} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 31 Julio LA BUENA SEMILLA

lunes, 31 de julio de 2017

31 Julio LA BUENA SEMILLA

    ES UN PRIVILEGIO ESCRIBIR DE LA PALABRA DE DIOS EN LA BIBLIA, PERO TAMBIÉN IMPLICA UNA GRAN RESPONSABILIDAD PORQUE DE LAS PALABRAS QUE PRONUNCIAMOS, O ESCRIBIMOS, DAREMOS CUENTA ANTE EL SEÑOR.
LEA ESTO UNA PERSONA O CIEN MIL, LA EXIGENCIA ES LA MISMA: "SER FIEL A LA PALABRA DE DIOS EN LA BIBLIA"
  CADA DÍA SIGO BUSCANDO LA VOZ DE DIOS EN SU PALABRA PARA RECIBIR LA ENERGÍA QUE ME FALTA, EL CONSEJO Y LA ENSEÑANZA PARA HACER FRENTE AL NUEVO DÍA. Y ES EL ESPÍRITU SANTO QUE ME AUXILIA Y CAPACITA PARA ESTE MENESTER, PUES LA CARNE ES DÉBIL, DÉBIL, DÉBIL...

Juan 8; 12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”
  En este pasaje, Jesús se presenta diciendo: «Yo soy la luz del mundo.» Es probable que el trasfondo de esta escena hiciera sus palabras aún más actuales e impactantes. La fiesta en la que Juan coloca estas palabras de Jesús era la de los Tabernáculos Juan 7:2
Pero había otra ceremonia conectada con esta fiesta. El primer día por la tarde había la ceremonia que se llamaba la Iluminación del Templo. Tenía lugar en el atrio de las mujeres, que estaba rodeado de unas galerías anchas, aptas para albergar gran número de espectadores. En el centro se colocaban cuatro candelabros inmensos. Cuando caía la tarde, los encendían, y se decía que lanzaban tal resplandor que iluminaba los patios de toda Jerusalén. Desde entonces hasta el canto del gallo la mañana siguiente, los más grandes y más sabios y más santos de Israel danzaban delante del Señor y cantaban Salmos de gozo y de alabanza mientras la multitud los miraba. Jesús está diciendo: " Habéis visto que el resplandor de la iluminación del templo rasga las tinieblas de la noche. Yo soy la luz del mundo y, para todos los que me sigan, habrá luz, no sólo una noche maravillosa, sino a lo largo de todo el camino de la vida. La luz del templo es muy brillante, pero al final parpadea y muere. Yo soy la Luz que dura para siempre.»

Jesús es la misma Luz de Dios que ha venido al mundo; y es también la Luz que da la vida al mundo. Como no puede florecer una planta que no vea la luz del Sol, tampoco pueden florecer nuestras vidas con la gracia y la belleza que deben desplegar hasta que las irradia la Luz de la presencia de Jesús.
En este pasaje, Jesús habla de seguirle a Él. Es una expresión que usamos a menudo, y animamos a otros a seguir a Jesús.
Preguntamos a veces a los que nos están escuchando: " ¿Me sigues?» El cristiano atiende a las enseñanzas de Jesús, y las escucha con atención para no perderse nada. Recibe su mensaje en su mente, y lo entiende; recibe sus palabras en la memoria, y las guarda, y las conserva en el corazón y las vive.
Ser seguidores de Cristo es entregarnos en cuerpo, alma y espíritu a la obediencia del Maestro; y entrar en su seguimiento es empezar a caminar en la luz. Cuando caminamos solos, estamos expuestos a andar a tientas y a tropezar, porque muchos de los problemas de la vida están por encima de nuestra capacidad. Cuando caminamos solos corremos peligro de seguir una senda equivocada, porque no tenemos un mapa infalible de la vida. Necesitamos la sabiduría celestial para recorrer el camino terrenal. El que tiene un buen guía y un mapa exacto es el que puede llegar a salvo al final de su viaje. Jesucristo es ese guía, y es el único que posee el mapa de la vida. Seguirle es andar en la luz, a salvo a lo largo de la vida y seguros de entrar después en la gloria.

Cuando Jesús se presentó como la luz del mundo, los escribas y fariseos reaccionaron con hostilidad. Aquel título les sonaría aún más sorprendente a ellos que a nosotros. A ellos les parecería, y lo era en realidad, que Jesús se presentaba como el Mesías; más aún: como el que iba a hacer lo que sólo Dios podía hacer. La palabra luz estaba especialmente asociada con Dios en el pensamiento y lenguaje judío. "El Señor es mi luz» (Salmo_27:1). «El Señor te será por luz perpetua» (Isaías_60:19). «A Cuya luz yo caminaba en la oscuridad» (Job_29:3). «Aunque more en tinieblas, el Señor será mi luz" (Miqueas_7:8). Los rabinos afirmaban que uno de los nombres del esperado Mesías era Luz. Cuando Jesús se presentó como la luz del mundo estaba diciendo de sí mismo lo más elevado que se podía decir.
Jesucristo es el creador de la vida y su vida ofrece luz a la humanidad. En su luz, nos vemos tal como somos: pecadores en necesidad de un Salvador. Cuando seguimos a Jesús, la luz verdadera, evitamos andar como ciegos y caer en el pecado. El ilumina la senda que tenemos delante a fin de que sepamos cómo vivir. El disipa la oscuridad del pecado de nuestras vidas.

Tú que lees esto ¿Has permitido que la luz de Cristo brille en tu vida? Permite que Cristo guíe tu vida y nunca tropezarás en la oscuridad.


Efesios 5; 14
Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.

Pablo veía la vida pagana como algo tenebroso; y la vida cristiana, como una vida radiante. Tan claro lo quería poner, que no decía que los paganos son hijos de la oscuridad, y los cristianos hijos de la luz; dice que los paganos son oscuridad, y los cristianos son luz. La exhortación para inconversos es que acepten el evangelio, y la exhortación para cristianos es que nos apartemos completamente de toda forma de mal.
Los pecadores, como hombres en tinieblas, van a donde no saben que van, y hacen lo que no saben, pero la gracia de Dios obra un cambio tremendo en las almas de muchos. Andan como hijos de luz, como teniendo conocimiento y santidad. Las obras de las tinieblas son infructuosas, cualquiera sea el provecho del que se jacten, porque terminan en la destrucción del pecador impenitente. Hay muchas maneras de inducir o de participar en los pecados ajenos: felicitando, aconsejando, consintiendo u ocultando. Si participamos con el prójimo en sus pecados, debemos esperar una participación en sus plagas. Si no reprendemos los pecados de otros, tenemos comunión con ellos.
El hombre bueno debe avergonzarse de hablar de lo que a muchos impíos no avergüenza hacer. No sólo debemos tener la noción y la visión de que el pecado es pecado y vergonzoso en alguna medida, pero hemos de entenderlo como violación de la santa ley de Dios. Según el ejemplo de los profetas y apóstoles debemos llamar a los que están durmiendo y muertos en pecado para que se despierten y se levantan para que Cristo les dé luz.

La luz produce buen fruto. Produce benevolencia, integridad y verdad. La luz nos permite distinguir entre lo que es del agrado de Dios y lo que no. La luz expone lo que es malo.


¡Maranatha! ¡Sí, ven Señor Jesús!

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