo ahora va a probar la resurrección general de los muertos por medio de presentar la conexión entre los cristianos y Cristo; entre su reino, la iglesia de Cristo, y sí mismo. La una cosa demanda la otra.

Los que durmieron en Jesús ¡no perecieron! La resurrección de Cristo de los muertos es prueba de esto. De ellos Él es hecho primicias. Aunque otros habían sido levantados de la muerte (como Lázaro y Dorcas), volvieron a morir. Cristo fue el primero en resucitar para no volver a morir.
       Las primicias eran la primera parte de la cosecha (y a la vez, la mejor) (Números_18:12). La Ley de Moisés mandaba que ellas fueran ofrecidas en sacrificio, como prenda del resto de la cosecha. Éxodo_13:11-16.
La fiesta de la Pascua tenía más de un significado. Conmemoraba la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto; pero era también una gran fiesta de la cosecha. Coincidía con la recolección de la cebada. La ley establecía: «Traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante del Señor para que seáis aceptos; el día después del día de reposo la mecerá» Levítico_23:10-11).
            La resurrección de Cristo es prenda, o garantía, de la resurrección general al fin del tiempo (1Tesalonicensess_4:14).   Como son las primicias, así la masa (los demás frutos); Cristo resucitó, y los demás resucitarán. La resurrección de todos los muertos está en la de Cristo, como la bendición de Dios para el resto de la cosecha dependía de la que daba a las primicias. La resurrección general comienza con la resurrección de Cristo (Filipenses_3:20-21). La nuestra está representada en la de Él. En este contexto Pablo trata particularmente de los muertos cristianos, “los que durmieron” “en Cristo”.

¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor Jesús!


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