ES UN PRIVILEGIO ESCRIBIR DE LA PALABRA DE DIOS EN LA BIBLIA, PERO TAMBIÉN IMPLICA UNA GRAN RESPONSABILIDAD PORQUE DE LAS PALABRAS QUE PRONUNCIAMOS, O ESCRIBIMOS, DAREMOS CUENTA ANTE EL SEÑOR.
LEA ESTO UNA PERSONA O CIEN MIL, LA EXIGENCIA ES LA MISMA: "SER FIEL A LA PALABRA DE DIOS EN LA BIBLIA"
CADA DÍA SIGO BUSCANDO LA VOZ DE DIOS EN SU PALABRA PARA RECIBIR LA ENERGÍA QUE ME FALTA, EL CONSEJO Y LA ENSEÑANZA PARA HACER FRENTE AL NUEVO DÍA. Y ES EL ESPÍRITU SANTO QUE ME AUXILIA Y CAPACITA PARA ESTE MENESTER, PUES LA CARNE ES DÉBIL, DÉBIL, DÉBIL...
Juan 8; 12
“Otra vez Jesús les habló, diciendo:
Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.”
En
este pasaje, Jesús se presenta diciendo: «Yo soy la luz del mundo.» Es probable
que el trasfondo de esta escena hiciera sus palabras aún más actuales e
impactantes. La fiesta en la que Juan coloca estas palabras de Jesús era la de
los Tabernáculos Juan 7:2.
Pero había otra
ceremonia conectada con esta fiesta. El primer día por la tarde había la
ceremonia que se llamaba la Iluminación del Templo. Tenía lugar en el atrio de
las mujeres, que estaba rodeado de unas galerías anchas, aptas para albergar
gran número de espectadores. En el centro se colocaban cuatro candelabros
inmensos. Cuando caía la tarde, los encendían, y se decía que lanzaban tal
resplandor que iluminaba los patios de toda Jerusalén. Desde entonces hasta el
canto del gallo la mañana siguiente, los más grandes y más sabios y más santos
de Israel danzaban delante del Señor y cantaban Salmos de gozo y de alabanza
mientras la multitud los miraba. Jesús está diciendo: " Habéis visto que
el resplandor de la iluminación del templo rasga las tinieblas de la noche. Yo
soy la luz del mundo y, para todos los
que me sigan, habrá luz, no sólo una noche maravillosa, sino a lo largo de todo
el camino de la vida. La luz del templo es muy brillante, pero al final
parpadea y muere. Yo soy la Luz que dura para siempre.»
Jesús es la misma
Luz de Dios que ha venido al mundo; y es también la Luz que da la vida al
mundo. Como no puede florecer una planta que no vea la luz del Sol, tampoco
pueden florecer nuestras vidas con la gracia y la belleza que deben desplegar
hasta que las irradia la Luz de la presencia de Jesús.
En este pasaje,
Jesús habla de seguirle a Él. Es una expresión que usamos a menudo, y
animamos a otros a seguir a Jesús.
Preguntamos a veces
a los que nos están escuchando: " ¿Me sigues?» El cristiano atiende a las
enseñanzas de Jesús, y las escucha con atención para no perderse nada. Recibe
su mensaje en su mente, y lo entiende; recibe sus palabras en la memoria, y las
guarda, y las conserva en el corazón y las vive.
Ser seguidores de
Cristo es entregarnos en cuerpo, alma y espíritu a la obediencia del Maestro; y
entrar en su seguimiento es empezar a caminar en la luz. Cuando caminamos
solos, estamos expuestos a andar a tientas y a tropezar, porque muchos de los
problemas de la vida están por encima de nuestra capacidad. Cuando caminamos
solos corremos peligro de seguir una senda equivocada, porque no tenemos un
mapa infalible de la vida. Necesitamos la sabiduría celestial para recorrer el
camino terrenal. El que tiene un buen guía y un mapa exacto es el que puede
llegar a salvo al final de su viaje. Jesucristo es ese guía, y es el único que
posee el mapa de la vida. Seguirle es andar en la luz, a salvo a lo largo de la
vida y seguros de entrar después en la gloria.
Cuando Jesús se
presentó como la luz del mundo, los escribas y fariseos reaccionaron con
hostilidad. Aquel título les sonaría aún más sorprendente a ellos que a
nosotros. A ellos les parecería, y lo era en realidad, que Jesús se presentaba
como el Mesías; más aún: como el que iba a hacer lo que sólo Dios podía hacer.
La palabra luz estaba especialmente asociada con Dios en el pensamiento y
lenguaje judío. "El Señor es mi luz» (Salmo_27:1). «El Señor te será
por luz perpetua» (Isaías_60:19).
«A Cuya luz yo caminaba en la oscuridad» (Job_29:3). «Aunque more en
tinieblas, el Señor será mi luz" (Miqueas_7:8). Los rabinos
afirmaban que uno de los nombres del esperado Mesías era Luz. Cuando Jesús se
presentó como la luz del mundo estaba diciendo de sí mismo lo más elevado que
se podía decir.
Jesucristo es el
creador de la vida y su vida ofrece luz a la humanidad. En su luz, nos vemos
tal como somos: pecadores en necesidad de un Salvador. Cuando seguimos a Jesús,
la luz verdadera, evitamos andar como ciegos y caer en el pecado. El ilumina la
senda que tenemos delante a fin de que sepamos cómo vivir. El disipa la
oscuridad del pecado de nuestras vidas.
Tú que lees esto
¿Has permitido que la luz de Cristo brille en tu vida? Permite que Cristo guíe
tu vida y nunca tropezarás en la oscuridad.
Efesios 5; 14
“Por lo cual dice: Despiértate,
tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.”
Pablo veía la vida pagana como algo tenebroso; y la vida cristiana,
como una vida radiante. Tan claro lo quería poner, que no decía que los paganos
son hijos de la oscuridad, y los cristianos hijos de la luz; dice que los
paganos son oscuridad, y los cristianos son luz. La exhortación
para inconversos es que acepten el evangelio, y la exhortación para cristianos
es que nos apartemos completamente de toda forma de mal.
Los pecadores, como hombres en tinieblas, van a donde no saben que
van, y hacen lo que no saben, pero la gracia de Dios obra un cambio tremendo en
las almas de muchos. Andan como hijos de luz, como teniendo conocimiento y
santidad. Las obras de las tinieblas son infructuosas, cualquiera sea el
provecho del que se jacten, porque terminan en la destrucción del pecador
impenitente. Hay muchas maneras de inducir o de participar en los pecados
ajenos: felicitando, aconsejando, consintiendo u ocultando. Si participamos con
el prójimo en sus pecados, debemos esperar una participación en sus plagas. Si
no reprendemos los pecados de otros, tenemos comunión con ellos.
El hombre bueno debe avergonzarse de hablar de lo que a muchos impíos
no avergüenza hacer. No sólo debemos tener la noción y la visión de que el
pecado es pecado y vergonzoso en alguna medida, pero hemos de entenderlo como
violación de la santa ley de Dios. Según el ejemplo de los profetas y apóstoles
debemos llamar a los que están durmiendo y muertos en pecado para que se
despierten y se levantan para que Cristo les dé luz.
La luz produce buen fruto.
Produce benevolencia, integridad y verdad. La luz nos permite distinguir entre
lo que es del agrado de Dios y lo que no. La luz expone lo que es malo.
¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor
Jesús!
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